DOLOR CRÓNICO III: Consorcios multidisciplinarios regionales para retar al monstruo del suplicio
Enfermedades sumamente dolorosas, incluido el malestar crónico que en México padecen 27 a 32 millones de personas, repercute en un sufrimiento intenso que, en términos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se traduce en grave desgaste económico, social, patrimonial y siquiátrico tanto de los enfermos como de sus familias, mientras que al país en su conjunto le representa un costo anual cercano a los 200 mil millones de pesos.
Javier Cruz Aguirre / 4 Vientos
Foto destacada: La actitud para enfrentar el reto del dolor en México (Captura de pantalla en Youtube).
Ensenada, B.C., México, jueves 13 de octubre 2022.- Cifra enorme que crece año tras año, como se incrementa el dolor en quienes lo padecen.
Argelia Lara, jefa del Departamento de Medicina del Dolor y Paliativa del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, informó en una entrevista con el diario El Universal, que desde 2017 los costos de atención a esta epidemia de dolor y todas sus secuelas sociales, económicas, legales, patrimoniales y familiares corresponden al 3% del producto interno bruto (PIB) del país, cifra mayor al costo de enfermedades cardiovasculares y cáncer juntas.
Considerando que el PIB de este año asciende a seis billones 37 mil millones 200 mil pesos -según reporte financiero del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), al mes de junio de 2022-, el país destina más de 197 mil 641 millones de pesos anuales a la atención de padecimientos de dolor.
¿Qué significa esa cantidad en el contexto internacional de la pandemia de dolor?
Comparar datos permite dimensionar el problema. En Estados Unidos se registran pérdidas anuales de 17 mil a 20 mil millones de dólares debido a la disminución de la capacidad de producción de trabajadores con dolor crónico de cabeza, y otros seis mil millones por dolencias asociadas con el estrés, según reveló la gerencia médica de la farmacéutica Pfizer en enero del presente año.
En México, sin embargo, el recuento de daños supera con mucho el aspecto económico; daña profundamente la calidad de vida de la inmensa mayoría de la población.
El presidente destaca el afán de los gobiernos neoliberales de privatizarlo todo y afirma que esto llevó al abandono y casi la destrucción total del sistema nacional de salud. Lo más preocupante de ello, afirma, es el déficit de profesionistas y trabajadores de la salud, sobre todo de enfermeros y médicos especialistas.
La pandemia de Covid dejó al desnudo el tamaño del monstruo, justo cuando aún no existían vacunas y cientos de miles de personas contagiadas por el coronavirus se debatían entre la vida y la muerte.
El reporte 2021 del Panorama de Salud que elaboró la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), de la cual México es socio, describe el desolador cuadro que dejó el sistema que gobernó al país durante 36 años:
- Tenía 2.4 médicos por cada mil personas cuando lo recomendable por la organización es de 3.5; ofrecía 2.9 enfermeras por cada mil ciudadanos cuando debían ser 3.6; y disponía de 3.3 camas en Unidades de Cuidades Intensivos por cada 100 mil habitantes cuando el promedio en América Latina era de 9.1.
Apenas el pasado 17 de mayo, el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), con datos de la OCDE, revelo que, con una inversión de sólo 607 dólares al año por habitante, México es el país con la menor financiación gubernamental en salud entre los países de la esa organización mundial.
Siete días antes Zoé Robledo, director general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), dio a conocer datos alarmantes.
Dijo que el país requiere urgentemente, “más de 33 mil trabajadores de la salud: médicas, médicos, generales y también especialistas; enfermeras, de todas las categorías de enfermería, desde las enfermeras especialistas hasta las auxiliares de enfermería; pero también todo el resto del personal que permite la operación de un hospital”.

Zoé Robledo y sus planes para atender tanta necesidad eN un sector que se hundió en 20 años (Foto: Diario La Verdad).
Cinco meses después, y tras informar sobre miles de plazas que se han abierto en el sector salud, la contratación y entrega de becas a médicos residentes, las convocatorias para que médicos especialistas y enfermeros o enfermeras acepten plazas en zonas de mayor marginación social del país, el presidente declaró el pasado 11 de octubre:
“Fortalecemos el sistema de salud pública para que se tenga un buen servicio y se cumpla con lo que establece la Constitución: el derecho del pueblo a la salud. El compromiso es que el año próximo tengamos un sistema de salud como lo merece nuestro pueblo”.
