Imaginante: abrazar el cine independiente
El sol ya se ha escondido, y frente al parque de la Obrera un pequeño rincón adornado con tarimas, lámparas y adornos vintage está por iniciar la función de cine a cargo de la plataforma “Imaginante”.
Iván Gutiérrez
A la proyección que se realizará en “La Tarima, Coffee & Music” han asistido adultos jóvenes y universitarios; uno de ellos recién llegó montado en su bicicleta camello, tan representativas estos días del espíritu de libertad juvenil.
De fondo suena una canción de indie-folk, mismo género que interpreta la banda “Niño Van”, dueños del local que siempre reciben a sus visitantes con una vibra cálida y un letrero que reza “Yo sonrío, tú sonríe, Bienvenido a la Tarima”. El olor a palomitas comienza a inundar el lugar, y la función está por comenzar.
Espacios alternativos para ofertas alternativas
Era el 2012. En aquel año Ensenada atravesaba un boom de apertura de espacios, emprendimiento de proyectos y negocios; algo había en el aire que inspiró a decenas de ciudadanos a materializar sus ideas en propuestas concretas. Entre ellas aparecieron La Covacha y una pequeña (pero atinada) iniciativa de proyección cinematográfica: Imaginante.
“Siempre me ha gustado el cine, como a muchos. En aquel entonces asistía a los cineclubs locales —en Cearte y el Museo Ex Cárcel—, y me gustaba mucho que proyectaran películas de arte, algunas de culto, pero yo como aficionado al cine fantástico y de terror independiente sentía que no lo tomaban mucho en cuenta más que en meses como Octubre”, expresa Carlos Bañales, quien organiza Imaginante junto con su esposa y colaboradores ocasionales.
Fue así como Carlos se dio a la tarea de cubrir esta ausencia de oferta cinematográfica iniciando proyecciones en La Covacha. El siguiente lugar donde Imaginante encontró una sede ideal fue el “EuroBar”, espacio alternativo donde las condiciones lumínicas, sonoras y el acceso a la cerveza facilitaron impulsar una novedosa experiencia para los amantes del cine. Desde entonces los jueves son noches cinéfilas en el Eurobar.
Bañales comenta que también detectó una ausencia en la oferta independiente de los géneros de comedia, animación, drama y romance, por lo que decidió buscar otro espacio donde poder proyectar este tipo de películas a un público más amplio, y que no necesariamente tuviera que tener arriba de los 18 años para participar.
“Dijimos, vamos creando otro espacio con otro concepto, y así fue como llegamos a La Tarima, un lugar muy rústico y agradable que quedó perfecto para Imaginante. Así en vez de la cerveza, pues el cafecito y con otro tipo de películas”.
A diferencia de las proyecciones en el Eurobar, el cineclub de La Tarima se lleva a cabo cada 15 días los viernes al atardecer. Otro espacio que ha sido utilizado por Imaginante ha sido la sala “Francisco Zarco”, sede de funciones especiales donde se han proyectado producciones nacionales de ciencia ficción como “El Incidente” y “Los Parecidos”.
Una afición compartida por muchos
Ser “cinéfilo” es una pasión que hoy en día muchos comparten. En el caso de Carlos, él recuerda con una sonrisa cómo todo inició cuando iba a rentar películas con sus padres al “Videoclub” cerca de su casa:
“Todos en la casa siempre fuimos aficionados al cine. Era una experiencia muy interesante, porque entrabas a este espacio lleno de películas y no sabías nada de ellas, no era hasta que mirabas la portada y el nombre que te convencías o no de tomarla”.
Es por su amor al séptimo arte que Carlos ha procurado que Imaginante sea más que un cineclub, ofreciendo talleres (o “Workshops”) de producción cinematográfica y actuación escénica, así como clases magistrales sobre cine para profundizar en los géneros del séptimo arte.
De igual manera, Imaginante brinda un aporte extra al contactar a los directores de las películas que se exhiben y entablando conversación con ellos vía Skype durante las proyecciones, de manera que la audiencia sienta en carne propia el apoyo que su asistencia le da al cine independiente.
“Con esta interacción buscamos que la gente se sienta parte de un movimiento a nivel nacional, que no sólo asista a una película, sino que valore su participación en la misma creación y difusión de cine independiente. Este tipo de cine es el que más sufre, porque por lo general las propuestas se tienen que sacar adelante con bajos recursos y la distribución de las películas es más complicada. Por eso se requiere que el público se involucre y apoye”.
Siguiendo el objetivo de impulsar el cine independiente, Carlos solicita una cooperación simbólica de $20 pesos en cada función, con lo que se pagan rentas de las películas y gastos de envío. De igual manera, Imaginante cuenta con el apoyo de patrocinadores locales que proporcionan, entre otras cosas, las palomitas que se ofrecen gratuitamente en cada función.
Cine de terror y catarsis
Para Carlos Bañales, sociólogo egresado de la UABC, el cine de terror puede tener un “efecto catártico” en la audiencia:
“Como bien decía Wes Craven —un director referente en este género cinematográfico—, ‘las películas de terror te ayudan a sacar y enfrentar tus miedos’. Él decía que el miedo ya está en uno, y al verlo en una película puedes canalizarlo hacia afuera”.
Una propiedad del cine de terror es que toca temas muy fuertes, que pueden ser experimentados tanto por una persona como por una sociedad. Es además un género que tiene muchos subgéneros: terror cósmico, terror psicológico, Home Invasion, Slasher, entre decenas más.
Carlos comenta que el nombre de su plataforma cinematográfica viene precisamente de las posibilidades infinitas que ofrece este género, característica que también comparte el cine fantástico y la ciencia ficción:
“Dentro de estos géneros la imaginación no tiene límites, es válido todo. Y nos gusta también la idea de que el cine te ayuda a imaginar, es como algo recíproco: la imaginación crea al cine, y viceversa”.