Encuentran armas de caza de hace medio millón de años

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Un grupo de arqueólogos descubrió más de 200 puntas de piedra que fueron afiladas hace medio millón de años en un sitio ubicado en África del Sur. Nuestros ancestros probablemente las usaron como puntas de lanza para cazar cebras o gacelas a una distancia de 20 a 30 metros, según dijo Jayne Wilkins, la antropóloga de la Universidad de Toronto que dirigió este proyecto de investigación.

Hay evidencia de que nuestros antepasados cocinaban carne desde hace al menos un millón de años y en Medio Oriente encontraron restos de venados destazados por nuestros hace 780 mil años, pero no había armas de caza en el lugar. Hasta ahora, las armas de caza más antiguas provenían de Alemania, en donde hallaron un sitio en donde hace 400 mil años fueron destazados caballos que probablemente fueron cazados con las lanzas de madera que ahí había. Las puntas de piedra más antiguas que se habían encontrado proceden de Francia, en un lugar que los Neandertales habitaron hace 200 o 300 mil años.

Los que fabricaron las afiladas puntas de piedra sudafricanas posiblemente fueron del grupo Homo heidelbergensis, el último ancestro común de nosotros, los Homo sapiens, y los Neandertales. Bajo esta hipótesis, ambos grupos heredamos las mismas habilidades mentales para fabricar instrumentos de piedra para la cacería, lo que explica la similitud de estas armas en ambos grupos.

La técnica de fabricación la lanzas con puntas de piedra requiere de una estructura cerebral hasta ese momento inédita en la evolución. Nuestros ancestros tuvieron que conceptualizar y planear sus acciones: tenían que idear el arma y la técnica de cacería, buscar piedras que pudieran tallar y afilar, colectar varas de madera suficientemente rígidas, manufacturar cuerdas para amarrar la punta a la lanza y fabricar la pieza completa cuidando que fuera suficientemente sólida.

La lanza con punta de piedra fue una de las invenciones más importantes en la evolución humana, ya que antes era necesario acercarse a la presa para enterrarle el cuchillo o pegarle con un mazo. Un forma de caza arriesgada e ineficiente. La invención de la lanza se facilitó la cacería y mejoró la alimentación. Gracias a este mayor aporte energético, creció la masa cerebral y prosperó la inteligencia de nuestros ancestros.

Citas: J. Wilkins et al. 2012, Science 338, 942. A. Jha, The Guardian 15-11-2012


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