La gira de Juan Cirerol llega al puerto de Ensenada.
Los despechos del amor, las relaciones trágicas pero también las románticas, el ácido camino de los vicios, la fiesta y la pena, la crítica laboral y políticamente incorrecta, la locura, la muerte, la soledad, la angustia, el andar por la vida disfrutando tanto los buenos como los malos momentos. Todos estos son sólo algunos de los temas que Juan Cirerol, compositor y músico cachanilla, ha incorporado en su música que bien podría ser denominada como folk mexicano moderno.
Daniel Arellano Gutiérrez* / A los 4 Vientos
A veces por las noches…
Me quedo bien despierto…
Platicando con el viento…
Y mi guitarra siempre sirviendo…
¡Y cero miedo viejon! — El corrido de Roberto
Con una guitarra, una harmónica y una voz ronca de tanto beber, fumar y llegarle al perico y el cristal, Juan Cirerol saltó a la fama nacional entre los años 2009 y 2010. Aunque ya gozaba de fama regional, no fue hasta esos años que las radios de todo el país comenzaron a inundarse con un sonido folk enérgico, auténtico y descarado como no se escuchaba desde hace mucho tiempo en México.
¿El origen del músico? Nada más que Mexicali, Baja California, tierra fronteriza y norteña donde Hace mucho calor. Ahí creció Juan Cirerol, escuchando a sus ídolos musicales para incursionar después en la disciplina, llegando a incluso a estudiar guitarra clásica en la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), que terminó por abandonar para dedicarse de lleno a su carrera musical.
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Hace mucho calor…
Llevo varios días que no sé nada de ti….
Hace mucho calor…
Llevo varias noches que no duermo y es por ti…
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Al ser Baja California una tierra de migración y mestizaje cultural, la música de Cirerol no es la excepción a la ley de la confluencia e integración que implica el choque de las dos culturas musicales en ambos lados de la frontera. La influencia de músicos norteños como Ramón Ayala, Joan Sebastian y Cornelio Reyna es evidente en sus composiciones, por ejemplo, en canciones como En dónde estás, El Farsante o La Florecilla, tres piezas de su último disco “Todo Fine” publicado en el 2015.
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Sin embargo, su música también posee rasgos del folk norteamericano y el texmex, retomando y mezclando los estilos de compositores como Johnny Cash y Bob Dylan. Algunas muestras de ello son Eres tan cruel, Maldita Maestra, Hey Soledad o La Muchacha de las Tierras Lejanas, canciones perfectas para viajar, sentir, reflexionar y vivir.
Era Mayo y algo extraño, algo extraño puedo ver…
¿Qué puede ser?…
Quizás ya no me quieres tanto, tanto como ayer…
Oh, no, mi amor, no te vayas, por favor — La Muchacha de las Tierras Lejanas
En poco tiempo, Cirerol se convirtió en un ícono de la música contracultural en México. No pocos comenzaron a identificarlo como el músico vicioso de la época —algo así como un Charles Bukowski reencarnado en un músico cachanilla—, un vividor a quien se le facilitaba componer canciones alusivas al consumo de drogas como Toque y Rol, Metanfeta o Se vale Soñar, llevando su estilo de vida al límite al ofrecer conciertos bajo los estados de varias de estas sustancias.
Quisiera que cuando llueva…
En vez de agua, cayera perico…
Y que corriera cerveza…
Tequila por mar y ríos — Se vale soñar
Otros pensarían, “¿qué le pasa a este tipo tan vulgar? Sólo canta de borracheras, drogadictos, fiestas, malillas, mujeres y parientes”. Sin embargo, la forma en lo que lo hace dista mucho de los narcocorridos u otros géneros parecidos, pues es precisamente en las letras de sus canciones donde aflora un rasgo que ha fascinado a los fans de Cirerol: la sinceridad con que canta su vida.
