DESDE LA IZQUIERDA: Los libros, las conquistas y la espada de Alejandro Magno
De manera recurrente, el presidente de la República y otros machuchones de la política, hablan de que nuestro pueblo está muy avispado. Que ya no es presa fácil del engaño, la insidia y la manipulación. Que la derecha y sus instrumentos de control ya no operan con eficacia porque el pueblo ya despertó.
Jesús Sosa Castro* / 4 Vientos
Foto destacada: Alejandro Magno lucha en la batalla de Issus, en el año 333 A.C. (Mural hecho en mosaico romano / Bettmann / Getty Images).
Quienes esto afirman tienen cierta razón, pero ¿esa politización de la que se habla está fundada en el estudio de los problemas del país, en el análisis racional de la cosa pública, en la asunción de una cultura política que profundice y dé valor ético a la política para combatir de manera eficaz a la oposición que quiere desbarrancar la transformación del país?
¿No será que el apoyo mayoritario del pueblo al proyecto que encabeza Andrés Manuel López Obrador se debe a que la gente ve la entrega, la honestidad, la transparencia y los resultados de un gobierno que tiene el timón de la nave desde el 2018 y que, por eso, el apoyo popular es en realidad la adhesión al obradorismo y no un apoyo convencido a quienes dicen dirigir a Morena y a los aliados?
¿No será que el rechazo a la incultura, a la rabia, a la incapacidad de la derecha para formular propuestas que convenzan a la gente de que ella es portadora del cambio que tanto cacarea, pero que no asoma el rostro por ninguna parte del territorio nacional?
¿No será que el apoyo del pueblo a la 4ª transformación SOLO expresa la fuerza política y moral del presidente López Obrador, y no la indispensable educación y cultura de su militancia para cerrarle la puerta al oportunismo de muchos que ven en lo electoral su momento para hacerse de un poder que no les dan, necesariamente, los electores?
¡El porvenir del país está en riesgo! La embestida nacional e internacional del conservadurismo exige de los partidos de la coalición “Juntos hacemos historia” no solo trabajar intensamente por la unidad entre ellos. Se requiere dejar atrás la mixtura de una estela de irreverencias, desconcierto y añoranzas por los viejos tiempos donde las cosas importantes de la política, las decidía el dedo del Señor o las cúpulas doradas.

Imagen de edreams.com.mx
Ahora, ya es el pueblo el que empieza a tomar las decisiones fundamentales en la construcción de un nuevo país Sin embargo, los cambios en México no solo provocan ira, rechazo y desesperación de los que perdieron sus privilegios. También les provoca ansiedad porque fueron desplazados de un universo que les resultaba demasiado grande.
No previeron que cuando el pueblo cultiva y desarrolla sus convicciones, las organiza y las pone al servicio de su bienestar, sus ideas reverberan y viajan más allá de sus fronteras, enseñándonos que la desigualdad y la injusticia se combaten luchando contra ellas, fortaleciendo nuestra cultura y nuestros sentimientos por la democracia y la libertad.
El mundo caótico, incierto y movedizo que vivimos no lo podremos componer sólo con la participación mayoritaria del pueblo en los procesos electorales. Necesitamos abrirle espacio a la lectura, a la educación y hacer de la información y la lucha, las armas fundamentales que den sustento a nuestros ideales.
Necesitamos convertir la lectura en el instrumento que buscaba el escritor español Carlos Ruiz Zafón cuando puso en manos de la juventud lo que los viejos de edad y de pensamiento habían convertido en el cementerio de los libros olvidados.
En cambio, “Alejandro Magno, el cazador de la inmortalidad, irradiaba la leyenda según la cual su historia favorita para contar junto al fuego no eran las victorias militares ni las conquistas del mundo, sino la extraordinaria aventura que le dejaban los libros y los pensamientos encontrados en ellos” (1).

Alejandro Magno escucha a su tutor, el filósofo griego Aristóteles (Imagen: Stock Montage/Getty Images).
Cuando quienes apoyan la cuarta transformación lean y comprendan más de “3.8 libros por año y sólo en dos entienden su contenido” (2) estaremos construyendo la base cultural necesaria que dé a las luchas del pueblo un sentido diferente a su trabajo político.
Tenemos que ganar la batalla a la abulia, a la intrascendencia de nuestras opiniones. Si no nos preparamos -en toda la acepción de la palabra- cuando el presidente López Obrador termine su encargo, el obradorismo también terminará y la obra social en la que nos empeñamos millones de mexicanos puede sufrir un traspiés que no nos merecemos la mayoría de los mexicanos.
Esforcémonos, entonces, por avanzar en nuestra formación. Hagamos de los libros y de las lecturas cotidianas el mejor soporte ideológico a nuestras posiciones políticas.
Alejandro Magno siempre dormía con un ejemplar de la Ilíada y una espada debajo de la almohada. Nosotros, podemos hacer de los libros y de la política nuestras armas principales.
¡La espada la usaremos solo si es necesario!
(1) El infinito en un junco, Irene Vallejo, Editorial Siruela, Biblioteca de Ensayo.
(2) Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
* Es activista social en Ciudad de México. Comunista, analista político y articulista. Forma parte de la línea congruente y crítica del Partido Morena.
Ensenada, B.C., México, lunes 20 de febrero del 2023.
Totalmente de acuerdo contigo camarada, sin embargo un pueblo que No lee será presa fácil de la derecha, de ahí que Morena cómo instrumento tiene el deber de formar sus cuadros políticos y fomentar la lectura.