CLANDESTINO: “Te cuidaré más que a mis ojos”

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Así decía un mensaje del Chapo a la actriz Kate del Castillo.  Hace un par de semanas, pude ver en Netflix un documental de tres episodios titulado “Cuándo conocí al Chapo: la historia de Kate del Castillo”, en el que la actriz  relata la forma en la que ella se acercó al narcotraficante Joaquín Guzmán Loera “El Chapo, y de esa manera se pudo gestar la entrevista que se publicó en la revista Rolling Stone sobre el capo de la droga.

Álvaro de Lachica y Bonilla* / A los 4 Vientos

Y todo empezó con un tweet de Kate publicado en sus redes sociales, donde afirmó públicamente en enero de 2012 que confiaba más en El Chapo que en el Gobierno.

“¿No sería maravilloso que usted empezase a traficar con amor?”, se preguntaba en un tono extrañamente ingenuo. Las palabras no cayeron en saco roto.., tuvo respuesta.  A partir de ahí se dejó seducir por la idea de lograr lo que nadie antes había conseguido: una reunión con El Chapo Guzmán. Cada vez estaba más cerca de uno de los hombres más peligrosos del mundo. Ella, que había huido de su país a Estados Unidos porque no quería ser como las demás, que estaba “harta” de hacer los mismos papeles en la televisión, de que la “sexualizaran” y la cortaran con el mismo patrón que a sus compañeras mexicanas.

Imagen de internet

Lamentablemente Kate es como un simple reflejo de lo que muchos mexicanos creen y parece no hay signos de que esa realidad vaya a cambiar pronto. Tanto Kate del Castillo como la población entrevistada en el documental tienen la creencia de que el narcotráfico es una agencia de beneficencia que no duda en repartir sus ganancias entre los más necesitados, sin ponerse a pensar que cada peso ganado por ellos tiene un costo en vidas y en descomposición social, lo cual genera un ancla al sub desarrollo.

La única fotografía de esa entrevista, muestra a Kate y al actor Sean Penn sonriendo,  teniendo en medio de ambos al Chapo Guzmán; es una foto que expresa franqueza, atrevimiento y probablemente hasta las ganas de poner fin a una carrera criminal; de jubilarse como lo han hecho otros que viven modestamente con otra identidad en algún lugar del mundo.

Este testimonio de Kate, viene a aumentar el fenómeno que ella misma ha alimentado al pronunciarse con sus telenovelas y mensajes personales sobre el mundo de la criminalidad, lo cual es su legítimo derecho y ejercicio de su libertad.

Desde que se mudó a los Estados Unidos, Kate del Castillo ha hecho de los narcotraficantes en México el tema que define la identidad de los personajes que ella interpreta. La actriz dice querer “un México mejor”, y sus series  son, para ella, una contribución para hablar de la inseguridad y corrupción.

Por momentos, lo más interesante del reportaje es justamente lo que no dice. Con su historia, Kate del Castillo hace evidentes las tensiones y contradicciones con respecto a El Chapo y su poder político, en particular su interacción con el gobierno mexicano e incluso estadounidense.

Probablemente, lo más interesante del reportaje, son los primeros minutos y no tiene nada que ver con El Chapo, sino con los inicios en Televisa de Kate del Castillo. El testimonio personal de Kate expone la red de prostitución de Televisa, y el uso de las telenovelas como una especie de “catálogo” de “escorts” para empresarios, políticos, u otros clientes. Justo en estos días cuando el tema del  acoso sexual se ha convertido en una cuestión de discusión global, cuando varios actores y actrices están denunciando la coerción y abusos de los que han sido objeto.

Imagen de internet

Ni hablar, en esta aventura, Kate se enamoró “un poquito” de la estrella de Hollywood, Sean Penn. A su vez, El Chapo se enamoró de La Reina del Sur. Y Sean Penn, también se enamoró profundamente, pero de sí mismo.

No es casualidad que la verdad de Kate del Castillo haya sido finalmente contada en un sistema como Netflix y no en un espacio dentro de la televisión tradicional, donde al día de hoy sigue habiendo lugar sólo para las mismas telenovelas de siempre, con los mismos roles que la actriz interpretaba en los noventa, pero pocos que muestren a una mujer independiente, sin pelos en la lengua y de una valentía admirable como la de la actriz que al día de hoy todavía no puede regresar al país que ama.

Imagen de portada: Sean Penn, Joaquín “El Chapo” Guzmán y Kate del Castillo. Foto: Especial/Proceso

ALVARO DE LACHICA* Álvaro de Lachica y Bonilla. Representante en Ensenada de la Comisión Ciudadana de Derechos Humanos del Noroeste, A.C.

andale94@gmail.com

 


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