El altar maya desde la perspectiva chiapaneca, en el Día de Muertos
El altar maya es una representación que la cultura maya, en este caso la cultura maya chiapaneca, ha preservado pese a la introducción de elementos religiosos cristianos.
Limberg Antonio López García *
Dentro de esta cultura maya se encuentran los choles, tzeltales, tzotziles y tojolabales, que son grupos mayoritarios en el estado de Chiapas.
El altar se ha realizado por mucho tiempo. Los “tatuches” como se les llama a las abuelos, son los que han preservado este conocimiento y los enseñan a las nuevas generaciones.
Está dirigido por un “principal”, o persona reconocida por la comunidad para tutelar la oración al altar.
Se trata de “vivir” el altar, la cosmovisión de vida de los pueblos máyense, y con la ofrenda se agradece la vida y se celebra a la muerte más allá de la tristeza.
El sentido del altar es que es comunitario, ya que todos participan en su creación aportando frutos de temporada, verduras, semillas o lo que cada familia pueda dar y compartir con los demás.
Al final de cada fiesta o evento donde se utiliza un altar maya con ofrendas, siempre todo se comparte entre los miembros de la comunidad.
El altar con sus ofrendas es circular y esta colocado sobre el suelo.
Consta de varios colores y significados, como es el rojo, lugar donde nace la vida y está orientado hacia el Oriente.
El negro está dirigido hacia el Poniente, que es el lugar en donde reposan nuestros sueños.
El Sur se caracteriza con el color amarillo, que es el color de la fertilidad, la cosecha y la abundancia.
El color blanco se dirige hacia el Norte, que es de donde vienen nuestros antepasados.
Y el centro se divide en dos colores: azul y verde, que representan el cielo y tierra.
En cada color del altar se procura poner frutos de temporada, semillas, raíces, verdura y flores, según su color o la madurez en que se encuentre. También depende de cada región de Chiapas.
Los tamaños y diseños de las ofrendas varían según como los organice la comunidad.
Durante la oración todos participan honrando y agradeciendo a la Madre por la vida, por el trabajo, las cosechas, por nuestros difuntos, etcétera.
La oración es comunitaria y se puede colocar una vela blanca o veladora alrededor del altar.
Se trata de participar como comunidad en una forma de ver la vida en donde no nos sentimos solos, ya que somos comunidad, somos muchos y muchas, y caminamos juntos.
Hoy en día los altares mayas se han transculturizado porque se les agrega una cruz o un símbolo católico cristiano, pero aun así se preservan más los ritos autóctonos.