Cerebros transparentes
De todos los órganos, por ser el más complejo, el cerebro probablemente ha sido el más difícil de estudiar.
Joaquín Bohigas Bosch / A los Cuatro Vientos
La mayor parte del tiempo, los investigadores cortan delgadas rebanadas de cerebro para estudiar su anatomía celular y molecular. No es un método que sirva para investigar el funcionamiento del cerebro en su conjunto, ni la manera en la que las neuronas se conectan a regiones que están alejadas.
El cerebro vivo no está dividido en rodajas que no se comunican entre si. Por el contrario, mediante resonancia magnética funcional (fMRI) se ha visto que una gran cantidad de funciones cerebrales, como los sentimientos y las emociones, involucran a varias regiones de este maravilloso órgano.
Entre otras cosas, la grasa funciona como una armazón que ayuda a preservar la estructura de nuestros órganos, incluyendo el cerebro. También es el principal problema para poder asomarnos a su interior, porque bloquea y dispersa la luz visible.
Investigadores de universidades chinas y estadounidenses diseñaron un sofisticado método para deshacerse de la grasa y preservar la estructura del cerebro. En sus experimentos, tomaron cerebros de ratones y los pusieron en una mezcla química que incluye una sustancia plástica. Al calentarse, la mezcla se transforma en un gel transparente que se adhiere a todo lo que contiene el cerebro, excepto los lípidos que forman la grasa.
Luego de aspirar la grasa, pasan un detergente por el cerebro. Lo que queda es un cerebro transparente, en donde se pueden ver las neuronas y sus conexiones, así como el ADN y otras moléculas esenciales.
Usando luz visible y un microscopio, pudieron observar detalles increíblemente delicados del cerebro y ver como cada neurona se conecta con otras, sin importar que tan distantes estén. Más aun, usando técnicas complementarias, han podido determinar la concentración de importantes moléculas en distintas zonas del cerebro.
Uno de los grupos de investigación produjo este IMPRESIONANTE VIDEO (en inglés de Inglaterra) en el que el espectador hace un paseo virtual por el cerebro real de un ratón y el de un niño autista que falleció antes de cumplir diez años.
Referencias: