Cosas de mi pueblo: El nuevo modelo educativo

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Lo más probable es que lo tenga que explicar en dos partes, pero me gustaría ser claro. El pasado miércoles Aurelio Nuño anunció el nuevo modelo educativo diciendo que el anterior tenía casi 100 años, evidentemente no tiene ni la menor idea de lo que habla.

Adolfo Mondragón/ El Mañana

El plan de 11 años impulsado por López Mateos, por el 56 más o menos, (obviamente no hace casi 100 años), intentaba que en ese lapso de tiempo se acabara con el analfabetismo y se lograra la cobertura nacional. Se inte tó, pero no se logró; sin embargo, nacieron los libros de texto gratuito, aquellos inolvidables libros de la Patria. Se pretendía que el alumno aprendiera a hacer “haciendo”, nada nuevo trae ahora.

La metodología intentaba que se priorizara la acción y la práctica, hubo huertos escolares, trabajos manuales, recuerdo que con el profesor Arturo Torres Trejo, en la Carrillo, hicimos la República Mexicana en bajo relieve con tierra y lodo, ríos montañas, valles, aprendimos las cordilleras, volcanes, ríos, etc., y nos divertimos un chorro. En tercero supimos la historia y geografía del Estado, en cuarto la del país, en quinto la de América y en sexto universal. En un mapa “mudo” señalábamos cada cosa que el maestro nos preguntaba. Es cierto, lo aprendíamos de memoria, pero todavía nos acordamos.

Había materias como Lengua Nacional con su gramática y aprendimos a leer y comprender la lectura mediante ejercicios de lectura de comprensión, sintaxis, prosodia, ortografía. Aritmética y Geometría, que nos enseñó no sólo las operaciones fundamentales, sino cuándo usarlas con los famosos problemas razonados; la regla de tres, simple y compuesta nos dio un esquema de razonamiento lógico aplicable en todas las aéreas de la vida cotidiana; en Civismo aprendimos a conocer y respetar la Constitución, la Patria, sus leyes y la vida cívica en armonía y respeto mutuo; aprendimos Biología, Física y Química.

NIÑO LECTURA EN SALON

Imagen. bceducacion.org

Este modelo educativo estaba vigente cuando el movimiento estudiantil del 68, que evidenció que los jóvenes sabían demasiado, estábamos bien preparados, pensábamos, analizábamos, razonábamos y fuimos capaces de retar al poder. Por eso no fue fortuito que en 1972, cuatro años después, Echeverría, después de aumentarnos el sueldo ( llegamos a ganar como los maestros del otro lado), lanzara la reforma educativa basada en la “tecnología educativa”, modelo que por cierto ya había sido desechado en otros países por improcedente. Se acabaron las materias y surgieron agrupadas, las ciencias sociales pretendían fusionar la historia, la geografía y el civismo, pero al final no se veía nada.

Desapareció la Historia de México, sólo se veía parcializada, igual la Geografía y de Civismo nada; la Lengua Nacional se convirtió pomposamente en Español y la gramática en lingüística, la que finalmente no sirvió para que los niños conocieran su lengua, es fecha que nadie entiende los fonemas, morfemas y gramemas, no tienen idea de lo que es un sintagma ni la diferencia entre núcleos y modificadores y al desaparecer las etimologías griegas y latinas, base del español, menos se entiende algo, y si le agregamos que la ortografía pasó de moda, el resultado ya todos lo conocemos. El maestro perdió el control sobre los contenidos, antes sabía perfectamente lo que tenía que enseñar, ahora, ni idea, de esta manera y en automático, pierde el control sobre el método, ¿cómo enseñar lo que no sabe? Los viejos maestros siguieron enseñando como sabían, adecuando los nuevos contenidos a su propia experiencia, pero los nuevos llegaron a un mundo desconocido.

Esta nefasta reforma duró 20 años, para información de Nuño y en el 92, se incorpora la pedagogía operatoria, el aprendizaje por competencias, etc. Todo muy bonito, una propuesta pedagógica para concurso, pero no se capacitó a los maestros en torno a esta nueva propuesta ni a su sustento teórico-metodológico; los maestros carentes de la capacitación pertinente hicieron lo que pudieron, pero no fue mucho, el sistema educativo nacional ya estaba en franca decadencia, a los maestros se les permitía faltar, no cumplir ni dar resultados, se oficializaron los “puentes” y la imagen del maestro se deterioró, perdieron el respeto de la sociedad y surgió la nefasta frase de: “El gobierno hace como que me paga, yo hago como que trabajo”. La carrera magisterial no funcionaba y la corrupción había permeado todo el sistema.

La venta de plazas estaba a la orden del día, el gobierno entregó al SNTE el control de la bolsa de trabajo en todo el país, no sólo en Oaxaca. Para nadie es un secreto el turbio manejo que se hacía de horas de secundaria, ascensos, plazas; muchos líderes magisteriales se enriquecieron con estas prácticas, el gobierno permitía y lo auspiciaba con el compromiso de garantizar el control de los maestros. Se aplicaron las primeras evaluaciones de la OCDE y México salió entre los más bajos lugares de los países miembros, el gobierno no hizo nada, lo conducente era una reforma urgente, capacitación a los maestros, etc. Pero no se hizo nada. Sólo echarle la culpa al magisterio, a partir de ese momento, toda la culpa la tendrían los maestros.

Gracias por su atención, continuamos la próxima semana, esto se pone bueno.

Fuente:

http://elmanana.com.mx/opinion/109071/El-nuevo-modelo-educativo.html


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