EN EL CAMINO: El IEE y el Plebiscito sobre Constellation Brands; ¿Plutocracia y Cleptocracia del Gobierno de BC?
El pasado lunes cuatro de marzo el Instituto Estatal Electoral dictaminó la improcedencia del plebiscito solicitado por ciudadanos para aceptar o rechazar la Manifestación de Impacto Ambiental autorizada por la Secretaría de Protección al Ambiente de Baja California, como parte del proyecto de construcción y operación de la planta cervecera Constellation Brands en el Valle de Mexicali.
Jesús Francisco Galaz Fontes / A los 4 Vientos
No fue suficiente que los solicitantes del plebiscito cumplieran todo el procedimiento que la Ley de Participación Ciudadana establece; tampoco fue suficiente que expertos en el tema plantearan serias dudas respecto a la aprobación de una Manifestación de Impacto Ambiental técnicamente improcedente. Pareciera que al Instituto Estatal Electoral no le interesa la participación ciudadana y, con su comportamiento a lo largo del proceso de solicitud de este plebiscito, nos ha comunicado a la ciudadanía bajacaliforniana que deberíamos darnos por satisfechos con poder votar a “nuestros” gobernantes, y que poner en duda sus decisiones es ya un exceso que ellos, los Consejeros del IEE, no pueden permitir. ¡Faltaba más!

Desinformémonos
Los argumentos planteados en el dictamen aprobado por el IEE, la homogeneidad con la cual los medios de comunicación tradicionales se volcaron en descalificaciones del plebiscito; el coro de funcionarios públicos que acompañaron tales expresiones, empezando por el Gobernador del Estado y el Presidente Municipal de Mexicali; la vehemencia con la cual las cúpulas empresariales demandaron la aplicación de un resultado favorable a la empresa cervecera, y los festejos de todos estos actores al confirmar que los Consejeros del IEE se habían comportado a la altura de sus expectativas e instrucciones veladas. Todo ello apunta a que el IEE no tomó su decisión como una instancia gubernamental autónoma que hubiera considerado la legitimidad y validez de la solicitud ciudadana, sino como una instancia sometida a los grupos de interés y poder mencionados. ¿Y la participación ciudadana? Bien, gracias; ya será en otra ocasión, cuando se trate de algo que no afecte los intereses de estos señores.

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En una democracia, nos dice el diccionario, el Gobierno obedece al pueblo y, en esa medida, es de esperar que tome sus decisiones teniendo como referente central el bien común, presente y futuro, de toda la población. La decisión del IEE de no autorizar el plebiscito sobre la MIA de Constellation Brands muestra muy claramente que en el caso de Baja California su Gobierno está mucho más atento, más que a la ciudadanía en general, a los intereses y opiniones de los grupos económicamente poderosos del Estado, aquellos que ven a todos los demás como pelados e ignorantes, ya que solamente los pelados e ignorantes somos capaces de cuestionar sus decisiones.
Así pues, ahora resulta necesarios buscar términos más adecuados para describir al Gobierno bajacaliforniano. Lejos estamos de la democracia y muy cerca, mucho más de lo que pensamos, de una plutocracia aderezada generosamente de cleptocracia. ¡Baja California tiene dueños, no gobernantes; y nosotros somos siervos, no ciudadanos! ¿Hasta cuándo?
Nota aclaratoria: Plutocracia se refiere a una situación en la cual “los ricos ejercen su preponderancia en el gobierno del Estado.” Cleptocracia, por su parte, hace referencia a un “sistema de gobierno en el que prima el interés por el enriquecimiento propio a costa de los bienes públicos.” Finalmente, el término “clepto” está directamente relacionado al hurto. Así, “cleptomanía” significa “propensión morbosa al hurto” (Diccionario de la Real Academia Española).