CLANDESTINO: Consulta pitera … Pregunta sesgada

Comparte en redes sociales

Este domingo 18, se realizó en Ensenada una Consulta Vecinal, para que la población opinara sobre la conveniencia o no, de la reconversión de la planta de Sempra, instalada hacia el norte de la ciudad, para licuar gas natural que sería enviado a sus instalaciones a través de tubería desde los Estados Unidos y enviar este gas por barcos a diferentes partes del mundo.

Álvaro de Lachica y Bonilla/ 4Vientos

Por principio de cuentas, está consulta no fue precedida de información suficiente para que la población se enterara sobre el asunto y tuviera un criterio sobre lo que se estaba preguntando y lo que llama la atención es que nuestras autoridades municipales estuvieron muy interesadas en publicitar la derrama millonaria por  parte de la empresa, para realizar diferentes acciones en bien de la comunidad, que van desde sistemas de seguridad en la ciudad,  hasta proyectos culturales.

En segundo lugar, está la cuestión de fondo de la consulta de ayer: ¿vale la pena someter a consulta un proyecto que ya tiene todos o casi todos los permisos,  con los problemas o vicios de origen que pueda originar dicho proyecto?  ¿Puede un ciudadano, con la mejor de sus capacidades e intenciones, decidir razonablemente entre una opción quizá mala, pero conocida? ¿Cuál sería el costo financiero y político de cancelar un proyecto de este tamaño ya en marcha?

Legalmente, en una democracia es importante definir varios elementos de una consulta popular: ¿Quién redactó la pregunta? ¿Quién la aprueba? ¿Quién organizó la consulta? ¿Cuántos votos la vuelven vinculante? ¿Quién decide si todo se hizo conforme a la ley?

Sin los elementos anteriores, o algo suficientemente parecido, cualquier ejercicio de consulta carecerá de certeza, imparcialidad, transparencia y legalidad. Una consulta no se vuelve vinculante porque sus promotores juren y perjuren obedecer el resultado. Una consulta al margen de la ley es un mero ejercicio publicitario, sesgado y poco informativo si carece de una metodología seria, y carente de legitimidad para ser considerado un ejercicio democrático.

Instalaciones de Sempra Energy, en Costa Azul, a 24 kilómetros al norte de la Ciudad de Ensenada, junto a la carretera a Tijuana.

Pasando al contenido de las preguntas: ¿quién en su sano juicio estaría en contra de diversas mejoras para la ciudad?; estas mejoras estarían originadas por dádivas millonarias que la empresa está dispuesta a realizar. En la papeleta para “votar”, nos dice que sí uno vota por el “sí”, toda esta derrama millonaria, se produciría. Por supuesto, si uno optara por el “no”, las mejoras no se efectuarían.

Este tipo de preguntas, conduce a los encuestados a responder de acuerdo con la opinión del creador de la encuesta.  Las  hacen suposiciones sobre el encuestado que lo obligan a responder sobre un tema en el que podría no estar de acuerdo o no conocer. Las preguntas de encuesta tendenciosas están hechas de una manera que conducen intencionalmente al encuestado hacia una respuesta en especial.

Qué mejor democracia que la que se preocupa de preguntarle a la ciudadanía sobre lo que le importa. El ideal democrático se cumple a partir de un ejercicio constante de acudir al pueblo para dirimir temas relevantes. ¿Y qué mejor modo de definir la conveniencia de la instalación o reconversión de ciertas empresas que mediante el ejercicio de la consulta ciudadana? Difícilmente un demócrata podría oponerse a este tipo de ejercicios. Mal conducidas, las consultas ciudadanas podrían erosionar los mismos fundamentos de la democracia. Por lo mismo, cualquier demócrata debiese estar atento al llamado de las musas que señalan que el remedio para nuestras alicaídas democracias está en el ejercicio directo de las urnas.

La mañana del domingo fue colocada una manta contra el alcalde de Ensenada, en el puente de la calle Reforma a un costado del palacio municipal. Foto: cortesía

Para acabar: se convocó a la consulta con una semana de anticipación; no existió un adecuado tiempo de exposición y debate de las alternativas en disputa; nuestras autoridades muy preocupadas por el ejercicio, ´tal vez utilizaron recursos del municipio para promover la consulta; ¿hubo control autónomo de la consulta y del conteo de votos; ¿se hicieron consideraciones especiales para personas que desearan votar y que tuvieran algún tipo de discapacidad?

Este tipo de consultas,  es un modo de concentrar poder a partir de la creación de una ilusión democrática que genera una sensación artificial de participación en asuntos de interés público. Entiéndase bien. No es que la participación ciudadana constituya un riesgo para la democracia. Lo que constituye un riesgo es el uso inadecuado, desregulado, sesgado, de los procesos de participación ciudadana. Un proceso mal llevado puede favorecer a unos pocos que buscan orientar la decisión de todos nosotros.


Comparte en redes sociales