Condena mundial a los golpistas de Egipto por la matanza de al menos 480 opositores
La comunidad internacional, con Estados Unidos a la cabeza, condenó la represión del gobierno de facto de Egipto contra manifestantes opositores.
La cifra de muertos ascendía, hasta las 5.00 horas del jueves 15 de agosto, tiempo de Baja California, a 525.
Agencias EFE, AP, REUTER, Notimex, Apro
Desde que fue derrocado el presidente islamista Mohamed Mursi el 3 de julio, Washington evitó definir el hecho como un golpe de Estado debido a que de acuerdo a sus normas jurídicas, esta admisión lo obligaría a interrumpir la ayuda anual de 1.500 millones de dólares que brinda a Egipto, fondos que en su mayoría se destinan al Ejército, cuyo rol es determinante en este país.
Pero hoy, la Casa Blanca condenó la violencia contra los seguidores de Mursi y también manifestó su oposición a la decisión del gobierno de facto de decretar el estado de emergencia, que había sido derogado en 2012 luego de ser impuesto durante tres de décadas, un hecho celebrado como una avance hacia la democracia.
“Estados Unidos condena fuertemente el uso de la violencia contra manifestantes”, dijo el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, en una declaración leída ante la prensa en Martha`s Vineyard, donde el presidente Barack Obama pasa una semana de vacaciones.
Esta violencia, agregó, “va directamente en contra de las promesas de reconciliación realizadas por el gobierno interino”.
Luego, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, compareció públicamente para condenar la “deplorable” violencia registrada en el país norafricano, que consideró un “grave golpe a la reconciliación” del país, pese a lo cual afirmó que todavía hay una posibilidad de lograr una “solución política”.
En una inesperada comparecencia en el Departamento de Estado, el jefe de la diplomacia estadounidense llamó a la calma a todas las partes en Egipto, aunque subrayó específicamente el papel del gobierno y de los militares, a quienes instó a concluir lo antes posible el estado de emergencia decretado hoy.
Asimismo, un Kerry de gesto muy serio, según informó la agencia de noticias DPA, advirtió que Egipto se encuentra en un “momento crucial” que definirá probablemente su futuro en función del “camino” que decidan escoger gobierno, partidos y sociedad.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, lamentó que el gobierno de facto “haya elegido usar la fuerza para responder a las manifestaciones” y llamó a los egipcios a concentrar sus esfuerzos en promover una “reconciliación genuinamente inclusiva”.
En el mismo sentido, la Unión Europea (UE) deploró los sangrientos hechos e instó “a las fuerzas de seguridad a ejercer la mayor contención y a todos los ciudadanos egipcios a evitar más provocaciones y una escalada” de la tensión.
La OTAN tambien pidió a todas las partes en Egipto que se abstengan del uso de la violencia y trabajen por restablecer el proceso político en el país.
Pero para el jefe del gobierno turco, Recep Tayyip Erdogan, “el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y la Liga Árabe deben encabezar la comunidad internacional y moverse para poner fin de inmediato a esta masacre”.
Por su parte, el presidente de Turquía, Abdullah Gül, advirtió de que “Egipto se dirige hacia el caos, y esto es un callejón sin salida”.
Desde Europa, el primer ministro británico, David Cameron, aseguró que “la violencia no resolverá nada” en Egipto y que lo que se precisa es una transición hacia una “democracia genuina, lo que significa un compromiso de todas las partes”.
Alemania apeló a la “responsabilidad” de ambas partes en el conflicto para detener la escalada de violencia, mientras que Italia pidió “máximo autocontrol” a las fuerzas del orden.
Francia hizo un llamado a que no se haga un “uso desproporcionado de la fuerza” y España pidió a los políticos egipcios un “diálogo nacional” con la sociedad que permita recuperar la “normalidad institucional”.
Grecia, muy preocupada por los ataques a la comunidad cristiana de Egipto, consideró “una gran responsabilidad de todos evitar una guerra civil, no conducir a este país vecino y hermano a un conflicto abierto y hacer que prevalezca la prudencia y el diálogo para que las instituciones democráticas puedan funcionar”.
A juicio del senador ruso Mijail Marguelov, representante del presidente Vladimir Putin para los países del continente africano, la situación en Egipto se parece cada vez más a una guerra civil y es continuación directa de la Primavera Árabe.
Desde Rusia, la Cancillería dijo en un comunicado que “en este período difícil que atraviesa Egipto, reiteramos el llamado a todas las fuerzas políticas de este país amigo a mostrar contención, a guiarse por los intereses nacionales supremos, con el fin de no permitir que continúe la escalada de la tensión y (haya) nuevas víctimas”.
La Unión Africana (UA), que se reunió hoy para analizar la crisis egipcia, condenó de manera rotunda “los actos de violencia que han provocado la pérdida de numerosas vidas humanas” y pidió a las partes, especialmente al gobierno de facto, ejercer “máxima contención”.
Marruecos, por su parte, abogó por el diálogo entre las partes en Egipto “para encontrar los compromisos necesarios para una solución política, en el interés supremo del pueblo egipcio”.
También las autoridades de Qatar condenaron “rotundamente” la represión de la policía egipcia.
La organización humanitaria Amnistía Internacional (AI), que aseguró que “trabaja sobre el terreno para verificar cualquier abuso que pudiera haber ocurrido”, pidió a las fuerzas de seguridad egipcias que den “con urgencia” los pasos necesarios para evitar nuevos “derramamientos de sangre.
Suman 525 los muertos por la violencia política en Egipto
– Policías y soldados egipcios desalojaron hoy a sangre y fuego, incluso con helicópteros, dos campamentos de protesta que seguidores del derrocado presidente Mohamed Mursi mantenían en El Cairo, lo que generó choques en todo el país que dejaron al menos 525 muertos, entre elllos dos periodistas, y 3500 heridos.