Ese mismo día, el director del IMSS presentó la convocatoria internacional para la contratación de 779 médicos especialistas, extranjeros y nacionales, dispuestos a incorporarse a hospitales en comunidades de altos niveles de marginación social.
Con esa estrategia se pretende subsanar el déficit de 43 especialidades en 54 hospitales que atienden a población sin seguridad social la mitad de los estados de la República: Baja California, Baja California Sur, Campeche, Chiapas, Chihuahua, Colima, Guerrero, Hidalgo, Michoacán, Nayarit, Oaxaca, Sonora, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas.
Otra medida inaplazable: construir 200 universidades Benito Juárez, de las cuales 145 ya están funcionado con 64 mil alumnos, consiste en destinar las otras 55 universidades exclusivamente a estudiantes de medicina y enfermería, a fin de revertir el déficit de profesionales de estas especialidades, afirmó el presidente en su cuarto informe de gobierno.
Claudia Sheinbaum Pardo, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, también se sumó a ese esfuerzo.
En 2020, Sheinbaum inauguró la Universidad de la Salud, ubicada en las instalaciones de lo que fue la Escuela de Ingenieros Militares en la cuarta sección del Bosque de Chapultepec. Actualmente, ahí estudian 2 mil 635 jóvenes de diversos lugares de la República. Egresarán con licenciaturas en medicina o, en su caso, enfermería familiar y comunitaria, pero las especialidades de medicina del dolor y tratamiento paliativo quedaron pendientes.
El costo y mantenimiento de esa Universidad de Salud corre a cuenta del erario de la Ciudad de México. Y todas las obras, incluidas las del sector salud, están programadas para concluirse antes de que finalice el sexenio en 2024.
El problema es que ningún proyecto incluye la atención especializada a ese enorme sector de la población, 27 a 35 millones de personas, que sufre de dolor crónico.
El pasado 12 de octubre, 4 Vientos consultó el sitio virtual del Registro Médico para la contratación de médicos especialistas (medicosespecialistas.gob.mx), y constató que en la lista de especialidades solicitadas no está la de Algología, rama de la medicina que estudia el dolor y su tratamiento científico.

El déficit de especialistas en la medicina del dolor es muy evidente y son pocas las instituciones universitarias que incluyen la asignatura en su plan de estudios (Foto: Doctor Paulo Rodríguez).
¡Goooya!, una esperanza de alivio
Desde 2010 la Universidad Nacional Autónoma de México incluyó en el Plan de Estudios de la Facultad de Medicina, la asignatura de Algología, porque tras constatar en estudios diversos que “el dolor es un síntoma asociado a la mayoría de las enfermedades en la práctica diaria en consulta externa, intrahospitalaria y de urgencia”, consideró que para nuestro país es de “gran relevancia social y profesional”, la formación de médicos especialistas en el tratamiento científico del dolor.
La UNAM –institución que en América Latina ocupa el segundo lugar en su rango y el 105 a nivel mundial, según edición 2022 del ranking mundial QS de Inglaterra-, es casi única en el país en ofrecer la especialidad de Algología.
En su plan de estudios de Algología, aplica estrategias de enseñanza, aprendizaje y evaluación, con exposición audiovisual, análisis de casos clínicos, mapas conceptuales y práctica clínica supervisada, para que el médico egresado sea capaz de otorgar atención al paciente con dolor, establecer el diagnóstico oportunamente mediante semiología y exploración física detallada, ofrecer tratamiento adecuado e identificar los casos que requieran estudio y manejo especializado para derivarlos oportunamente
El problema, no obstante, sigue siendo mayor a los esfuerzos de la UNAM.
La clave para iniciar la solución de raíz está en establecer un diagnóstico nacional sobre atención a la población adulta y pediátrica que requiere permanentemente medicina paliativa y para el dolor, como lo han señalado la doctora Nadia.
José Ignacio Santos Preciado, secretario del Consejo de Salubridad General, también hizo un exhorto en el mismo sentido, que fue publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el 28 de octubre del 2021.
Dicho exhorto convoca a los integrantes del Sistema Nacional de Salud para que proporcionen información relevante respecto de la atención del dolor crónico y aplicación permanente de la medicina paliativa que brindan a la población.
Cabe mencionar que el Consejo de Salubridad General es un órgano colegiado que depende directamente del Presidente de la República y tiene el carácter de autoridad sanitaria, con funciones normativas, consultivas y ejecutivas.
