Carta abierta a doctores del Hospital Velmar, de la Doctora Vanesa Magar, investigadora del CICESE
Vanesa Magar es licenciada en física (1996) por la UNAM, maestra en estudios avanzados en Matemáticas (1997) por el Departamento de Matemáticas Aplicadas y Física Teórica (DAMTP), y doctora en Mecánica de Fluidos (2001) por el DAMTP de la Universidad de Cambridge, Inglaterra.
Ensenada, B.C., México, miércoles 30 de marzo del 2022.- Obtuvo contratos posdoctorales en la Universidad de Cambridge, UK (2001-2002) y la Universidad de Bangor, Gales, Reino Unido (2002-2005). Trabajó en la Universidad de Plymouth, Inglaterra, como miembro académico distinguido “academic fellow” (2005-2010) y como docente-investigador (2010-2013) en Ingeniería Costera.
Se incorporó al Centro de Investigación Científica y Educación Superior de Ensenada (CICESE) en Enero 2014, en el Departamento de Oceanografía Física. Desde 2008 empezó a colaborar en proyectos de energías renovables marinas en la Universidad de Plymouth, en donde supervisó a cuatro estudiantes de maestría y uno de doctorado e impartió cursos en el primer programa de maestría del Reino Unido en el tema, creado en 2010 en la Universidad de Plymouth.
Actualmente participa en proyectos de energías renovables con beneficios compartidos en vinculación con comunidades y docentes rurales y el sector privado, así como en proyectos de energías renovables marinas.
De 2010 a 2014 fue miembro del Consejo Nacional de Investigación del Medio Ambiente (NERC por su siglas en inglés) del Reino Unido, es matemático certificado desde 2008 y miembro distinguido “fellow” desde 2011 por el Instituto de Matemáticas y Aplicaciones (IMA por sus siglas en inglés) del Reino Unido, y miembro del Instituto de Física (IOP por sus siglas en inglés) del Reino Unido.
Fue secretaria general de la Unión Geofísica Mexicana (2016-2017), y es miembro del Sistema Nacional de Investigadores Nivel I.
En su tiempo libre le gusta cocinar, leer, dar paseos, ver amigos y pasar tiempo con la familia. Es emprendedora social y etóloga amateur.
Entregó a 4 Vientos el siguiente texto:

Instalaciones del Hospital Velmar en Ensenada (Foto: Diario El Vigía).
Carta abierta a doctores del Hospital Velmar
A los doctores que atendieron a mi esposo, Markus Gross, en el Hospital Velmar por el accidente que sufrió el 8 de enero de 2022 hasta su muerte 17 días después… No sé exactamente qué decirles.
Mi esposo llegó al Hospital Velmar con fracturas en el cráneo, sangrado en el oído izquierdo y contusiones y fracturas en toda la parte izquierda de su cuerpo. Llegó a eso de las 13.30. Hubo retrasos para conseguir un neurocirujano, llevarlo a que le sacaran imágenes, tomar decisiones con respecto a la cirugía, ponerle sedantes y entubarlo. La seriedad de la situación ameritaba que empezaran a tratar la hemorragia lo más pronto posible. Conseguí una medicina, ácido tranexámico, que me solicitó conseguir el neurocirujano, para reducir el sangrado, cuando salí del hospital a las 7 de la noche. Conseguí 5 ampolletas que entregué en el hospital a las 8 pm, antes de regresar a casa con mi hijo. ¿Sirvió de algo? No lo sé.
El domingo por la tarde me llamaron para decirme que lo iban a operar ese día y que fuera a firmar los documentos de autorización. Ahí encontré al neurocirujano y al médico intensivista, y les pedí que revisaran otras partes del cuerpo, pero comentaron que lo de la cabeza era lo que ponía en riesgo su vida y que eso tratarían primero. ¿Acaso la situación no ameritaba que pusieran atención a las demás lesiones, para evitar complicaciones? No lo sé.
