CLANDESTINO: Quien siembra desconfianza cosecha decepciones… más allá de las traiciones
Más allá de la guerra política entre el Instituto Nacional Electoral y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, a menos de tres meses de las elecciones, lo que se está incubando es un escenario de incertidumbre que pone en riesgo el resultado de las elecciones.
Álvaro de Lachica y Bonilla/ A los 4 Vientos
La decisión del Tribunal, de validar y poner en la boleta electoral a Jaime Rodríguez el “Bronco”, que en su apodo lleva la penitencia, es un tropiezo no solo para los árbitros electorales, sino para la frágil democracia mexicana y sus órganos rectores.
Con tres votos en contra y cuatro a favor, el Tribunal Electoral revocó el dictamen del INE y le pidió registrar cómo candidato independiente a la Presidencia en las próximas elecciones a Jaime Rodríguez Calderón, (El Bronco), pese a sus múltiples irregularidades, así como darle 10 días al otro candidato independiente, Armando Ríos Piter, (El Jaguar), para revisar sus firmas catalogadas como inválidas.
Tal vez, es legal argumentar que el INE no le dio el derecho de una audiencia al Bronco para revisar las firmas, pero, en lugar de disponer que se le autorizara su candidatura, hubiera sido mejor que el Tribunal ordenase que nuevamente se revisaran las firmas de apoyo.
Dentro del Consejo General del Instituto Nacional Electoral, el Presidente de la Comisión de Prerrogativas y Partidos Políticos, Benito Nacif, enfatizó que la resolución del Tribunal Electoral…“no abona a la certeza respecto a la forma en que las autoridades electorales resuelven asuntos que guardan gran similitud y en los cuales se encuentran inmersos el ejercicio de derechos y la salvaguarda de principios constitucionales”. Por lo cual, consideró, “resulta incongruente con dichos precedentes”.

A… chaleco (Foto: Sopitas)
La disposición de incluir a Jaime Rodríguez Calderón en la boleta, parece una burla no sólo a la ley sino al sentido común, con lo cual, someterá a las elecciones a una polarización entre el Tribunal y el INE, de pronóstico reservado. Con esta acción, se pone en riesgo la legitimidad, más allá de la formalidad legalista. El mensaje, en un contexto de gran impunidad como el que vivimos en este país, es lamentable y altamente negativo.
Pareciera que el derecho está dejando de ser un elemento para predecir las decisiones de la autoridad. Infringir la ley y quedar impune es muy delicado; pero infringir la ley y recibir cómo premio la candidatura, es terrible. Y con esta decisión, el Tribunal abre la puerta para que se haga todo tipo de tropelías.
No es la primera discrepancia que existe entre el Tribunal y el Consejo General del INE; desde el año pasado, ha habido una serie de topetazos, que van desde el rebase de gastos de campaña en las elecciones por la Gobernatura de Coahuila, el aval para usar tarjetas ó monederos electrónicos en las elecciones venideras, la propuesta de regular la publicidad oficial ó los debates en el período inter-campañas. Y todo esto inició con el revés que dio el Tribunal al INE, con el reglamento de “Cancha Pareja”; y ahora todo esto se incrementó con esta resolución de incluir al Bronco en las boletas electorales.
Considero, que antes de que se sigan sucediendo este tipo de confrontaciones, las dos instituciones electorales deben mantener un diálogo abierto sobre cómo están imaginando su resolución en algún procedimiento en particular; al margen de que cada uno tenga sus competencias y se muevan en el cumplimiento de sus responsabilidades, porque tal parece que lo que piensa el INE, el Tribunal lo valora con otros parámetros. Es urgente que ventilen todas sus diferencias, porque lo que se está generando, es un clima de desconfianza que abona incertidumbre electoral y pone un velo de sospecha innecesario.
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