Están ahí
Junto a nosotros, nunca se han ido, nada más que a la fosa común del desprecio y la exclusión.
José Luis Treviño Flores/ A los 4 Vientos
En publicación realizada por la revista Proceso el pasado 3 de mayo, donde Christian Skoog, representante en México del Fondo de las Naciones Unidas Para la Infancia (UNICEF), asegura que “21 millones de menores viven en penuria de un universo de 40 millones, mientras que 1.5 de cada 5 niños padecen desnutrición crónica”.
El dato por sí mismo y de acuerdo a las cifras mencionadas son aterradores.
Estimado Christian Skoog, gracias por la información estadística, ahora debemos ponerle rostro.
Niños, los niños que el gobierno de Peña Nieto aseguró sacar de la desnutrición mediante su llamada Cruzada Contra el Hambre.

Situación de la niñez en México. Foto: Diario Ciudadano
Los niños que Aurelio Nuño asegura tienen educación de calidad, los niños y adolescentes que la actual legislatura asegura son su prioridad, los niños que aún se observan en las calles y cruceros arriesgando sus vidas para obtener su propio sustento, los mismos niños que acuden a las escuelas con apenas un bocado, los niños que prestan más atención a qué demonios comerán al salir de las aulas desvencijadas que a sus maestros, quienes igual de desesperados no saben cómo lograr los aprendizajes en seres secuestrados por sus estómagos, familias desintegradas y disfuncionales por un salario infame.
Los niños que viven la crisis “sólo en sus mentes”, diría nuestro presidente. Niños, muchos de ellos hijos de madres violadas y violentadas; niños que mueren solos sin saber que por su propia condición debieran merecer todas las garantías como el tesoro más preciado que una nación posee. Niños que los grupos delincuenciales los usan para sus propósitos, niños sin más esperanza que sucumbir a las ambiciones de la clase política que roba sus vidas en cada peso sustraído. Niños que no aparecen en los promocionales de los gobiernos estatales y federal.
Niños que no juegan, porque la actividad lúdica les es negada. Niños sin sueños, niños que no son estadística, niños reales que mueren a diario por no comer, niños, niñas, adolescentes…
Y si se piensa que la casi otra mitad vive bien, tampoco es verdad, porque no pueden estar bien quienes no tendrán la oportunidad de convivir con niños y niñas que morirán sin saber de lo que hubieran sido capaces al lado de los demás, ya que les es arrebatado el futuro.
Un gobierno que desprecia y olvida a más de la mitad de su población infantil, no merece representarnos, no merece nuestro respeto ni nuestra lealtad.

El presidente Enrique Peña Nieto con los mejores estudiantes de todo el país en Palacio Nacional; mil niños de 6to año de primaria y 3ero de secundaria que obtuvieron las más altas calificaciones. Foto: presidencia de la República
Es impensable para una madre o un padre abandonar a su suerte a un hijo, sólo un gobierno despótico y mezquino lo hace. Por cada uno que muere en hambre y desolación, muere México.
Enrique Peña Nieto lanza un twitter apresurado por los niños víctimas en Siria y declara su preocupación por el hambre en Venezuela, pero no mueve un dedo por los millones que mueren en su país por culpa de sus políticas excluyentes, neoliberales y entreguistas.
No se puede hablar de logros en ninguna administración que no rescata a su población más indefensa.
La normalización de la injusticia social y la violencia mediante la práctica cotidiana de ignorarlas desde las esferas de poder, maquillando cifras, desviando la atención ciudadana hacia un sin fin de opciones en los medios masivos y las redes sociales, son estrategias que coadyuvan a la inmovilidad social.
Pero niños y niñas mueren, desaparecen, son esclavizados, violados, obligados a realizar las tareas más humillantes e inhumanas, todo esto y más es lo que está detrás del informe la UNICEF.
Los recursos hoy, están ocupados en tratar de no perder el Estado de México y la presidencia en el 2018, todo el aparato de poder al servicio de la clase política para continuar el latrocinio y lapidando a la infancia. ¿Volver a votar por quienes asesinan a las nuevas generaciones sin el mínimo asomo de sensibilidad? Creo que no. Entre ambos partidos PRI y PAN, solo han incrementado la orfandad y el abandono.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) calificó de inaceptable que 70 millones de niños –4 de cada 10– vivan en situación de pobreza en América Latina y el Caribe, y que de ellos 28,3 millones estén bajo pobreza extrema. Foto: YV Noticias
Están ahí, todos los días, con la mirada perdida y sin poder explicarse porqué la vida no es como la de otros que lo tienen todo. Porqué tienen hambre, porqué no pueden sentir el calor de la seguridad, acurrucarse y dormir tranquilos sin el sobresalto de tener que despertar a la misma cruel y despiadada realidad.
Tal conducta de nuestros gobiernos no tiene más significado que uno solo: Asesinato.
Nunca hay que confundir o desviar la atención hacia frases neoliberales que en nada tienen que ver con la real y objetiva política pública de la exclusión, no es decir: –¿Qué puedo hacer yo si no tengo más que para mis hijos propios? -Pobres. Como si no nos afectara directamente.
No permitamos que vuelvan a ganar, no permitamos que incrementen las estadísticas frías, quitémosles el poder de decidir por nosotros y por los niños, que si bien es verdad, no son nuestros hijos biológicos, si son parte indivisible de la posibilidad de construir al lado de los nuestros, un mejor país donde no nos avergoncemos de verlos morir en la completa ignominia; y sí, somos responsables, por desviar la mirada, por pensar que nunca nos alcanzará tal ignominia. Estamos inmersos en la misma tierra y cada injusticia cometida por nuestros gobernantes en contra de cada niño, niña y adolescente es una injusticia directa a cada uno de nosotros y de la posibilidad de transformar.
Una frase de los antiguos mexicanos, y la dirijo a la clase política, versa así:
“Que tenga vida todo lo creado, y sea a su vez creador. Y si no crea, que perezca”
Foto de portada: Tomada de internet, de Mundo Ejecutivo Express
* José Luis Treviño Flores, Coordinador Académico en el subsistema de secundarias.