Con importantes omisiones, arranca el proceso de construcción de la carretera alterna Bajamar-El Sauzal
El gobierno federal inició el proceso de construcción de la segunda carretera nueva en el municipio de Ensenada en los últimos ocho años, cuando el 16 de noviembre de 2016 ingresó el Manifiesto de Impacto Ambiental (MIA) regional a la Secretaría del Medio Ambiente (SEMARNAT) para realizar el proyecto Autopista Alterna Bajamar-El Sauzal, de 24.5 kilómetros de extensión.
Javier Cruz Aguirre / A los 4 Vientos / Foto Principal: Zona Líder.
Ensenada, B.C., 1 de febrero de 2017.- El estudio ambiental que oficialmente se dio a conocer en el sistema de Procedimiento de Evaluación de Impacto Ambiental (PEIA) del sector federal en la semana del 12 al 18 de enero, determina para la obra una inversión inicialmente pública de mil 988.6 millones de pesos, con una vida útil de 20 años y un aforo máximo de ocho mil vehículos diarios, los que podrán transitar en ella a un máximo de velocidad de 110 kilómetros por hora.
Del manifiesto que la empresa Ageda Consultores S.C. elaboró para la Dirección General de Desarrollo Carretero de la Secretaría de Comunicaciones y Trasportes (SCT), destacan dos aspectos fundamentales:
1.- No identifica la falla geológica que especialistas del Centro de Investigación Científica y Educación Superior de Ensenada (CICESE) detectaron hace años en la zona de acantilados y la planicie El Tigre de la región Salsipuedes, también activa en desplazamientos de tierra que provocan hundimientos como los que afectan el tramo costero de la autopista escénica Tijuana-Ensenada.
2.- No justifica la construcción de la nueva carretera en el peligro de aislamiento para la ciudad de Ensenada y el sur del municipio, como el que sucedió de manera oficial entre el 28 de diciembre de 2013 al 9 de mayo de 2016, cuando el presidente Enrique Peña Nieto entregó de manera oficial la rehabilitación del tramo carretero que se hundió en el kilómetro 93, así como diversas obras de mantenimiento en su trazo de casi 100 kilómetros de extensión.
En el primer caso el documento indica: “El desarrollo del proyecto encuentra su justificación en los registros de aforos vehiculares de la región de la última década y en los estudios de tránsito vehicular que se han realizado en la Ciudad de Ensenada, cuyos aumentos se relacionan de manera directamente proporcional al aumento poblacional que se tiene en la misma ciudad, así como por el crecimiento y la diversificación de las actividades de desarrollo económico”.
Y respecto al segundo tema justifica: “Con este proyecto se pretende evitar la zona de afectación geológica que se ubica en la carretera conocida como Escénica entre los kilometrajes 584+682 al 586+380”, olvidando que la zona activa de desplazamientos de tierra en realidad se extiende a lo largo de ocho kilómetros con al menos nueve fracturas del asfalto carretero de acuerdo con estudios geológicos del CICESE.
De hecho, por extraordinarios que parezcan, los fines que se persiguen con la ejecución del proyecto son: 1.- “Reducir los cuellos de botellas que provoca el tránsito vehicular que se registra actualmente en la Ciudad de Ensenada, buscando que los vehículos tipo “C” que corresponde a tracto camiones y camiones de alto peso puedan reducir el paso sobre la Ciudad de Ensenada”.

La “escénica”, el 28 de diciembre de 2013 (Archivo).
2.- Disminuir riesgos de accidentes viales.
Aún más, el manifiesto destaca que siendo la nueva carretera una ruta alternativa para evitar circular por la autopista escénica y evitar los poblados que circundan esta, los automovilistas podrán viajar de manera directa hasta el entronque El Sauzal, “ahorrando con ello tiempos y costos al conectarse con el libramiento a Ensenada”.