En un mundo donde la industria del espectáculo suele construir estrellas pop de pies a cabeza, y donde los medios masivos tienen la capacidad de fabricar presidentes, encontrarse con un músico tan visceral, original y transparente como el buen Juan es casi un milagro ¡Por Dios, el tipo graba sus canciones borracho y canta sobre sus viajes al ingerir Clonazepam!
Cuando anduve como perro de mí todos se burlaban…
Me daba un chingo de agüite que todos me pisotearan…
Hasta que un día me humillaron, se comieron sus palabras — Vida de Perro
En sus canciones afloran con total libertad las emociones que muchas veces a algunos nos cuesta trabajo expresar, por ejemplo, el despecho, la desgracia, la soledad y la miseria de vivir en una sociedad como la posmoderna, donde abundan las dolencias, pasiones y tragicomedias amorosas de todo tipo. La mayoría de las veces es imposible escuchar sus canciones sin querer corearlas a todo pulmón, porque lo que Cirerol canta es lo que el alma muchas veces calla, aquello que queremos gritar y no nos atrevemos; en compañía de Cirerol, esas barreras se derrumban.
https://www.youtube.com/watch?v=1PUH1PsO0b4
Juan Cirerol también tiene entre su repertorio canciones de reflexiones y emociones profundas, por ejemplo, Me empiezo a enamorar, Arrepentido y Triste o Trucha porque no hay tiempo, una pieza que versa sobre los instantes amorosos y el movimiento perpetuo de la vida:
Me encuentro otra vez…
Hablando con papel…
Buscando una razón perfecta…
Para volverte a ver…
Trucha porque no hay tiempo — Trucha porque no hay tiempo
Una de las características que más hace empatizar al público joven con Juan Cirerol es que sus canciones están impregnadas del léxico vulgar mexicano, por lo que usa términos como culero, pariente, carnal, fresón, chola o mamón con total naturalidad.
El sábado por la noche me salí pa’ una parranda…
En el centro de Chicali y nos guachamos a las seis…
Después de unos tragos conocí a una chamaca…
Estaba rechula la chola y me puse a platicar….
¿Cómo no? — La Chola
Si bien, al igual que pasa con todos los artistas (y en realidad con todos los humanos), Juan Cirerol es un músico que ha cambiado mucho desde sus orígenes. De aquel sonido vicioso, vulgar, cínico y hasta descarado plasmado en sus primeros discos —la que podríamos denominar como la “etapa cristal”— no queda mucho. Sin embargo, el cachanilla ha sabido cómo adaptar su música para seguir cantando desde el alma y complaciendo con ello a los seguidores de su carrera artística, ejemplo de ello es su última entrega “Todo Fine”, cuya calidad musical y expresiva no deja nada qué desear.
Quisiera decirte…
Que me pesa que no estés aquí…
Los días y las noches me paso en vela pensando en ti…
Yo sé muy bien…
Que desaproveche el momento…
Para acariciarte y decirte te quiero mi amor ven a mi… — Arrepentido y Triste
El próximo domingo 30 de octubre los ensenadenses tendremos la oportunidad de presenciar un concierto de Juan Cirerol en el Abel’s Bar. Abriendo puertas a las 8:00pm y con un costo modesto de 100 pesos la entrada, los que hemos desnudado el corazón con sus letras podremos hacerlo en vivo, acompañados por la voz de un compositor que se merece aplausos, cigarros, y un lugar especial en la lista de músicos norteños contemporáneos.[symple_spacing size=”30″]
El concierto del cachanilla será precedido por Lng/SHT, un grupo originario de Cancún, Quintana Roo que combina los géneros del Rap, el Funk y el Hip-Hop al estilo de Run-D.M.C. y Public Enemey, y que al igual que Cirerol, incorpora en sus letras distintos elementos de la cultura popular contemporánea (el Harlem Shake, los hipsters), el léxico juvenil y referentes que van desde Nietzsche y Tarantino hasta otras bandas nacionales como Hello Seahorse o Los Daniels.