Duelo por mi hermano.

Comparte en redes sociales

Hace tiempo encontré esta fotografía que tomé en Jamay, pero como era mi mala costumbre no ponía referencia ni fecha. La hacía a un lado en espera del  momento de estudiarla y editarla para quitarle unas marcas de doblez que con el paso de los años se le fueron añadiendo.

Miguel Cervantes Sahagún/ 4 Vientos

Se trata de una imagen tomada en la década de los 80s a mi prima Carmen Sahagún en estado melancólico, en la puerta de la casa de los abuelos. Hoy me propuse dedicarle ese tiempo y encontré cosas sorprendentes, pues no recordaba en qué circunstancia la había tomado y equivocadamente creía que se trataba de que Carmen añoraba a un novio que le fue prohibido por las tías. No fue el caso.

Las sillas fueron puestas para iniciar el novenario por la muerte de mi hermano Jesús Salcedo Sahagún que a la edad de 41 años sucumbió al cáncer. Murió el 3 de Enero de 1988, un día después del cumpleaños de mi mamá, quien lo atendió hasta el último momento de su vida en Guadalajara.

El aspecto de mi prima es de obvia tristeza, pero también cansancio pues había participado en la preparación de la casa donde fue velado y todo el trabajo que ello lleva; desvelos, malpasadas, llantos, sobresaltos y demás…

Hay una libreta con un lápiz en el suelo. La puso ahí mientras recordaba los nombres de las personas y familias que conocieron a Jesús y asistieron al novenario. El petate también fue puesto ahí para nivelar el piso y evitar que las personas resbalaran por el empedrado que siempre existió en la entrada de la casa ubicada en la calle principal Morelos 330, dirección que me tatué en mi memoria porque hubo un tiempo en que esperaba cartas de mi madre en un traumático episodio de mi infancia, que, bueno, es otra historia.

Esos objetos indudablemente confirman que se trató del día 6 de Enero, tres días después de la muerte de Jesús, un día transcurrida su sepultura.

El gato negro fue una sorpresa porque a simple vista solo parecía una mancha en la parte inferior, pero al resaltar los detalles surgieron esos ojos contrastantes que con las orejas jaladas dan un aspecto de alerta y tenebra. Ese fue uno de los gatos que tres años antes participaron en salvarle la vida o quizá una fuerte lesión a Jesús porque en la mañana del 19 de Septiembre de 1985 brincaron, maullaron y corrieron de la cama donde acompañaban a mi hermano, anticipando el temblor de la ciudad de México que impactó fuerte a Jalisco.

Cuando Jesús despertó y siguió a los tres gatos al patio vino el temblor, sacudió la casa de los abuelos y unos ladrillos cayeron precisamente en la cama donde dormía.

Después supe que ese gato negro junto con los otros dos murieron en cuestión de días después del novenario. Adoraban a Jesús Salcedo y lo más seguro es que ya no quisieron vivir sin su existencia.

*Fotógrafo, periodista y buen narrador. Con una carrera profesional de cuatro décadas trabajando para diversos medios de comunicación estatales y nacionales, Miguel Cervantes Sahagún es referencia obligada del periodismo en Baja California.  


Comparte en redes sociales