Lo que parece desconocer el autor del documento es que el libramiento es una vialidad inconclusa, sin estudios geológicos y por mucho tiempo sin MIA, que en los próximos años estará sujeta a obras de reparación y corrección en al menos 27 puntos de fallas en su construcción de apenas 20 kilómetros de extensión, 11 de ellos con asfalto, y con múltiples deslaves por errores no sancionados en la construcción de taludes y cunetas que hoy costarán al erario otros 80 millones de pesos, según reconoció el 31 de enero el director del Centro SCT Baja California, Alfonso Padrés Pesqueira.
Y lo que es peor. El trazo de la vía cruzará por la parte alta de las fallas geológicas presentes en toda la región Salsipuedes y que en septiembre de 2015 el geólogo Luis Delgado Argote, investigador titular de la División de Ciencias de la Tierra del CICESE, hizo del conocimiento a las autoridades encargadas del proyecto.
“Es otro error construir una carretera alterna a la escénica en la misma zona geológica de Salsipuedes ya que ésta, al compartir el mismo tipo de suelo inestable que existe en la zona de acantilados por donde actualmente corre la autopista escénica, puede sufrir hundimientos similares al que ocurrió en diciembre de 2013” en el kilómetro 93, hecho que dejó pérdidas millonarias a la economía de Ensenada, la muerte de 15 personas y lesiones a otras 97 por los 460 accidentes que ocurrieron en la carretera libre Tijuana-Ensenada en el año que duró cerrada la autopista por el colapso vial, según datos de las cámaras de Comercio e Industria de Ensenada, la Policía Federal de Caminos y Puertos, y la Dirección de Caminos y Puentes Federales (CAPUFE).
Pero para Comunicaciones y Transportes lo que informan y opinan los investigadores del CICESE no es cosa de tomar en cuenta en el MIA del proyecto.
De acuerdo con el documento, la carretera, segunda nueva que la SCT construye en el municipio de Ensenada en los últimos ocho años, aparte de la que inició en 2008 y que corre entre Puertecitos a Laguna Chapala, en el litoral de Ensenada que corresponde al Mar de Cortez y la región central peninsular, contempla una longitud total de 24 mil 534.17 metros lineales.

El libramiento Ensenada, en las pasadas lluvias de enero. Pésima obra, a donde pretenden llevar la nueva carretera (Foto: El Vigía).
Tendrá cuatro carriles (dos por dirección) y un periodo de vida útil de 20 años. Se edificará con concreto asfáltico para un tráfico diario promedio anual de ocho mil vehículos –con una tasa de crecimiento anual del tránsito del cuatro por ciento-, de los cuales un 78.5% serán particulares, 18.4% de carga y 3.1% de pasajeros.
A lo largo de su recorrido, que iniciará en el entronque Bajamar (habrá otros en Rancho Bonito y El Sauzal), se construirán 12 estructuras (entre ellas cuatro puentes) y un túnel de 180 metros de longitud.
La inversión pública será de 657.6 millones de pesos para el troncal; 670.8 millones para las estructuras; 375.6 millones para el túnel y 284.5 para los entronques. El monto total de la obra es 19 veces más caro que la propuesta hecha a la SCT, a mediados de 2014, por ingenieros y arquitectos de Ensenada para una ruta alterna de menos de 10 kilómetros, a cuatro carriles y una inversión máxima de 100 millones de pesos.
La SCT consideró un periodo de tiempo requerido para la construcción de 24 meses, pero solicitó un plazo de 10 años para terminar la obra considerando “imprevistos” meteorológicos o de “otro tipo”.
No hay información de que en la nueva autopista se instalarán casetas de peaje para los usuarios.
Desde que el proyecto ingresó a la SEMARNAT el 16 de noviembre del año pasado, y hasta el 20 de enero del 2017, el expediente del MIA quedó integrado y está en proceso de evaluación.
Hasta hoy ningún ciudadano ha presentado una petición de reunión pública de información o consulta pública del proyecto.