¿Cuándo le toca la vacuna al arte en México, en Oaxaca?
La expresión mexicana de decir “te vacunaron”, hace referencia regularmente a algo malo que te sucedió y en el cual te sacaron ventaja, te entró a la fuerza, o simplemente no pudiste hacer nada para impedirlo, pero ya te quedó como experiencia.

El arte plástico mexicano, “intocable” (Foto: Corriente Alterna).
Luis Armando Cortés* / 4 Vientos / Foto principal: Cubrebocas artísticos en México (Agencia Efe)
Este mexicanismo, como muchos otros, es más complicado de lo que parece puesto que es utilizable de muchas maneras y en cientos de ocasiones.
Durante la pandemia de COVID-19 varios lugares de exhibición del arte parece que están ante la indecisión de cerrar permanentemente, pues la institucionalidad burocrática se ha convertido en una imposibilidad de adaptarse rápidamente a los cambios. Ante la búsqueda de ser autónomos o la decisión de depender de instituciones privadas o de gobierno, esa burocracia puso en una encrucijada de sobrevivencia a esos sitios, o como la expresión mexicana dice: en una posición lista para que “vacunen” a sus recintos.
Esto podría estar pasando justamente con el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO), donde trabajadores del sitio llevan nueve meses sin recibir pago alguno por sus servicios, situación que se ha agravado ante la denuncia pública de los trabajadores de intentos de desalojo e intimidación, temiendo por su trabajo y la colección del recinto.
Entre periodicazos y acusaciones de ambas partes que van desde querer privatizar el espacio, de la evasión de responsabilidades, de la nula intención de dialogo; esta situación que involucraba a la Asociación de Amigos del Museo del MACO y a los trabajadores de la institución, ahora ha hecho participes a la Secretaría de Cultura, Derechos Humanos y la Unidad Administrativa de la Seculta.
Sin embargo, el caos que se desarrolló en estas últimas semanas al parecer puede terminar, pues una serie de artistas han decidido donar sus recursos gestionados para resolver los problemas económicos del museo.

Vista del Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (Foto: Facebook MACO).
Esto, a pesar de que sea una “buena noticia”, parece extraño que los mismos artistas tuvieran que resolver la situación dejando de lado todos los demás actores que parece solo estuvieron presentes en la negociación y solo se quedaron mirando el proceso.
Una vez más parece que los financiamientos para cultura están cortos, no existen o simplemente son nulos.
Si bien la figura del MACO responde a una asociación cooperativa de amigos del museo, en una posible financiación mixta, es lamentable observar cómo un museo con una de las colecciones más importantes del país sigue corriendo el riesgo de cerrar por no cumplir con ciertos requisitos, la falta de donativos o los demás factores que proceden de las inclemencias del COVID-19.
Esta imposibilidad de adaptación por supuesto nos vuelve a poner sobre la mesa lo que ya se ha discutido y pedido por sexenios: la necesidad de realizar una legislación que considere estos problemas, que permita la generación de nuevas figuras dedicadas al arte y la cultura, con facilidad de acceder a recursos, venta de arte, estímulos fiscales y apoyos del estado.
Todo eso para que la solidificación de recintos y emprendimientos culturales permitan que los museos, financiados por diversos recursos, no solo se queden estancados en espera de la ayuda de quien pueda hacerlo, y que las donaciones no se implementen como ejercicios de condicionamiento o, peor aún, que simplemente se corten por decisión unilateral.
Esta situación es un recordatorio de como se ha vacunado el sector cultural una y otra vez, pues este fenómeno se repite constantemente a lo largo del país y en diferentes sexenios: sin embargo, ahora el instrumento de defensa fue la misma comunidad artística y parece que el anticuerpo burocrático sigue sin accionar.
Esta situación por supuesto nos pone a reconsiderar la importancia de la figura de personas en el poder y en las secretarías de Cultura, con perfiles que estén involucrados seriamente con la gestión cultural y su ejercicio, la cual está por cambiar una vez más en la temporada de elecciones que se encuentran en el porvenir inmediato.
En este proceso electoral la información será fundamental para realizar un voto consciente, que considere a los recintos culturales y a los trabajadores de la cultura para que reciban un trato digno y nuevas oportunidades.
Igualmente se requiere un presupuesto capaz de evitar que los agentes del espectáculo y la cultura pasen a la política en su búsqueda por acceder a un estilo de vida digno, dentro de las instituciones, recintos y emprendimientos culturales, mediante el acceso a un recurso que desafortunadamente todavía no les llega.
* Luis Armando Cortés es Licenciado en Historia del Arte. Especialista en análisis en medios audiovisuales; maestrante en la Universidad Iberoamericana; apasionado de la música, las artes y las ciencias exactas. Correo contacto: arteluiscortes@gmail.com
Ensenada, B.C., México, martes 9 de febrero del 2021.