Cuando ingresó al hospital le sacaron una radiografía del tórax, me dijeron que era para asegurarse de que no tuviera COVID. La radiografía indicó que no, sin embargo, el miércoles siguiente diagnosticaron que estaba enfermo. ¿Cómo es eso posible? Al comentarle al médico que yo no tenía nada, me hizo el desatinado y sarcástico comentario de que seguro yo también tenía, siendo la cónyuge. Siento decirle, señor doctor, que dudar de la palabra de alguien que hasta el momento no había pecado de falta de honestidad dice más de usted que de mí. Aparentemente tres de los médicos que tuvieron contacto con mi marido el día que ingresó, habían salido positivos a COVID. ¿No sería alguno de ellos el que le pasó el bicho a mi esposo? No lo sé.
El último día que pude ver a mi esposo con vida, el 12 de enero, fui a ponerle ministraciones de Voltarén en el cuerpo para tratar de controlar la inflamación que aumentaba día a día en su cuello, en su brazo y en su abdomen, y ministraciones de Barmicyl en los raspones que tenía, para que estuviera más cómodo. No le hablaba por miedo a que le afectara la lesión que tenía en la cabeza, pero no me perdono no haberle hablado en esos días, para que supiera que estaba ahí, con él, si es que podía escucharme. Al ponerle las ministraciones, se veía que sí las sentía porque reaccionaba, no sé si porque la pomada estaba fría, o por el contacto, o ambos. Pero sí veía que después de un momento lo relajaba. No pensé reportar estas hinchazones a los médicos pensando que seguro ellos también podían notarlas.

La doctora Magar en su sitio de trabajo: El CICESE (Foto: Diario El Vigía).
Fue un verdadero suplicio enterarme el jueves por la mañana, cuando fui al hospital de visita y que el enfermero no me dejó acercarme a mi esposo, que había salido positivo a COVID y que no podría verlo por varios días. Así que lo dejé en manos de los médicos. Pasaron 5 días más, hasta el 17 de enero, cuando me comentaron que mi esposo entró a quirófano a una laparoscopía de abdomen porque estaba muy hinchado, y le habían sacado 2 litros de líquido del abdomen, aparentemente normal. Cinco días desde que lo noté hinchado hasta que los médicos consideraron que había un problema y buscaron a alguien que lo tratara.
También ese lunes empezaron las diálisis que siguieron hasta el día anterior al de su muerte porque sus riñones no estaban funcionando. Las diálisis y las transfusiones de plasmas y de plaquetas que, por lo visto, necesitaba también casi diario. Y durante todo este proceso yo esperaba que él pudiera en algún momento regresar a casa. En vez de pensar eso, debí haber insistido en que me dejaran entrar a verlo, en que le hicieran la prueba de COVID de nuevo, para que yo pudiera entrar, pero no lo hice, uno de los médicos me dijo que no podría entrar por dos o tres semanas.
Pensé: ¿Cómo es eso posible? Mi esposo no ingresó al hospital por COVID, a los que contraemos la enfermedad fuera del hospital nos dicen que después de 7 días podemos salir de cuarentena si salimos negativos a la prueba, ¿por qué me dicen que tengo que esperar 2 a 3 semanas? No lo sé. Lo que sí sé es que después de una semana no solo no le habían hecho aún la prueba de COVID, sino que además me dicen que ahora tiene una neumonía. Una sepsis pulmonar. ¿Cómo es posible? ¿Acaso relacionado al golpe? Según el médico intensivista, por el COVID ¿pero qué evidencia tiene, señor médico? ¿Acaso sigue enfermo de COVID?
Es jueves 20 de enero, no le han vuelto a hacer la prueba, no saben si sigue positivo, pero no me dejan entrar al hospital. ¿En las radiografías ya habían notado que tenía fracturas en las costillas, acaso no se las evaluaron bien y alguna le lastimó el pulmón? Entonces, empezamos a buscar a un neumólogo y lo vio el fin de semana.
