Gabinetes de gobierno en Latinoamérica; Solo seis países tienen cerca del 50% o más mujeres ministras
Solo seis gobiernos latinoamericanos están compuestos por la la mitad o más de mujeres ministras, según se desprende de un informe del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica CELAG. El informe, bajo el título “Los actuales gabinetes latinoamericanos. Un estudio de casos”, recoge datos de los principales 17 países de América Latina. Puede consultarse en su integridad en www.celag.org.
Amílcar Salas Oroñobinete/Celag
Los países que cuentan con mayor número de féminas en sus gobiernos son Costa Rica, El Salvador, México, Colombia, Perú y Nicaragua. Este último es el único donde son más las mujeres en el gabinete que los hombres.
En lo que respecta a ministros empresarios, Chile, Guatemala, Colombia, México, Bolivia y Brasil encabezan el ránking con una horquilla de entre cuatro y ocho miembros. El resto –Argentina, Uruguay, Nicaragua, Panamá, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Perú, Costa Rica, El Salvador, Honduras y Paraguay- oscila entre cero y tres.
La presencia de líderes sociales es más exigua. Tan sólo Bolivia, Venezuela y Nicaragua superan los tres o más, mientras que Argentina y Uruguay tienen uno y dos y el resto ninguno.
El estamento militar es más notorio en Brasil, Venezuela y Nicaragua (tres o más ministros). Guatemala, México, Honduras, Paraguay y Ecuador se mueven en el rango de uno a dos. El resto de los 17 países analizados no tienen militares en sus gobiernos.

Tras el golpe de estado al Gobierno del presidente legítimo Evo Morales, un día después de proclamarse presidenta de Bolivia, Jeanine Áñez nombró al general del Ejército Carlos Orellana como comandante de las Fuerzas Armadas. Foto: internet
Cinco países cuentan en sus gobiernos con ministros de carácter explícitamente religiosos, en un rango de uno a dos: Argentina, Brasil, México, Paraguay y Guatemala.
Finalmente, en lo que se refiere al número de ministros formados en el exterior de sus propios países, Bolivia, Chile y México lideran la clasificación con diez o más miembros gubernamentales. Colombia, Guatemala, Honduras, El Salvador, Costa Rica, Panamá, Ecuador y Perú abarcan entre cinco y nueve y Argentina, Nicaragua, Venezuela, Paraguay, Brasil, Uruguay y Bolivia, de uno a cuatro.
A diferencia de otros estudios, el informe “Los actuales gabinetes latinoamericanos. Un estudio de casos”, indaga las características de los presidencialismos latinoamericanos considerando no las presidencias sino los gabinetes: cuántos los componen, quiénes son, cómo interactúan entre ellos, qué injerencia tienen en las opciones políticas que definen a un Gobierno y qué vínculo puede establecerse entre el gabinete y la estabilidad/inestabilidad política del presidente durante su mandato.
Así, este informe pretende describir algunos aspectos de los gabinetes latinoamericanos actuales (de forma exhaustiva, al comenzar el período de la actual pandemia en América Latina), es decir, tomando como referencia las composiciones ministeriales que están hoy en día al frente de los gobiernos. Las informaciones se presentarán, a grandes rasgos, de dos formas complementarias: por un lado, a partir de una exposición comparativa que permita determinadas clasificaciones según ciertos criterios y, por otro lado, a partir del análisis más específico sobre aspectos que hacen a las singularidades de algunos gabinetes, lo que puede resultar en un insumo relevante a la hora de definir rasgos de los presidencialismos latinoamericanos.
Aquí, algunas conclusiones:
El tamaño del gabinete no está correlacionado con la dimensión geográfica o demográfica ni con el alineamiento político a izquierdas o derechas. Encontramos gabinetes pequeños, medianos y grandes de forma independiente de estas variables.
En un contexto de creciente circulación de información, múltiples actores intervinientes en la confección de las agendas públicas, los gabinetes ministeriales –los ministros y las ministras- parecieran mostrar una mayor capacidad de injerencia – o determinación- política propia (aún en los gabinetes considerados “menores”), lo que redunda en un tipo de presidencialismo diferente si lo comparamos con los que emergieron en los primeros lustros del siglo XXI.

