Crean método para reciclar deshechos orgánicos con insectos

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Crean método para reciclar deshechos orgánicos con insectos

Investigación y Desarrollo, 1 febrero, 2013

 

En México, a diario se desechan toneladas de basura orgánica proveniente de productos de origen vegetal y animal, residuos alimenticios y de cultivos, y excremento de animales que, al descomponerse, contaminan el ambiente.

Ante ello, un equipo de investigadores del Instituto de Biología (IB) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dirigido por Julieta Ramos Elorduy, desarrolló un método para reciclar tales desperdicios mediante el uso de varias especies de insectos.

“Utilizamos larvas de moscas, hormigas, escarabajos, cucarachas, gusanos, grillos y chapulines, entre otros, para descomponer los desperdicios orgánicos y transformarlos en biomasa, producto que puede ser aprovechado como alimento para pollos, gallinas, gallos, conejos, avestruces, truchas, peces de ornato e, incluso, ganado”, comenta la investigadora.

La ventaja de este proyecto es que con una sola acción se cumplen dos objetivos importantes: evitar que los desechos contaminen y, al mismo tiempo, producir alimento para animales. Sin embargo, la investigadora asegura que todavía es necesario realizar estudios para comprobar la eficacia absoluta del método. “En algunos casos hemos obtenido buenos resultados, pero en otros no tanto, por lo que debemos hacer más experimentos”.

Técnica prometedora

Hasta el momento, la técnica descrita sólo se ha puesto en práctica en el laboratorio y, según el tipo de desperdicios del que dispongan, emplean distintas especies. Algunas veces, los residuos apenas empiezan a descomponerse, y otras ya cumplieron ese proceso, y según el grado de humedad que contengan, puede tratarse de basura muy fresca, o no tanto.

Este último factor es importante, porque los insectos se desarrollan no sólo a partir de la temperatura, sino de la cantidad de humedad y luminosidad que haya en su ambiente.

Por otro lado, los investigadores aprovechan diferentes estadios del desarrollo de determinado animal, para que descomponga los residuos orgánicos y los transforme. Algunos insectos son omnívoros y otros no, por ello, Ramos Elorduy y sus colaboradores deben saber cuál es la dieta precisa de cada uno, para que pueda hacer su labor.

La biomasa obtenida ha sido llevada a la Granja Zapotitlán, de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, así como a otros puntos de San Miguel Regla y Hueyapan, en Hidalgo, para que la consuman diferentes animales.

“Ahí alimentamos a pollos, gallos de pelea y peces. Los primeros se desarrollaron muy bien, los segundos se veían más alertas, y los terceros crecieron en mayor medida y adquirieron una mejor coloración desde el punto de vista comercial”, informa la especialista.

Los investigadores establecieron un convenio con la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), para aplicar su método en beneficio del pez blanco de Pátzcuaro.

“La idea es proporcionarle una alimentación balanceada, rica en proteínas, vitaminas y ácidos grasos, y así rescatarlo de una posible extinción”, puntualiza. UNAM


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