Cuentos e historias para la ternura: Yakiri
Hace tres años conocí a José Luis Rubio. Yo impartía un taller de narración oral en el penal femenil de Santa María Chiconautla en el Estado de México, todos los viernes por la mañana, y en una ocasión al llegar al penal, ahí estaba él con su pareja dando clases de baile a las mujeres de la prisión. Al terminar el baile siguió la clase de los cuentos y ahí estuvieron su compañera y él escuchando a las narradoras. Las felicitaron y al salir del penal fuimos a comer juntos a una pequeña fonda y platicamos largamente sobre el baile, la prisión, la cultura comunitaria y sobre la vida misma. Nos unía el ser todos originarios del barrio de Tepito en la Ciudad de México.
Cuauhtémoc Rivera Godínez/ A los Cuatro Vientos
Nos despedimos y fue hasta septiembre del año del 2013 que nos volvimos a encontrar en su puesto de ropa afuera del metro Lagunilla. Quedamos de volvernos a ver pero ya no ha habido ese reencuentro.
Esta semana me sorprendí al encontrar en la prensa nacional la historia de una muchacha de nombre Yakiri y saber que es la hija de José Luis. Esta historia es terrible, dolorosa, lamentable y nunca debió haber ocurrido.
Quiero compartirla con ustedes porque en este oficio de contar historias está también el trabajo de recolectar historias de la vida cotidiana, y porque cualquier mujer, cualquiera de nuestras hijas, hermanas, esposas, vecinas, primas, amigas, novias, puede ser Yakiri, en esta ciudad desgobernada por la delincuencia organizada que se hace pasar por un gobierno de izquierda. Ojala y sirva para conmovernos y movernos. Un abrazo y espero que el 8 de marzo el gobierno capitalino no tenga el descaro de celebrar el día de la mujer.
Va pues la historia de Yakiri, de sus padres, vecinos, amigos, familiares en cuatro notas de la prensa.
Yakiri y la justicia en la ciudad de México
Paula Chouza
Yakiri tiene 20 años, no pesa más de 48 kilos y el lunes pasado fue acusada de homicidio calificado en la Ciudad de México. La supuesta víctima era un hombre de 37 años, de nombre Miguel, “1,80 de estatura y más de 90 kilos”, describe el padre de la muchacha. Una historia inverosímil porque la joven, que acudió a una oficina de la policía ministerial para denunciar que dos sujetos la habían secuestrado, violado y golpeado, acabó saliendo como imputada en un asesinato, directa al penal para mujeres de Santa Martha Acatitla, al oriente de la capital.
Su caso cobró fuerza en las redes sociales la pasada semana gracias al apoyo de varias organizaciones (Mukira, Centro de Derechos Humanos de las Mujeres, Red Nacional Género y Economía Siembra AC y Justicia para Nuestras Hijas).
Según el relato de la defensa particular de Yakiri, Ana Catiria Suárez Castro, la joven permaneció 10 horas en la comisaría, donde le practicaron una sutura “mal hecha”, pues tenía varias puñaladas en las manos y en los brazos, además de rasguños por todo el cuerpo.
La muchacha denunció que el agresor estaba acompañado de su hermano menor, Omar, de 33. Ambos habrían llevado a la fuerza a la joven hasta un hostal de la colonia Doctores, un barrio bravo cercano al centro de la capital . “Súbete flaquita, súbete flaquita”, le dijeron desde su moto minutos antes de levantarla (secuestrarla). “A golpe de navaja”, relata la abogada, “la llevaron hasta el motel Alcázar, donde los dos sujetos entraron con familiaridad, sin pedir llave”. Luego la agarraron y la desnudaron entre los dos, la golpearon y el mayor, Miguel, la violó. “En uno de los forcejeos ella logra empujar el arma y el agresor se corta a la altura de la aorta”.
Según explica José Luis, el padre de Yakiri, la muchacha pidió perdón asustada al ver brotar toda la sangre. Él se vistió únicamente los pantalones y desapareció en la moto con su hermano. Horas más tarde, mientras la joven prestaba declaración, Omar apareció en la comisaría y la denunció como presunta homicida de su hermano, a quien dijo haber encontrado en su casa sin vida maniatado. “¿Cómo mi hija, tan delgada a su lado, iba a poder hacer algo así?” Al día siguiente los diarios de nota roja publicaron la foto de Yakiri. La llamaban asesina y decían que había sido un crimen pasional, puesto que salían juntos. “No es verdad”, dice su padre, “no se conocían y además mi hija es lesbiana y esa tarde se bajó del metro Doctores sobre las siete y media para encontrarse con su pareja”.
Después de hacer la denuncia, nada más se supo de Omar. Según la familia de Yakiri, Miguel tenía 16 averiguaciones previas abiertas, el 22. “Ese barrio es su zona de influencia, en Facebook se presenta como trabajador del Tribunal Superior de Justicia, como cargador, tiene nexos con policías”, dice.
