Cuentos e historias para la ternura. Rita, un eterno instante
El cáncer de mama es la causa del fallecimiento de más de 5 mil mujeres mexicanas al año. Es un cáncer que ataca no sólo a las mujeres sino a las familias enteras por las consecuencias emocionales que conlleva. Las causas sociales son tremendas; Falta de una política pública de prevención, pésimas instalaciones para atender a las enfermas, y violencia hacia las mujeres, entre otras causas. Rita Guerrero fue una de las mujeres atacadas por este mal.
Hace dos años, un amigo me envió esta historia que hoy comparto. Un abrazo y que pronto hagamos un esfuerzo social para salvar a las mujeres mexicanas.
Cuauhtémoc Rivera Godínez/ A los Cuatro Vientos
Rita; un eterno instante
Para Rita Guerrero, por todo lo que nos ha regalado y enseñado.
En la plaza Hidalgo de Coyoacán, ya entrada la noche, ella cantaba en el escenario. Sus ojos y su largo cabello, su esbelto cuerpo y su voz estaban ahí, con su música cantando y celebrando que la Marcha por el Color de la Tierra está ya en la ciudad de México.
Ella es así. Canta al igual que la mujer de cuyo nombre ha tomado para ponerlo en su banda de rock.
Y ella canta esa noche:
Tratar de ver que tienes adentro,
resulta banal,
puedo intuir, puedo oler, puedo pensar,
pero saber… jamás.
Quisiera saber que tienes adentro
aunque no tengas nada.
Quisiera saber.
Cierro los ojos y todo es azul casi morado
Abajo, miles de chavas y chavos jóvenes la siguen, cientos de mujeres y hombres maduros también. Lucio la mira asombrado y comenta con sus hijos; Esa banda es bien chingona, y la dama es sin igual.
Quince años después, la rockera es víctima del cáncer de mamá. Al igual que miles y miles de mujeres mexicanas, está desprotegida, porque miles y miles de artistas en este país no tienen acceso a la medicina social. En México, se etectan diariamente 35 casos de cáncer de mama como se lo detectaron a Juliana y a Eliza, y a diferencia de aquellos países ricos, acá no hay recursos, y eso que aquí vive el hombre más rico del mundo. Acá en México, cada día, 12 mexicanas pierden la vida por este cáncer.
Las amigas y amigos de Rita organizan eventos para financiar su tratamiento. Pero después de que ella lucha durante catorce meses, su cuerpo se nos va.
Esta noche, quince años después, nuevamente con su familia, Lucio camina por la Plaza Hidalgo de Coyoacán. Y… Rita sigue cantando ahí ante cientos de chavos y chavas que bailan, que gritan, que se besan, que fuman, que, como ella, celebran a sus hermanos que vienen de las montañas del sureste mexicano. Rita sigue cantando, ahora la canción de Rockdrigo González:
Si volviera el amor,
si tuviera un hermano,
un amigo
un sueño en la mano
Moriría ese dolor de buscar el calor en el cruel laberinto
de este vaso de alcohol,
de estas calles sin sol.
Si tuviera ilusiones
Si existieran razones, locuras, mentiras, pasiones,
no habría necesidad de pasarme por horas bebiendo cantimploras
de esta gris soledad, de esta eterna ansiedad.
Si pudiera borrarme esos viejos recuerdos,
que como viles cuervos arrancan ya mis ojos,
dejando mis despojos entre historias hirientes,
igual de indiferentes al amor y a las gentes
Si te hubieras quedado,
si me hubieras pedido que quemara el sonido de ese viejo pasado,
no estaría aquí metido ahogando mis entrañas,
arañando el olvido, bien confuso y perdido.
Cuando tenga la suerte de encontrarme a la muerte,
yo le voy a ofrecer todo el tiempo vivido y este vaso henchido
por un distante instante, un instante de olvido.
Rita sigue acá, en las calles de esta ciudad, con miles de amores, miles de hermanos, miles de amigos, miles de sueños que sus manos sembraron en nuestras vidas y en nuestras ilusiones.
Y seguramente Rita ya ofreció todo el tiempo vivido y ese vaso henchido por un eterno instante…un eterno instante de nunca olvido.