“Kikito se asoma”… La irreverente libre creatividad
Los que vivimos en este rincón del país, estamos obligados a darnos una escapada en los próximos 30 días a Tecate, para echarle una ojeada a una enorme fotografía de un pequeño niño, casi un bebé, el que se asoma por encima del muro que marca la frontera entre México y Estados Unidos. Con su tierna sonrisa y sus inocentes ojos, analiza a los individuos que transitan cerca del muro, mismas que no pueden esconder su sorpresa al verlo. Pero, ¿cómo llegó ahí? ¿Quién lo puso atrás del muro?
Álvaro de Lachica y Bonilla* / A los 4 Vientos
David Enrique “Kikito”, de un año de edad, es el niño que retrató el famoso artista y grafitero francés J.R. en su obra gigante en la frontera entre Tecate y San Diego, con el objetivo de que “la gente empiece a platicar, a pensar sobre las cosas”. J.R. consiguió montar la fotografía respetando la prohibición de hacerlo sobre la malla metálica colocada por los estadounidenses. Lo hizo en el terreno de una familia humilde, que además aceptó que el más pequeño de la casa fuera el modelo a fotografiar en blanco y negro, conforme al estilo del artista francés. “Nos ofrecieron parte de su jardín para poner la imagen, sin saber que iba a ser el nieto (de los dueños) a quien íbamos a fotografiar”, dijo J.R.
La instalación tomó tres meses y durante un mes estará “Kikito” observando lo que sucede en la frontera, desafiando a los guardias fronterizos estadounidenses.
El nombre de “Kikito” surgió después de que el artista francés viajara a México para fectuar su instalación. En la colonia Libertad en Tecate, muy cercana al muro, conoció a una familia, cuyo hijo posó para la fotografía con la que J.R. hizo su gran ampliación de la foto. El morrito tiene un año de edad y pese a que lleva por nombre David Enrique Anchondo, todos le llaman “Kikito”. Si bien la instalación fue planeada desde hace varias semanas, su colocación coincidió con la decisión del gobierno norteamericano de acabar con el Programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, (DACA). Aunque no tiene un fin político, sí busca crear conciencia y promover el diálogo.
Aunque está tipificado como delito, poco a poco este tipo de arte urbano, ha tomado bardas y puentes de nuestras ciudades, transformando sus caras grises, secas, frías y mudas, en enormes y coloridos murales que hablan de valores, homenajes o rebeldía, como en este caso.

Obra de Saner (Edgar Flores, artista mexicano experto en el grafiti, la pintura, el dibujo y el diseño gráfico). Foto: Tomada de saner.com.mx
En diferentes ciudades en el mundo, han surgido desde hace años, los artistas urbanos, que cuando toman los espacios públicos para inmiscuirse, plasman lo mejor del entorno o el barrio en el que la obra va a amanecer todos los días, pero también, en otros casos tratan de temas fuertes que sacuden a la realidad de los vecinos, en una perspectiva que conjunta las historias que escuchan y lo que viven al momento de hacer su obra.
Este arte urbano, ha tomado cada vez más fuerza para llevar a cabo la acción ejecutando métodos que emanan del arte comunitario, con lo que logran incluir a los jóvenes que deseen expresarse en las paredes, con fotos o con algo más elaborado y un concepto que narre una historia mediante la plástica, sin tener que violar la ley.
Transitar un camino alternativo siempre resulta una tarea arriesgada. En el arte, o en lo que hoy en día podríamos llamar arte, esto suele ser una decisión, para algunos, imprudente; para otros, audaz. Este tipo de trabajos ha sido desde siempre relevante en el desarrollo de las artes en varias partes del mundo y en diversas épocas, conformando una forma mucho más democrática y abierta de consumo con respecto a sus formas tradicionales de exhibición puertas adentro de museos o galerías.

La construcción de ciclovías, una demanda urbana plasmada en grafiti. Foto: internet
Es en la esfera pública y urbana donde el arte adquiere su cometido de expresión y comunicación con la comunidad, las acciones o las intervenciones efímeras, aparecen interactuando con cuerpos o con mentes en un intento por despertar, concientizar, señalar, cuestionar, y en últimas hablar con la gente. No se expone, se produce y se tropieza con él… produciendo en la ciudadanía múltiples reacciones.
Los símbolos, que se usan inevitablemente se mezclan con lo que siente y piensa un colectivo y por tanto debemos ser responsables de lo que pensamos…y de lo que no, también.
Imagen de muro: “Kikito”, obra gigantesca del artista francés JR, instalada en el muro fronterizo de Tecate (Baja California, México) y San Diego (California, Estados Unidos. Foto: (internet) David Maung/ EFE/ El Universal
* Álvaro de Lachica y Bonilla. Representante en Ensenada de la Comisión Ciudadana de Derechos Humanos del Noroeste, A.C.
andale94@gmail.com