José Luis sostiene que desde un principio las autoridades llevaron el caso con irregularidades: “Mi hija es detenida y no nos enteramos hasta las once y media del otro día. La incomunican. Le devuelven su celular y le dicen ‘haz tu llamada’, pero es sabido que en esos búnkeres no hay red, así que cuando ella pide llamar le dicen que ya es muy tarde, que mejor al otro día. Sin embargo cuando se levanta el martes, la respuesta cambia: ‘Qué crees, ya se enteró tu familia’. Nosotros fuimos hasta allí y nos dijeron que se la habían llevado ya a la cárcel, pero no, todavía estaba allí”.
La familia de Yakiri es del barrio de Tepito, una de las zonas más violentas de la Ciudad de México. “Nosotros somos la otra cara del barrio, gente de cultura”. Apoyados por el Gobierno y el mundo artístico, han promovido diferentes actividades. “Antes del suceso mi hija participó con nosotros en un proyecto para combatir la violencia de todo tipo, entre ellas la de género y sexual”.
José Luis, esperanzado, asegura: “No solamente queremos a mi hija libre, queremos sentar precedente. Que esto no se repita”. Este martes termina el plazo para que la defensa presente las pruebas documentales antes de que el juez decida liberar o dictar auto de formal prisión para Yakiri. Apenas este lunes, la muchacha que lleva una semana encerrada, había recibido la primera visita de un psicólogo.
Fuente:. http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/12/16/actualidad/1387227046_222077.html
Denuncia violación y termina presa
Jesús Badillo
Ciudad de México. Eran las 8 de la noche del 9 de diciembre del 2013 cuando Yakiri Rubí Rubio Aupart, de 20 años, caminaba por la colonia Doctores para verse con su novio. Miguel Ángel Ramírez Anaya y su hermano Luis Omar a bordo de una motoneta se acercaron a ella:
– Flaquita, flaquita. Súbete, flaquita, dijo uno de ellos a Yakiri.
Uno de los hermanos se bajó de la moto y se acercó a la joven para amagarla con un cuchillo. La subió a la moto entre su cómplice que manejaba y él que sostenía el arma. La llevaron al hotel Alcázar y subieron al segundo piso, explicó José Luis Rubio, papá de Yakiri en entrevista telefónica.
Le pusieron una toalla en la boca para que no se oyeran los gritos. Encendieron un cigarro de mariguana. Ya chingaste a tu madre, le dijo uno de los hermanos a Yakiri.
“Miguel Ángel se quedó con Yakiri en un cuarto, mientras Luis Omar salió para dejarlos solos”. El hombre de aproximadamente 37 años de edad, 1.80 de altura, más de 90 kilos, apodado El Bolas o El Mamertis presuntamente “torturó y abusó sexualmente” de la joven de 20, explica el papá de Yakiri en un blog en internet bajo el titulo “Liberen a mujer que defendió su vida durante una violación #JUSTICIAPARAYAKI” y que está dirigido al jefe de gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera.
“El presunto violador quería matar a mi hija con un cuchillo”, dice José Luis Rubio: “Yakiri se la fue encima a Miguel Ángel. Éste la azotó en la pared. El Mamertis se irritó y se dejó caer. Los dos rodaron en el piso. Ahí, los dos lucharon: el hombre apuntaba el arma al cuerpo de la joven; ella lo tomó con sus manos. La chica de 20 años dobló sus muñecas y enterró el arma en el cuello del sujeto”.
Con la cortada, Miguel Ángel se puso una bermuda. Tomó el arma que minutos antes rosó su cuello. Dejó ropa en la escena, detalló el padre de la joven. Subió a la moto y condujo a la calle de Doctor Jiménez. Él vivía cerca de la sede de la Procuraduría de Justicia capitalina.
El presunto agresor murió en su casa. Su hermano y cómplice Luis Omar sustentó esa historia en su declaración, dijo el papá de la víctima.
Yakiri corrió para abandonar el hotel, “gritando, semi-desnuda, pidiendo ayuda. Logró llegar a una nevería donde explicó que acababa de ser violada y pidió apoyo para llamar a la policía”, narró el papá de la víctima.
“Al llegar la policía, explicó el ataque al que sobrevivió y realizaron un recorrido en busca del agresor y su cómplice. Localizaron a Luis Omar Rodríguez Anaya. La policía lo confrontó y el criminal acusó a la joven de haber matado a su hermano”, dijo.
“El tipo aparece tasajeado, como si él hubiera sido quien suplicó. Miguel Ángel fue incinerado”. No dejaron evidencia, expuso José Luis Rubio en entrevista.
Yakiri fue detenida por homicidio la misma noche y fue llevada al Centro Femenil de Readaptación Social Santa Martha Acatitla.