El llamado oficial incluye una cédula informativa para que las dependencias y entidades de gobierno, así como las instituciones del sector privado que presten servicios de salud, realicen y remitan el documento –en un plazo de 120 días contados a partir de la publicación del exhorto- con el que se elaboraría un diagnóstico nacional sobre la atención del dolor crónico y la aplicación permanente de la medicina preventiva, según lo aprobó el Consejo el 11 de agosto del 2021.
Ese día, en un comunicado de la Secretaría de Salud, Santos Preciado manifestó:
Citó diversas normas legislativas que en México justifican el exhorto. Entre ellas el artículo Primero de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que destaca “el valor superior de la dignidad humana como un derecho fundamental”. Y el artículo 4º de la Carta Magna que establece el derecho de toda persona a la Salud.
También se sustenta en el Acuerdo del 26 de diciembre de 2014 por el que en Consejo declaró la obligatoriedad de los esquemas de manejo integral de Cuidados Paliativos; y el Acuerdo del 14 de diciembre de 2016 que declara la obligatoriedad de aplicar la Guía del Manejo Integral de Cuidados Paliativos en el Paciente Pediátrico.
Finalmente, entre otra veintena de documentos, citó la Norma Oficial Mexicana NOM-011-SSA3-2014, documento que contiene los “criterios y procedimientos mínimos indispensables” para la atención de enfermos en situación terminal a través de cuidados paliativos.
“En realidad, cada quien trabaja por su parte y hace lo que quiere con esa normatividad a medias”, observó la doctora Caram. “Parece que no se entiende que son varios problemas que debemos atender todos al mismo tiempo”.
Y todo indica que la científica tiene razón. Hasta el 12 de octubre de 2022, el Consejo de Salubridad General no da información del promocionado, esperado y necesario diagnóstico nacional.

La Facultad de Medicina de la UNAM (Twitter UNAM).
Consorcios de científicos contra el dolor
La doctora Caram, investigadora del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (Cicese), propone impulsar algo que en la práctica ya comenzó a darse: la creación de Consorcios multidisciplinarios integrados por científicos, representantes de laboratorios farmacéuticos de la talla de Novaris y Pfizer, gobiernos estatales, hospitales regionales de las secretarías de la Defensa y Marina, el IMSS y personal del sector salud que ayude a realizar protocolos de investigación clínica.
Entusiasmada con la propuesta, agregó que incluso gente de dinero, “vamos a decir un Carlos Slim”, que tiene fundaciones de apoyo a trabajos de investigación, “pueden aportar recursos para desarrollar un conocimiento cien por ciento mexicano”.
Caram Salas reconoce que la creación de estas sociedades, que en el Cicese tienen casos de éxito como el del Consorcio de Investigación del Golfo de México (CIGOM), en donde Petróleos Mexicanos (PEMEX), la UNAM, el Cinvestav, el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático, y BajaInova, entre otras instituciones mexicanas, se coaligaron para operar un proyecto multidisciplinario de nivel mundial.
De momento, mientras se comprende y apoya la creación del primer consorcio en el país especializado en medicina del dolor, que bien podría tener su sede en el Cicese porque es la única institución en Latinoamérica que estudia las toxinas presentes en animales endémicos (caracoles marinos y alacranes), comparte:
“Lo que hacemos es platicar, ponernos en contacto con otros investigadores y decirles: ‘sabemos que tienes esta tecnología, ¡préstamela!’ Otros tienen conocimientos en áreas de mutuo interés, lo que nos permite hacer un grupo, un equipo de trabajo”.
Pero de todas maneras siempre está presente la limitante de la economía:
“El proyecto ya está, la intelectual ya está, el abordaje ya está, pero ¿dónde compramos reactivos? No tenemos para continuar”, se quejó.
“Son metas que no se logran al corto plazo”, advirtió, “por el nivel de cultura y políticas que tenemos”.
Sin embargo, insistió la investigadora, es posible consolidar proyectos regionales y crear decenas de clínicas en los hospitales públicos en donde se aplique una política de unificación que incluya un fisioterapeuta, un algeólogo y un neurólogo especializados en dolor y tratamiento paliativo, tal y como funciona de manera primordial en los sanatorios de Estados Unidos y Canadá.
“Eso abriría muchísimas oportunidades para todos los sectores y un incremento considerable en la calidad de vida de los enfermos de dolor”, comentó la científica, plenamente convencida de que unidos en consorcios contra el dolor, se puede aliviar el padecimiento de millones de personas que imploran ayuda.
(Continuará)