– Adly Mansour, el premio Nobel de la Paz, presentó su dimisión al gobierno golísta y pidió “a Dios el altísimo que preserve nuestro querido Egipto de todo lo malo, y que cumpla las esperanzas y aspiraciones de pueblo”.
Agencia Notimex / Al Jazeera / Aristegui noticias
En medio de la jornada más sangrienta que vivieron los egipcios desde el golpe de Estado cívico militar del pasado 3 de julio, el gobierno de facto decretó el estado de sitio en todo el país durante un mes y toques de queda desde las 19 a las 6 por tiempo indefinido en gran parte del territorio.
Según explicó el vocero del Ministerio de Salud de facto, Mohamed Fath-Allah, de los 525 muertos que dejó hoy la ola de violencia y represión, al menos 100 fallecieron en los desalojos de los campamentos de protesta que la Hermandad Musulmana, el movimiento de Mursi, en El Cairo, que comenzaron por la madrugada.
Un total de 43 policías también murieron durante los desalojos en la capital, según informó el ministro del Interior.
En pleno caos desatado por los operativos de represión, la policía cerró las principales rutas y accesos a El Cairo, y suspendió la circulación de trenes para evitar que los seguidores de Mursi intentaran marchar hacia la capital y copar las calles de la ciudad, donde se concentran los medios internacionales.
En consecuencia, poco se sabe sobre los enfrentamientos que se desataron en el resto del país a lo largo del día y que se cobró la mayoría de las víctimas que fallecieron hoy en Egipto.
La violencia en las calles y la lluvia de críticas que provocó la represión entre los aliados internacionales, como Estados Unidos, llevó además a que el vicepresidente interino Mohamed el Baradei, una de las figuras internacionalmente más respetadas del gobierno de facto egipcio, renunciara a su cargo.
En una carta dirigida al presidente de facto, Adly Mansour, el premio Nobel de la Paz presentó su dimisión y pidió “a Dios el altísimo que preserve nuestro querido Egipto de todo lo malo, y que cumpla las esperanzas y aspiraciones de pueblo”.
Las palabras de El Baradei resonaron en el mundo, pero no quebraron la determinación de la alianza cívica militar que gobierna Egipto desde el golpe de Estado.
El movimiento civil Tamarrod, el mismo que lideró las multitudinarias marchas contra el gobierno de Mursi y celebró el golpe que lo derrocó, acusó hoy a El Baradei de “escapar a su responsabilidad”, mientras que el ministro del Interior de facto responsabilizó de toda la violencia a los islamistas.
“Los simpatizantes de la Hermandad Musulmana intentaron imponer el caos en todo el país”, sentenció Mohamed Ibrahim en una conferencia de prensa televisada, en la que acusó al movimiento islamista de incendiar al menos siete iglesias en el sur y atacar 21 comisarías con armas de fuego, bombas molotov y cuchillos.
A pesar del enorme saldo de víctimas, Ibrahim aseguró que los desalojos de esta mañana se realizaron “respetando los estándares internacionales de uso mínimo de la fuerza”.
“Dimos órdenes claras de no usar armas durante el procedimiento”, agregó el funcionario de facto, a pesar de las innumerables fotos de heridos de bala que circularon por los medios internacionales y las redes sociales.
Relatos de testigos sostienen que policías egipcios comenzaron el desalojo arrojando gases lacrimógenos contra los manifestantes que respondieron con piedras y botellas, lo que entonces provocó el intercambio de disparos, informó la agencia de noticias DPA.
Según el ministro del Interior de facto, los disparos provinieron de islamistas apostados en los pisos superiores de los edificios vecinos.
Según la Hermandad Musulmana, la policía ingresó con armas y disparando.
Fotos de agencias internacionales mostraron algunos militantes islamistas con armas, sin embargo, el grueso de las víctimas fatales de los desalojos recayó del lado de los manifestantes.
BALAS EN TODAS LAS DIRECCIONES
El primer campamento en ser arrasado fue el de la plaza de Al Nahda en Giza, luego de tres horas de ofensiva policial.
Más tarde, la policía, ya con el apoyo de refuerzos militares, logró desmantelar por completo el segundo campamento, en la plaza de Rabaa al Adaweya, en el barrio de Nasr City.
“Las balas caen sobre los manifestantes de Rabaa al Adaweya desde todas direcciones”, denunció en el pico de la ofensiva militar el vocero de la Hermandad Mohammed el Beltagui, informó la agencia de noticias EFE.
El dirigente islamista, sobre quien existían varias órdenes de detención por su presunta participación en “disturbios” desde el pasado 3 de julio, fue arrestado después de completado el desalojo.
Más tarde en la conferencia de prensa, el ministro del Interior informó que la policía seguía patrullando la zona de la mezquita de Rabaa al Adaweya en busca de los principales líderes de la Hermandad Musulmana ya que sospechan que nunca dejaron el barrio y se esconden en departamentos.
El desalojo en Nasr City dejó, además, más de 200 detenidos y una periodista muerta. Habiba Ahmed Abelaziz trabajaba para el grupo Gulf News.
La cadena británica Sky News también confirmó la muerte de su camarógrafo, Mick Deane, un veterano periodista que falleció por un disparo cuando cubría los desalojos a la mañana.
Al caer la noche y con la entrada en vigencia del toque de queda, la situación parecía haberse calmado en El Cairo, donde las calles vestían los restos de varias batallas.
En el resto del país, en tanto, algunos grupos desafiaban el toque de queda, informó la cadena de noticias árabe Al Jazeera.