CRÓNICA URBANA: Un día en tiempos de pandemia

Comparte en redes sociales

De una caminata llevada a cabo el día 10 de agosto en una zona del Arroyo de Ensenada y el Parque Recreativo “Miguel Hidalgo”. Es el texto que acompaña a las imágenes que comparto.

Arnulfo Estrada Ramírez / Cronista Oficial de Ensenada / 4 Vientos / Foto principal: Miranda Sunshine, en Facebook.

Desde hace aproximadamente 15 años el Arroyo Ensenada aporta constantemente las aguas residuales provenientes de los asentamientos urbanos ubicados en los orígenes del Cañón de Doña Petra y que hoy comprende el fraccionamiento Los Encinos y varias colonias de la zona este de la ciudad de Ensenada.

Esta situación ha modificado el ecosistema original a lo largo del cañón hasta su desembocadura con la Bahía de Todos Santos, en donde dio origen a un pequeño ambiente parecido al de un estuario.

Por cierto, en la zona que comunica con el mar ha proliferado una especie de alga verde (lama) cuyo crecimiento parece estar influenciado por las aguas residuales que aportan grandes cantidades de nutrientes.

Según estudios, este tipo de algas eliminan hasta el 80% del nitrógeno de las aguas residuales. Ahí también se pueden ver cardúmenes de Lisas (Mugil cephalus) que se alimentan y resguardan bajo las manchas de las algas.

Otra especie que amplió su rango de distribución en la bahía es el Cangrejo Violinista del Pacífico (Uca crenulata), que solo se encontraba en las planicies de marea lodo arenosas de Estero de Punta Banda.

Ahora es posible verlo en madrigueras que construye en los márgenes del arroyo que se ubican frente a las instalaciones del Ex Hotel Riviera del Pacífico, Patrimonio Histórico de México según declaratoria de la Comisión Nacional de Zonas y Monumentos Artísticos del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).

Indigentes: la otra cara de Ensenada

Apenas bastó hacer un breve recorrido por el arroyo a lo largo de los seis puentes que se ubican entre el Bulevar Costero y la Calle Sexta, para constatar que hay varios indigentes viviendo y deambulado a lo largo del recorrido.

Su presencia tal vez se deba a los factores derivados por la crisis económica que actualmente provoca la pandemia, como la falta de trabajo, o bien pudieran ser presas de alguna adicción; lo cierto es que se les puede ver cada vez con más frecuencia viviendo bajo los puentes o construyendo resguardos de cartón y otros materiales de desecho, en donde puedan vivir mientras las condiciones naturales se lo permitan.

En una ocasión, hace ya más de 5 años, Ricardo Fletes, un conocido político de Ensenada, comentó que al hacer múltiples recorridos por diversos rumbos de la ciudad constató que abajo de los puentes viales de los distintos arroyos que cruzan la metrópoli porteña, y en los cerros que la rodean, vivían más de mil personas indigentes en condiciones muy precarias, de extrema pobreza.

¿Brigada sanitaria o atentado al medio ambiente y a la salud de los pobladores?

Durante 25 años he tratado de llevar a cabo lo mejor posible una bitácora ambiental en donde tomo nota de los días de lluvia, días de Condición Santa Ana, ciclos naturales de algunas aves e insectos que visitan los jardines, y presencia de mareas rojas en la bahía, entre otras observaciones.

Por mucho tiempo me pregunté por qué llegaban a mi jardín varios insectos moribundos. Los más frecuentes son las abejas, abejorros y mariposas; en ese orden.

Con el tiempo mis sospechas quedaron reveladas y ahora sé que hay un culpable: las Brigadas de Salud que por las tardes fumigan indiscriminadamente las calles de las colonias aledañas a mi vivienda.

Hoy lo pude constatar en los alrededores del Centro Recreativo Miguel Hidalgo, donde por las tardes me ejercito caminando y hacer fotografías que avalan ampliamente mis sospechas de que esa es la fuente del atentado contra la fauna, ya que brigadistas la eliminan con sustancias tóxicas cuando están resguardadas en la vegetación.

Tampoco les importa fumigar es las áreas donde se ejercitan numerosas personas.

Considero que la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) y la Secretaría de Salud deberían intervenir, regular estrictamente o poner fin a ese atentado a la vida.


Comparte en redes sociales