El neumólogo, en vez de evaluar el problema pulmonar, hizo una evaluación general del estado del paciente, con las mismas observaciones que llevaba días escuchando del intensivista; para eso no lo buscamos, señor neumólogo. Y además para decirme esa tarde del 24 de enero, cuando me llamó, que la probabilidad de sobrevivir de mi esposo era de 5%, y esencialmente que no tenía intención de hacerle una laparoscopía pulmonar para revisar por dentro.
Señor neumólogo, usted cuando se convirtió en médico prestó un juramento, ¿acaso ese juramento no aplica cuando un paciente tiene pocas posibilidades de salir adelante? Deberían quitarle su licencia.

Uno de los quirófanos del Hospital Velmar (Youtube).
La noche del 24 de enero, pregunté al médico intensivista que cuándo podría ver a mi marido, me dijo que ya le había hecho la prueba de COVID, que había salido negativo y que podría verlo al día siguiente. Pero esa misma noche, la vida de mi esposo empezó a desvanecerse.
El médico intensivista me llamó cerca de las 10:30 pm para decirme que el corazón de mi esposo estaba latiendo a una frecuencia muy baja, de apenas 40 pulsaciones por minuto, y que en cualquier momento podría fallecer. Le pregunté si podría hacer algo y me dijo que no, que tenía todas las medicinas, pero que no estaba respondiendo.
Esa noche la pasé en vela, esperando esa llamada que tanto temía. A las 3 de la mañana me levanté y fui al baño de abajo a bañarme, para tratar de relajarme un poco, y así seguí hasta las 6 am. Pensé que por esa noche la había librado mi marido y que viviría al menos un día más, pero a las 6:40 llegó la llamada del médico para darme la terrible noticia, que mi esposo había fallecido 10 minutos antes. Quedamos de vernos a las 10 am en el hospital. Es triste que no se haya presentado en persona, señor doctor, como había quedado, pero así son las cosas.
Y así sin más, pierde la vida un hombre de 47 años que hasta entonces había gozado de una salud de hierro, triatleta de medio ironman, un científico y programador extraordinario que apenas empezaba a recolectar los frutos de un arduo camino de varios años de esfuerzos, para sacar adelante su carrera profesional. Un padre y esposo ejemplares, protector y cariñoso como pocos. La siguiente vez que por fin vi a mi esposo, fue esa tarde del 25 de enero, ya embalsamado y en la sala del velatorio El Ángel.
Mientras estaba ahí con él, viéndolo intensamente y aún sin poder creerlo, le salió una lágrima del ojo derecho, que resbaló lentamente por su sien… Amor mío, yo también siento un dolor indescriptible por perderte, un dolor que hasta hoy sigo sintiendo.
Vanesa Magar (vanesamagar@gmail.com)
Así son los médicos que no sirven para nada y el juramento Hipocratico no lo conocen porque no hacen nada para que el paciente mejore en sus padecimientos. Siento decirle que la negligencia médica está a la orden del día. Ya me imagino el dolor y la pena tan grande que Usted experimento en carne propia. No tengo palabras que le sirvan a Usted de consuelo. Que Dios le guarde y le bendiga y que tenga una pronta resignación! Ánimo! Fuerza para vivir! Valor para soportar las pruebas! Adelante! Nunca Usted se deje vencer!
Lo lamento mucho, siga hablando con él que seguramente sigue cerca. Por bien de Ud, de sus hijos y de él mismo.
Un abrazo.
Mi más sentido pésame por su pérdida y por el calvario por que pasó y está pasando porque seguramente a la cuenta a esa sí le pusieron atención. Descanse en paz su marido.
Mi más sentido pésame. No tengo palabras. La acompaño en su dolor. DEP su esposo.🙏
Busco palabras que puedan ofrecerle algún consuelo… No esta sola en su terrible e injusta perdida… hay gentes que la comprenden y desean acompañarla moralmente aunque sea de lejos.
