DESDE LA IZQUIERDA: Los pepenadores de la política cristiana

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En su hermoso libro De Profundis, Oscar Wilde dice que “los verdaderos filisteos son aquellos que estimulan las fuerzas irracionales, enojosas y ciegas de la sociedad en un afán de trastocar los sentimientos y demandas de la mayoría de la gente. No reconocen la fuerza de un hombre o de un movimiento. Viven desafiando las leyes y cuando llegan al límite de la locura, recurren a ellas para que los protejan”.

 

Jesús Sosa Castro* / Edición de 4 Vientos

Foto destacada: Cuadro de Sergio Garval: “Exquisitos pepenadores” (Pinterest).

 

Para nadie es un secreto que la oposición mexicana vive una crisis profunda. Ha hecho de su vida social la expresión más ruin en su comportamiento con el pueblo. No tiene proyecto. Se opone sistemáticamente a todo lo que hace el gobierno. Es el modus operandi de sus pronunciamientos políticos.

Los grupos opositores encarnan las más despreciables mezquindades. Solo piensan en sus intereses y privilegios, Por eso nunca saben a donde les conduce su camino. Nada les sale bien porque no entienden cuáles son las necesidades y qué es lo que quieren para la sociedad.

Buscan y trabajan para recuperar el poder, para seguir viviendo de la ubre a la que estuvieron pegados por décadas sin que nadie les criticara sus conductas depredadoras. No les importó que el pueblo esté pasando enormes dificultades para poder subsistir

Desde antes de que fuera electo el actual presidente de México y durante sus casi cuatro años de gobierno, sus opositores no descansan de inventar mentiras contra todo lo que hace. Tanto se han desgastado que en su haber sólo han cosechado derrotas políticas y electorales.

Sus bandas corporativas y sus partidos buenos para nada siguen tratando de imponer decisiones arbitrarias que la mayoría del pueblo no solo rechaza, sino que a la vista de la mayoría de la gente se están convirtiendo en el hazme reír de la población.

La democracia es la ausencia principal en sus prácticas políticas. Necesitan remar fuerte y a contracorriente para que sus limitadas y desquiciadas posiciones no se coman a sus partidos que están al borde del colapso. ¡Estas tareas les son difíciles y complejas!

 

Los grupos opositores encarnan las más despreciables mezquindades. No tiene proyecto. Se opone sistemáticamente a todo lo que hace el gobierno. Es el modus operandi de sus pronunciamientos políticos (Foto: Página 12).

 

Como fuerzas políticas y sociales desplazadas del gobierno, dejaron en su andar a la mayoría del pueblo en la más aberrante pobreza, el desempleo, el caos económico, la violencia y el saqueo de nuestros recursos. Ahora están obligadas a la corrección de sus prácticas políticas para intentar salvar su alma y sus organizaciones.

Los que componen el estamento más rabioso de esa oligarquía son personas distintas entre sí, pero piensan al través de las ideas de otros. Esto explica que haya sectores del pueblo que sigan los planteamientos políticos de sus explotadores.

La derecha de nuestro país no entiende el ejercicio de su trabajo, no distingue los espacios de la conflictividad social. Sigue usando los mismos viejos métodos de la burocracia política que fue derrotada en el 2018. Su “lucha y sus acciones” están impregnadas de un neoliberalismo jacobino, formalmente remozado.

Sus militantes están atrapados en un pragmatismo estéril en el cual, de manera arbitraria, separan la política, la ética, la civilidad, la cercanía y defensa de la mayoría de la sociedad. Al lado de estas cuestiones negativas hay, además, algo que nunca podremos encomiar: el lenguaje soez, el clasismo, el racismo y el odio con el que tratan al pueblo.

Tantas son sus sandeces, que sus prácticas políticas y su verborrea delirante no solo los aleja de la gente. Su hipocresía la han convertido en el espejo de un comportamiento en el que se ve la pérdida de su supuesta conducta cristiana.

Para los luchadores sociales, la expresión de las ideas y la coherencia política en la defensa de las demandas del pueblo son la mejor forma para comprender el sentido de la vida. Cristo, con una “imaginación vasta, eligió para su reino a aquellos que, por momentos, cayeron en el silencio y en la pasividad. Luego los llamó para que un día se levantaran y pusieran su fuerza, su valor y su lucha, al servicio de los desvalidos, de los sordos y de los ciegos. Quiso ser el grito de angustia de todos los que tenían la lengua trabada, la trompeta de las muchedumbres que no sabían cómo encontrar la forma de expresarse” (*)

¡Lo logro! En cambio, los derechosos de México son unos cristianos farsantes.

 

Fotografía de Oscar Wilde en 1882 por Napoleón Sarony (Heritage Images / Getty Images).

 

(*) De Profundis, Oscar Wilde, Editorial Nuevo Talento, distintas páginas.

 

Es activista social en Ciudad de México. Comunista, analista político y articulista. Forma parte de la línea congruente y crítica del Partido Morena.

Ensenada, B.C., México, lunes 10 de octubre del 2022.

 


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