Izquierda sin partido en Baja California (¿por ahora?)
Joaquín Bohigas Bosch / A los Cuatro Vientos
Después de conseguir los mejores resultados electorales de su historia, líderes estatales del PT y del PRD anunciaron su deseo de integrar una coalición con el PRI para las próximas elecciones estatales. Hace seis años el PT apoyó a Jorge Hank Rohn, a pesar de tener una candidata propia.
Ahora “está dispuesto a ir en coalición con el PRI, sólo si su candidato … es Fernando Castro Trenti”. Hace seis años el PRD mantuvo su independencia, pero ahora hay varios dirigentes sumados a esta candidatura.
Este galanteo se podría explicar, que no justificar, en partidos con un bajo o decreciente potencial electoral. No es el caso.
En Baja California, los partidos de izquierda obtuvieron 77 mil votos (9.0% del total) en las elecciones presidenciales de 2000. Seis años después, 224 mil ciudadanos (23.6%) votaron por López Obrador. El año pasado, 381 mil bajacalifornianos, 32.1% del total de votantes estatales, se identificaron con el candidato, el gabinete y el programa propuesto por la coalición de izquierda.
Como vemos, en lo que se refiere a elecciones presidenciales, en los últimos doce años se ha quintuplicado el número de bajacalifornianos que simpatizan con ideas progresistas y están insatisfechos con el PRI y el PAN. En las dos últimas elecciones fueron la segunda fuerza electoral. En cambio, con un padrón electoral sustancialmente mayor, en 2012 el PRI y el PAN apenas obtuvieron 40 mil votos más que en 1994. En Tijuana y Rosarito, la izquierda es mayoritaria en dos distritos electorales y tiene una competencia cerrada con el PRI en otros dos. Con más de 38% de los votos, tuvo un triunfo claro en la ciudad de Ensenada y sólo es relativamente débil en casillas rurales y en los municipios de Mexicali y Tecate, donde “apenas” obtuvo la cuarta parte de los votos en 2012.
En circunstancias normales, este espectacular crecimiento debió haber sido aparejado por una amplia apertura social que diera lugar a una mayor compenetración con la ciudadanía, a la formación de más y mejores cuadros de partido, a la elaboración de programas políticos, económicos y sociales ambiciosos, realizables y consensuados para el Estado y sus Municipios, a candidaturas competitivas y de calidad para todos los puestos de gobierno y a una organización estatal capaz de resolver exitosamente cualquier reto social, político o electoral. Pero no ha sido así. Importantes líderes estatales del PRD y del PT han renunciado al éxito y optan por una vía menos laboriosa. Hoy sondean una alianza electoral aparentemente gratuita (en términos ideológicos y programáticos) con el PRI. Parece que no hay un plan B. Sus (¿increíbles, inexplicables, incomprensibles, injustificables?) razones tendrán.
Esta maniobra política probablemente deteriorará las elecciones estatales de este año. Unos votarán por el PAN para cerrarle el paso al PRI. Otros harán lo contrario. La gran mayoría se abstendrá o anulará su voto. Una reducida minoría votará con convicción.
Desafortunadamente, hoy no parece existir una organización estatal que asuma y encabece las demandas, aspiraciones y candidaturas de los casi 400 mil ciudadanos que conformamos la gran base electoral de la izquierda bajacaliforniana. Somos una población sin representación. Una izquierda sin partido. Al menos por ahora.
El Movimiento de Regeneración Nacional, Morena, nació como asociación civil el 2 de octubre de 2011. Su tarea inmediata fue construir una estructura para promover y defender el voto de la coalición de izquierda durante las pasadas elecciones presidenciales. Esta experiencia sirvió para saber cuantos militantes podría tener en cada distrito electoral si se convierte en partido. Aparentemente, hay más de mil afiliados potenciales en cada uno de los 300 distritos electorales.
El 20 de octubre del año pasado se reunieron 76 representantes de los ocho distritos del estado, con la finalidad de elegir al Comité Ejecutivo de Morena en Baja California. Un mes después, muchos de ellos asistieron al Congreso Nacional que aprobó la declaración de principios, el programa y los estatutos de esta organización. Hace menos de una semana iniciaron la campaña de afiliación con la que reclutarán el número de afiliados necesarios para obtener su registro como partido político nacional. Todo parece indicar que, de no haber contratiempos, Morena competirá en las siguientes elecciones federales y en las estatales de 2016. ¿Llegará a ser el partido político que los bajacalifornianos necesitamos o tendremos más de lo mismo?
Estas son algunas de las cosas que dijo el presidente del Consejo Político de Morena en Baja California en una reciente entrevista: “Nuestro proyecto trata principalmente de convertir a MORENA en BC, en un partido … con el que se identifiquen plenamente las clases medias, los jóvenes, los obreros, el pueblo que aspira a un cambio … Tenemos qué apostar en la mesa de la modernidad … hay que buscar los nuevos paradigmas, el futuro y las claves están en el diálogo con la sociedad, hay que plantearnos que nuestra circunstancia aquí es muy diferente a la del centro …”
Transparencia, modernidad, diálogo con todos los sectores sociales, independencia del centro, identidad y agenda local. No suena mal. Pero para que suene y sea mejor, es indispensable que tenga una fuerte presencia de ciudadanos activos, para que los políticos no usen a Morena con fines personales. En otras palabras, no tendremos partido si no participamos. Para llegar a la otra orilla, hay que mojarse.