Indígena lleva 13 años de ser mamá en estado vegetal por presunta negligencia médica
La anestesióloga a quien se acusa de ser la responsable del daño, María de Lourdes Franco Vargas, está libre porque el caso prescribió.
El Universal / sdpnoticias.com
Una negligencia médica terminó con la ilusión de una familia por la llegada de un bebé. Una negligencia médica terminó con el sueño de una mujer de ver crecer a su hijo; cargarlo, alimentarlo, abrazarlo.
Desde hace 13 años, Irene Cruz Zúñiga, indígena mixteca de familia campesina, vive en una cama, en estado vegetal, desde el momento que dio a luz a Eoafrodito, en la clínica del IMSS en Tlaxiaco.
Y la anestesióloga responsable del daño, María de Lourdes Franco Vargas, está libre porque el casoprescribió y, a pesar de una sentencia judicial, el IMSS se ha negado a darle cobertura tanto a la madre como a su hijo de por vida, como mínima reparación.
Así lo da a conocer el diario El Universal, que relata que la vida de Irene era normal en el municipio deSanta Cruz Itundujia, uno de los más pobres del país. En 2000 se casó con Alberto Núñez Cruz, y a sus 26 años quedó embarazada.
Un 20 de junio llegaron las contracciones, y luego de un pasear por nosocomios, fue trasladada a Tlaxiaco por si había complicaciones. A las 10 de la noche del siguiente día el ginecólogo avisó a la familia que le haría cesárea para salvar tanto a la mamá como al hijo. Se firmó la autorización.
Cuando Irene, a quien además le pusieron un dispositivo intrauterino para que no se volviera a embarazar, salió del quirófano, el ginecólogo avisó a Alberto que su esposa había sufrido un paro cardiaco durante la operación.
El bebé se quedó internado en cuidados intensivos una semana en Tlaxiaco, en tanto, su mamá fue trasladada inconsciente al Hospital General de la capital oaxaqueña.
Ahí los médico dijeron a Alberto que la enfermedad de su esposa “era incurable, pues se le murieron una células del cerebro y no podría mover las manos ni los pies”.
Daniela Rea relata en su nota que tras la cesárea, Irene quedó paralítica y sin capacidad para hablar, y solamente se comunica con gemidos y gritos que su familia interpreta como dolor e incomodidad.
La mujer ha quedado totalmente en manos de su familia. Injiere alimentos licuados en dosis mínimas, que tarda hasta 3 horas en comer y perdió el control de esfínteres.
Todos los días, debe lavar sus pañales y ropa de cama. Además la cambian de posición para que no le salgan llagas en el cuerpo.
La familia cree que Irene tiene algún tipo de conciencia, pues su hermana Enimia dijo a los peritos del caso Daniela Rodríguez y Juan Carlos Martínez, que cuando un pastor fue a visitarlos, le preguntó: “¿Crees que Dios puede hacer algo por ti?”, y a ella le salieron lágrimas.
En tanto, Epafrodito creció al cuidado de su abuela Maura y ha continuado sus estudios hasta la secundaria; es uno de los más aplicados y ama a su madre, a quien lee los cuentos que escribe.
Pese al apoyo que han pedido, las autoridades lo único han dado a partir del 2011 a la familia de Irene es un colchón con agua, un subsidio de 500 pesos mensuales y 2 sillar de ruedas.
Alberto se fue a Estados Unidos en busca de dinero, pues el patrimonio de la familia se agotó en rehabilitaciones y hospitales y terminaron endeudados. Mandó dinero durante 3 años, pero al volver, emocionalmente estaba quebrado, y hace como 7 años, un día se fue de la comunidad sin decir nada a nadie y desde entonces no se sabe nada de él.
El 30 de junio de 2001, una semana después de la cesárea, Alberto denunció a los responsables del IMSS de Tlaxiaco, pero las autoridades no realizaron ninguna diligencia, no tomaron ningún testimonio hasta 2005.
Y aunque en ese año el MP visitó la comunidad en busca de testigos, no los encontró, y sólo registró que vio a Irene postrada sobre una cama de tablas. Luego, otra vez, y nada.
Fue en 2010 cuando los padres y el hermano de Irene fueron citados a declara y un peritaje médico determinó que la anestesióloga María de Lourdes Franco Vargas era responsable de los daños irreversibles en Irene, ya que falló al suministrarle la anestesia y no vigiló los niveles de oxígeno que llegaban a Irene durante la cirugía.
Y en 2012, la Procuraduría de Oaxaca declinó la competencia a la PGR por ser el IMSS institución federal, y tras un nuevo peritaje, se llegaron a las mismas conclusiones: Franco Vargas es culpable.
Fue acusada de lesiones culposas con agravante de responsabilidad profesional, pero como el Código Penal Federal marca que el caso prescribía a los 3 años al tratarse de lesión culposa, la anestesióloga impugnó y quedó el libertad.
El magistrado a cargo del caso Elías Antonio Sánchez Aquino ordenó un peritaje antropológico y encontró como víctimas directas a Irene y su hijo, e indirectas a la familia y a la comunidad.
Han pasado 13 años y el caso permanece abierto para reclamar reparación integran del daño.
Pero el de Irene no es el único caso. Carlos Cruz, su hermano, dijo que siguen sucediendo casos similares de negligencia.
“A mis oídos ha llegado algo nuevo, que le ha sucedido a mujeres de la comunidad. Una de las muchachas que salió a realizarse cesárea, no le cerraron bien la cortada de la operación. Luego hubo otra que le dejaron un aparato para cortar, por eso puedo pensar que no ha cambiado la situación y en cuestión de salud a veces uno no sabe con quién le va a tocar y es bastante preocupante en este ligar”, relata el joven a El Universal, desde la caseta telefónica más cercana a su comunidad, a 40 minutos.