El extraño caso de la prepa Benito Juárez
Adolfo Granados Guzmán, su fundador, fu inteligente por muchas razones. No existía la suficiente oferta educativa en Ensenada a finales de los setentas, el modelo de preparatoria era novedoso y la ubicación envidiable.
Siempre se dijo que la Benito Juárez recibía alumnos desechados de otras escuelas lo cual era en parte verdad, aunque su porcentaje no fuera tan significativo como aparentaba. Sigue siendo un híbrido entre escuela privada y pública por su modelo por cooperación. Y allí está el meollo del asunto.
Ramiro Padilla Atondo/ A los Cuatro Vientos
El modelo por cooperación está agotado. El sistema que permite que un patronato de padres de familia administre la escuela se ha prestado para muchas pillerías. Se ha convertido en negocio privado de unos pocos. Según los estatutos, el patronato habría de renovarse cada tres años. Lo curioso es que haya personas en el patronato por más de diez años, que encima tienen negocios dentro del plantel cuando no tienen hijos allí. Se consiguen un alumno del que se convierten en tutor para seguir medrando.
Y que nadie haga nada. Y encima de esto (esta es la razón por la que decidí hacer la nota) a pesar de que son sumamente exigentes a la hora de cobrar, sean malísimos a la hora de pagar. Quizá la idea de los administradores del plantel sea tener profesores que trabajen de gratis.
El lunes me eché una vuelta por la prepa. A pesar del tiempo nada ha cambiado. Los profesores tienen pocas o ninguna prestación, aun les deben quincenas del 2012 y encima les dicen que no se les paga por una deuda contraída, que les dicen es mayor al millón de pesos.
Que les den un adelanto de 200 pesos después de un mes sin cobrar es un insulto. Por eso a partir de este lunes, decidieron parar labores. Pero quizá el paro sea insuficiente. Ya es momento que las autoridades se involucren y hagan limpieza a fondo. Empezando por una auditoría del manejo del dinero que históricamente se ha manejado con opacidad. Renovar los puestos directivos y correr de manera definitiva a aquellos que tienen más de tres años en el patronato.

La maestra Anel Mora escribió en su muro de Facebook: “estamos un poco contrariados, pues fue nuestra última salida. Llevamos años esperando, a través de la vía del diálogo, algunos cambios”
Los padres de familia y sus hijos, que son los directamente perjudicados deben de hacer acto de presencia y tomar el control. Porque son los que pagan. Los profesores hicieron lo correcto. Parar labores. Nadie trabaja de gratis. Y más cuando la preparatoria se ha convertido en una mina de oro para unos cuantos.
Vaya un abrazo a los profesores diciéndoles que nos sumamos a su lucha, y un llamado a los padres de familia y autoridades para que hagan algo. La prepa Benito Juárez es un recurso renovable (para unos pocos que de allí viven) y una pesadilla para los que allí trabajan.
Ni más ni menos.