CRÓNICA NATURAL: 2020, año de respiro para los peces gruñón (Galería de fotos)

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Una maravilla natural es el desove de los peces gruñón en las playas arenosas de la Bahía de Todos Santos. Se trata de un fenómeno al que desde hace 40 años le he dado seguimiento en las principales costas de Ensenada, especialmente en la que llamamos Playa Hermosa que es en donde se han realizado más observaciones.

 

La ciudad de Ensenada y su bahía, con la costa arenosa que era la delicia reproductiva para los gronios (Cortesía)

La sección de playa que se perdió para los antiguos residentes de la ciudad y para los gronios (Imagen de 1930. Cortesía)

 

Arnulfo Estrada Ramírez* / 4 Vientos / Fotos del autor, con excepción de la principal que es del diario californiano The San Diego Union-Tribune.

Muy abundantes en 1980, desde entonces su presencia en las playas de la bahía ha ido disminuyendo gradualmente hasta casi desaparecer en este ciclo anual de 2020.

Entre los factores causantes de su declive se puede mencionar el relleno de playas para ganar terreno al mar, el crecimiento urbano en las zonas cercanas a las playas, la presencia cada vez mayor de vehículos motorizados y caballos que aplastan los nidos de los peces, y la falta de medidas regulatorias que los protejan durante su ciclo reproductivo.

Las medidas restrictivas derivadas de la actual crisis de salud pública provocada por la pandemia COVID-19, deben ser positivas para los gruñones pues el quedar cerrado al público el acceso a los espacios que los peces usan usan para reproducirse, quedaron libres de toda actividad humana que entorpeciera su ciclo reproductivo el cual inició en marzo y concluirá en estos últimos días de agosto y principios de septiembre.

 

Un gronio que desovó en la bahía de Ensenada el pasado 19 de agosto

En la UABC se les quiere, se les estudia, se les conserva, pero…

 

¿Qué son los peces gruñones?

Son peces relativamente pequeños y su forma anatómica es hidrodinámica. Alcanzan su madurez sexual entre los 12 y 15 centímetros de longitud total.

Es una de las dos especies de peces en México que acuden masivamente a desovar a las playas arenosas que estén entre sus límites de distribución geográfica, que es desde Monterrey, California hasta la Bahía de San Juanito, Baja California Sur.

Deben su nombre a un sonido que las hembras emiten cuando están fuera del agua. El ruido es producido por la contracción de la vejiga natatoria y se asemeja a un pequeño gruñido.

De las dos especies que existen, Leuresthes tenuis desova en la costa occidental de Baja California en horas nocturnas y durante las mareas más altas provocadas por las fases de las lunas nueva y llena. Esto ocurre en las estaciones de primavera y verano.

La otra especie (Leuresthes sardina), es de hábitos tanto diurnos como nocturnos y es endémica del norte del Golfo de California. Desova en mayo y junio de manera sincronizada con los periodos lunares en donde las mareas son más altas.

Ésta especie si goza de protección oficial ya que el 13 de agosto de 2018 se incluyó en la Norma Oficial Mexicana NOM-059, en la categoría de especie en peligro de extinción.

Ambos casos de desove constituyen un espectáculo único en el mundo.

 

Hembra enterrada y dos machos fecundadores en Playa Hermosa, en el verano de 1980.

En el laboratorio de la UABC, la hueva de una hembra se somete a investigación

Gruñón hembra abandona su nido

Nido de gruñón en la desembocadura del arroyo El Gallo, en la Bahía Todos Santos

 

Una especie de gran evolución

Los gruñones son peces que han desarrollado una estrategia evolutiva muy peculiar dentro del mundo animal, ya que es una especie que prácticamente “desova en tierra”.

Esta particularidad le permite evadir a innumerables depredadores marinos que pudieran alimentarse de sus huevecillos si estos fueran liberados en el mar.

Irónicamente, en sus planes evolutivos no estábamos incluidos los humanos ya que en muy poco tiempo les hemos venido destruyendo grandes extensiones de su hábitat, empujándolos cada día a su extinción.

Por supuesto, que este pez también tiene depredadores, pero son pocos. Por ejemplo se han visto aves de pico largo del genero Calidris que `perforan hasta donde están los huevos.

También hay algunas aves nocturnas que los capturan al llegar a tierra y durante su incubación, que ocurre entre 12 y 14 días, un gusano poliqueto se alimenta de los huevecillos debido a que ésta especie vive enterrada en los mismos niveles en que están los nidos.

 

Caladris en Playa Hermosa

 

La luna propicia la danza reproductiva

Los gruñones desovan entre tres y cuatro días en la arena, justo después de los periodos de marea alta correspondientes a las lunas nueva y llena. Normalmente la temporada se ubica entre febrero y septiembre; sin embargo, es en los meses de mayo a julio cuando suceden los mayores picos de abundancia.

Los peces arriban a la playa en gran número de individuos sexualmente maduros, ayudados por las olas más grandes, haciendo una maniobra de desplazamiento que semeja a los surfistas.

Cuando los peces han tocado la arena se ayudan con movimientos ondulatorios parecidos a los que hacen las serpientes cuando se desplazan. Estos movimientos tienen como objetivos el evitar ser arrastrados por la corriente que se genera al regresar la ola, y también el de internarse lo más alto posible hacia la arena de playa en la que ocurrirá el desove de hembras y machos.

Momentáneamente, los peces estarán sobre suelo “seco” durante algunos segundos, mismos que la hembra aprovecha muy bien y en cuestión de 10 segundos entierra hasta tres cuartas partes de su cuerpo en la arena, ayudada con movimientos laterales de su cola (aleta caudal).