Me siento profundamente defraudada por la ausencia completa de profesionalismo del personal medico de ese centro Velmar…. y a la vez tiemblo por cualquier paciente que tenga necesidad de atención medica!
Dra. Magar toda mi admiración y respeto por alzar la voz enmedio de su terrible dolor y aún sabiendo que eso no cambiará lo que lamentablemente sucedió y todas las incidencias o negligencias que se confabularon para un triste final. Deseo que Dios la ilumine y le de fortaleza para sobrellevar esta nueva realidad para su familia. U. Abrazo solidario.
Ahora solo queda dejar un precedente y tomar las. Medidas legales pertinentes para que así suceda
Estimada Sra. Magar, Sentido pésame,. Ante la serie de cuestionamientos que hace, sin una respuesta por parte del hospital y sus médicos, lo más lógico es que exija y le den respuestas satisfactorias como profesionales que son (y no baratos) o bien un arbitraje médico que de respuesta a que fue lo que en realidad paso, esto debe ser parte de un inicio para que la responsabilidad solo sea de boca no de hechos.
Lo siento
Profundamente
Dra. Magar: que la luz de su amor, acompañe
aa su amado esposo a la eternidad, reciba mi admiracion u un abrazo.
Mi más sentido pésame. Sí parece haber muchos indicios de conducta negligente por parte de los médicos. Particularmente, no entiendo por qué los médicos tienen la autoridad para negar la visita o la comunicación de los pacientes con algún familiar. Entiendo que los argumentos son la seguridad del paciente y de los familiares (en caso de enfermedades contagiosas) pero en todo caso, debieran informar sobre la situación y dejar la decisión en los familiares, tal vez firmando una responsiva. En fin, triste caso cuando los pobres enfermos ni siquiera pudieron contar con la presencia de sus queridos. Más triste que tal vez esa misma situación influya en el deterioro de su salud que los termina llevando a fallecer. Esta situación se dió durante toda la pandemia de COVID-19 en la que el personal médico les quitaba sus equipos celulares a los pacientes cuando podían hacer uso de ellos para comunicarse con sus familiares. A mí me tocó sufrir la pérdida de dos seres queridos así, incomunicados.
No encuentro la manera de que mis palabras le brinden un poco de consuelo. Por encima de la enorme indignacion que causa esta terrible negligencia del personal medico de ese centro, se sobrepone el abrumador dolor de la perdida de un ser amado. Nada hay que pueda decir que la consuele, sin embargo, me solidarizo con su denuncia exigiendo el castigo para aquellos que dejaron de lado su humanidad por perseguir el dinero.
Así es Dra. Lamentablemente , La atención dé Los pacientes está en 2do. Lugar ,lo primero es él montó qué piensan cobrar,lo digo Con conocimientos dé causa,le puedo dar 5 nombres dé pacientes qué Los han tenido cedados hasta un mes y otro pará recuperarse,y Soy testigo dé cuándo se les va una persona por no atenderla pronto,por él pretexto dé qué van a sanitizar,sale él médico en turno y regaña dé muy mala manera a La enfermera. Sobre todo han tenido que entrar Con él familiar desesperado Con otro especialista para ver por qué su familiar no sé recupera y cuando les dice por qué no lo han abierto,lo operan dé inmediato encontrandole varios metros dé intestino necrosados. O no Los dan dé alta porque saben que sé pondrán mal por La operación y tendrán que operar nuevamente,vivo cerca y cuándo hay una emergencia,acudo ahí a un familiar,por un centímetro abierto qué lo cerraron en 5min. Y sé infectó,me cobraron igual a La semana por otro familiar qué estuvo 4horas Con suero,inyecciones hasta qué mejoró, cuándo reclamé y pedí hablar con La Dra oportunamente había salido dé vacaciones un día antes. Un fuerte abrazo y mí admiración por externar su mala experiencia Dios le dé pronta resignación DEP su Esposo