Sin abogado, las autoridades le tomaron declaración tres veces. Cuando sus familiares llegaron para saber sobre la joven, dijeron que ya había caído en contradicciones. Pidieron ayuda a un familiar que es abogado civil para llevara el caso; “se la comió el Ministerio Público”.
“Somos de Tepito. Somos gente trabajadora. Representamos la cultura. Mis hijas y yo estuvimos en un proyecto en lucha contra la violencia, pero la misma violencia nos ataca”, lamentó José Luis Rubio.
Algunos medios de comunicación difundieron que Yakiri era amante de Miguel Ángel. Que eran novios, pero “ni siquiera eran amigos. No se tienen agregados al Facebook. No hay eso. Mi niña es una niña muy alegre, una niña que no se dejó, gracias a esa rebeldía”. Hoy la acusan de homicida, solloza.
Hoy el juzgado 68 determinará la situación de Yakiri: si decide darle el auto de formal libertad o el de prisión. Familiares y amigos anunciaron que se concentrarán en las afueras de las instalaciones para exigir que las autoridades consideren el acto en defensa propia. “Que si mi hija no se hubiera defendido ahorita estaría su cuerpo en un basurero”, menciona José Luis Rubio.
La versión de la PGJDF
Por su parte, la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal también tiene su versión de acuerdo a la denuncia presentada en la Agencia Central de Investigación por Luis Omar.
El hermano de Miguel Ángel dijo que “se encontraba en la entrada de una Unidad Habitacional, en la calle Doctor Jiménez, cuando llegó Miguel Ángel Ramírez Anaya, a bordo de su motoneta, semidesnudo y con manchas” de sangre, según menciona la procuraduría capitalina en un comunicado.
Miguel Ángel abrazó a su hermano. Antes de morir, alcanzó a decirle que estaba en un hotel, en Doctor Liceaga, con una mujer quien vestía pantalón y chaleco, color negro y que lo había apuñalado. Luis Omar vio que su familiar tenía una cortada en el cuello. Solicitó la ayuda de una ambulancia, pero sólo llegó para certificar su fallecimiento.
Elementos de la Policía de Investigación detuvieron a Yakiri cuando corría por la calle desnuda del torso, con manchas de sangre y algunas heridas producidas por arma punzo cortante en brazos y manos.
Los agentes la revisaron, encontraron en su bolso de mano teléfonos celulares, un cúter y un cuchillo de cocina.
Luis Omar vio a Yakiri y la señaló como la persona que Miguel Ángel había descrito era quien lo había atacado.
La Policía de investigación fue al hotel para realizar pruebas periciales, y al entrar a la habitación 27, donde ocurrieron los hechos, localizaron manchas de sangre, un par de zapatos de hombre y un cuchillo, “con el que probablemente la mujer privó de la vida a Miguel Ángel Ramírez Anaya”, dijo la procuraduría capitalina.
Esa noche, el Ministerio Público obtuvo pruebas periciales que acreditaban la probable responsabilidad de Yakiri en el homicidio de Miguel Ángel, por lo que procedieron a consignarla ante un juez.
Nota de la Redacción a Los 4 Vientos:
Yakiri Rubí Rubio Aupart ya está en libertad. Habiendo sido acusada originalmente de homicidio doloso, los magistrados de la Quinta Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal reclasificaron el pasado lunes 3 el cargo a “homicidio con exceso de legítima defensa”, y debido a que el Código Penal del DF lo considera no grave, quedó abierta la puerta a la libertad para Yakiri Rubio, después de casi 90 días de reclusión.
Yakiri pagó una fianza de alrededor de 140 mil pesos y salió del penal femenil de Tepepan el pasado miércoles 5 de marzo, acompañada de sus padres y su abogada Ana Katiria Suárez, minutos antes de las 22:00 horas. Con un megáfono, la joven agradeció el apoyo recibido de su familia y tras 86 días de encarcelamiento, dijo: “aprendí mucho, pero fue una experiencia mala”.
La joven comentó que deseaba ser la última víctima que enfrentara una situación como esta, en la que, acusó, fue juzgada con visión machista.
Familiares informaron que reunieron 70 mil pesos entre amigos y donaciones a través de las redes sociales, y que senadores y diputados del PRD aportaron otros 70 mil pesos.
*Cuauhtémoc Rivera Godínez. Licenciado en Sociología con estudios en maestría (Facultad de Ciencia Políticas y Sociales de la UNAM). Director del Centro de Estudios de la Sociedad Mexicana “José María Rivera Álvarez”. Consultor en Desarrollo Político y Social. Analista político, escritor, cronista, fotógrafo y promotor cultural. Narrador oral y recolector de historias, cuentos y cosmovisiones. Director de IMAGINA, Compañía de Historias, Cuentos, Música y Canto.