El presidente de Chile, Sebastián Piñera y el presidente de Argentina, Mauricio Macri, brindan por ambos países. Foto: DPA/ Clarín/ Internet
La cuestión de la presencia empresarial en los gabinetes latinoamericanos arroja algunas conclusiones interesantes. Numéricamente no se identifica una cantidad muy alta de ministras/os que hagan de su “éxito” como empresarios/as un criterio de legitimación y autorización para el ejercicio del cargo (aproximadamente un 7% promedio de los gabinetes latinoamericanos son ocupados por empresarios/as). Es interesante observar el fenómeno en relación con el presidente: la autoridad política proveniente del “mundo empresarial” funciona más para el cargo presidencial que para el ministerial, como fue el caso de Mauricio Macri o actualmente Sebastián Piñera, donde no se pone en juego tanto su legitimación (derivada, en ultima instancia, de la designación del presidente) como su capacidad de gestión. Al respecto, también es importante notar que los gobiernos/presidencias progresistas suelen desestimar en mayor medida los vínculos -más o menos orgánicos- con el mundo empresarial, cuestión que muchas veces está por detrás de las desestabilizaciones de las que son objeto.
La inclusión de mujeres en los gabinetes debería ser -pero aún no lo es- una discusión central de todas las fuerzas políticas.
Hoy en la región puede hablarse de un 18% promedio de mujeres en cargos ministeriales. El debate debería ser amplio, poniendo en discusión que esa presencia también pueda proyectarse (de forma reiterada y no tan sólo de manera episódica) a ministerios como los de Economía, Defensa, Seguridad o Jefaturas de Gabinete. Esta es una cuestión central para las fuerzas progresistas, si se pretende disputar las tensiones culturales alrededor de la polarización iniciada desde las fuerzas de derecha con la llamada “ideología de género”, sobre la cual se han construido imaginarios ultraconservadores y que, a grandes rasgos, puede decirse que pautan una proporción de los gabinetes latinoamericanos.

En el gobierno de López Obrador, por primera vez se integra un gabinete paritario con mujeres encabezando secretarías estratégicas. Imagen: internet
Es notable la presencia de ministros/as con formación en el exterior: el Informe distingue que en promedio un 25% de los gabinetes latinoamericanos están compuestos por miembros con estudios (de grado/posgrado/especializaciones intelectuales o profesionales de diverso tipo) en el exterior. Esto implica dos cuestiones relevantes: por un lado, que todavía es relativamente baja la oferta de formación en muchos países de la región y, por otro lado, que sigue siendo bien arraigada la cosmovisión en buena parte de las élites políticas y económicas latinoamericanas respecto de la importancia del vínculo con el exterior, sea como socialización y prestigio personal, sea desde el punto de vista de la legitimidad de las nociones que se ponen en juego al momento de definir cuestiones que hacen a los asuntos públicos de un país.
Viendo las tendencias regresivas de la democracia en la región, donde los militares vienen jugando un papel importante, se hace necesario generar una discusión sobre el poder de estos y cómo expresan sus posiciones e intereses políticos; negar su relevancia cada vez mayor en algunos ámbitos de decisión– en la consideración amplia aquí distinguida respecto de aquello que es considerado como “fuerzas militares”- y el tipo de poder que su actuación supone, puede constituir una negación conducente a mayores regresiones en materia democrática.
Elaboración: Celag Análisis Político y el apoyo de los colaboradores externos Carolina Bautista, Camilo Gauto, Dhaveline Lezama y Simon Rubiños.
Imagen de portada: Gabinete paritario del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Foto: Presidencia de la República/ Internet
Amílcar Salas Oroño. Dr. en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires (UBA), magister en Ciencia Política por la Universidad de São Paulo (USP). Es profesor en varias universidades de Argentina. Investigador del Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe (IEALC-UBA). Colabora en medios de información latinoamericanos. Autor del libro: Ideología y Democracia; intelectuales, partidos políticos y representación partidaria en Argentina y Brasil desde 1980 al 2003.