El movimiento de las hembras parece excitar a los machos, los cuales en número de 3 a 4, y en ocasiones hasta 10, formando un círculo con sus cuerpos en torno a la hembra. A medida que ésta se entierra en la arena disminuyen sus movimientos y ese es el momento cuando deposita sus huevos en un número que oscila entre 1,000 y 3,000, mismos que son fertilizados por los machos, que son los primeros en regresar al mar,

Las hembras tardan en “desenterrarse” y regresarán al mar igual que los machos, ayudándose con movimientos ondulatorios de su cuerpo hasta encontrar la ola que les permitirá internarse en el agua.

Esta danza tiene una duración aproximada de 30 segundos. Al concluir, los gruñones vuelven a su hábitat y no regresarán hasta que llegue un nuevo periodo de mareas y los huevecillos que quedaron en sus gónadas hayan madurado. Entonces, se repiten el desove.

El tiempo de reproducción entre un periodo y el que sigue es de 12 a 14 días. Se cree que cada pez desova entre cuatro y ocho veces cada temporada.

La madurez sexual la obtienen al año de edad y el promedio de vida de un gruñón es de 2 a 4 años.

 

El “desarrollo” que alteró el hábitat de los gronios inició en la década de los 30 del siglo pasado en la zona costera de El Sauzal y Manchuria, con la instalación de la Pesquera del Pacífico

La playa arenosa desapareció frente al campo turístico Nueva España, en la bahía de Ensenada

Y en marzo del 2007, el gobierno federal rellenó una parte de la principal playa reproductiva de los gronios

 

Una especie vulnerable al desarrollo

Toda playa arenosa es un recurso potencial que puede ser utilizada para diversos usos. Ese solo hecho se convierte en amenaza para elgruñón debido a que es el único substrato utilizado para construir sus nidos.

Podemos clasificar como de alto y bajo impacto a toda actividad humana realizada sobre la playa, y en esa misma medida el efecto que sobre la especie se ejerce. Por ejemplo, no es lo mismo el impacto de una persona que acude a la playa a caminar o a bañarse, que aquel que realiza rellenos para ganarle terrenos al mar.

En el primero de los casos puede que el impacto sea escaso o nulo, mientras que en el otro se destruye por completo el hábitat natural de la especie.

Si estas medidas las repetimos sin control, terminamos desplazando a los organismos a otros lugares y así sucesivamente hasta que reducimos el espacio vital para una especie, que en el peor de los casos la empujamos al exterminio.

En la Bahía de Ensenada ya se perdieron las playas conocidas como Playitas, Playa de El Sauzal, Playa Municipal, parte de Playa Hermosa, Nueva España y el Faro Beach, entre otras. Todas ellas fueron rellenadas para proteger construcciones y para ganar terreno al mar.

Terrible para la especie ha sido “el desarrollo” humano si comprendemos que, por varios millones de años, estos peces evolucionaron para liberarse de un gran número de depredadores; pero nosotros, que apenas aparecimos en los últimos minutos del reloj cronológico, ya les causamos enormes daños.

 

Así se veían en Playa Hermosa en 1980

Así en marzo de 2003

Y así el pasado 18 de agosto del 2020

 

¿Aún hay tiempo de salvarlos? ¿Qué debemos hacer?

La mejor medida es la prevención. Esta misma especie, que en México no goza de protección alguna, en las costas de California es motivo de admiración por parte de un importante sector de la población que habita las costas.

Durante la temporada de reproducción, la gente acude en grupos organizados que pueden pasar de cientos de individuos dedicados a observar el singular ritual reproductivo.

Este fenómeno natural se convierte en una experiencia inolvidable para quien llegue a presenciarlo. Además de que también es un buen ejercicio para desarrollar conciencia y respeto por la naturaleza.

Al no contarse en México con alguna medida de regulación se pueden implementar mecanismos que nos ayuden a proteger y conservar este valioso recurso.

Específicamente se pueden recomendar las siguientes medidas:

A.- Bloquear los accesos que son utilizados por los vehículos motorizados para internarse a las playas arenosas.

B.- Restringir el uso de caballos para paseos turísticos. Se invita a que se cabalgue en una zona mayor de los 10 metros de distancia, tomando como referencia el nivel de la marea más alta.

C.- Realizar rondines diurnos y nocturnos para vigilar las playas arenosas durante todo el tiempo que dure la reproducción de la especie. El personal naval podría apoyar efectivamente esta labor de vigilancia de playas.

D.- Colocar en las principales playas y a la vista de todos los usuarios, anuncios alusivos a la conservación de este hábitat, tan importante para la preservación de los ecosistemas marinos.

En junio del 2003 se colocaron varias mamparas a lo largo de las playas, pero la gente irresponsablemente las destruyó a los pocos días de haberse colocado (ver fotografías).

E.- Los vehículos usados para sacar basura de las playas deben trabajar por arriba de la marca que claramente deja la marea máxima. Esto debido a que los desoves ocurren cercanos a esa zona.

 

Cartel preventivo antes de ser destruido por la gente

Movimiento de vehículo en la zona de playas de la Bahía de Ensenada. Constante, impune, destructor

Gronios aplastados con un automóvil en 2003

 

*Arnulfo Estrada Ramírez es Oceanólogo por la Universidad Autónoma de Baja California (UABC); fue integrante de la Estación de Oceanografía de la Secretaría de Marina-Armada de México en Ensenada; investigador, traductor y rescatista de la lengua nativa kiliwa; colaborador de 4 Vientos y Cronista Oficial de Ensenada. Correo electrónico: arnulfoestrada54@gmail.com

Ensenada, B.C., México, 28 de agosto del 2020


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