Carmen Aristegui… ¡Nos la quitaron!
Carmen Aristegui es la mujer periodista con el rating más alto de la radio mexicana, hasta que hace unas horas MVS decidió despedirla.
Álvaro De Lachica y Bonilla/ A los Cuatro Vientos
Aristegui es la periodista más influyente de México. Sus investigaciones han desatado algunos de los escándalos más sonados de la política mexicana reciente y han hecho trastabillar al gobierno del presidente Peña Nieto.
Sus enemigos han tratado de desprestigiarla con todo tipo de acusaciones, pero no han logrado amedrentarla. Ella atribuye que se trata de un atentado contra la libertad de expresión y su salida se convirtió de nueva cuenta en un fenómeno llamado el “caso Aristegui”.
Carmen Aristegui firma autógrafos, se toma fotos con quien la rodea, con mujeres de mediana edad, responde preguntas, recibe tarjetas de presentación y vuelve a posar abrazada de algún joven que quiere una fotografía con su heroína, la periodista a la que el grupo MVS echó de su programa de radio, desatando una controversia acerca de la censura y la libertad de expresión.
Aristegui provoca pasiones. Aristegui se ha convertido en una de las abanderadas que propone acabar con la concentración de los medios en unas cuantas manos. Alrededor de ella se agrupan políticos, periodistas, analistas, intelectuales y estudiantes a quienes se les han olvidado sus poses intelectuales y también quieren tomarse la foto.
Aristegui es una voz crítica del poder en México. Una serie de investigaciones realizadas en los últimos meses han reafirmado su liderazgo informativo. Su equipo de periodistas descubrió hace unos meses que la Primera Dama Angélica Rivera, había adquirido la “casa blanca”, una propiedad de Grupo Higa, empresa ampliamente beneficiada por el Gobierno federal y por el del Estado de México durante la administración de Enrique Peña Nieto.
La investigación sobre la “casa blanca” provocó una de las mayores crisis de credibilidad que ha tenido un Presidente en México y la más grande que ha enfrentado Peña Nieto en los poco más de dos años que lleva de gestión.
Tras revelarse el escándalo, y mientras Peña Nieto se encontraba de gira en China, el tema se volvió internacional e incluso la prensa más influyente cuestionó la situación patrimonial de la familia Peña-Rivera.
El fenómeno Aristegui, un día después de su despedida, está llenando todos los noticieros televisivos, otras estaciones de radio, los blogs y las páginas en internet, además en los periódicos se atiborran las columnas que hablaban de su salida. La mayoría denuncian un atentado contra la libertad de expresión y convertían a la comunicadora en el objeto de la censura de MVS.
Quitarle a Carmen Aristegui su espacio radiofónico (el más escuchado de la radio) significa una enorme derrota para la vida democrática del país, porque su noticiero se había convertido en un verdadero referente de la transparencia y rendición de cuentas. Desde luego a no todo el mundo le gusta éste espacio, es cierto que en varias ocasiones lo espacioso de sus coberturas pueden llegar a ser muy repetitivas, pero no deja de ser una virtud frente al periodismo que se práctica en otros espacios, sin consideración hacia lo que es importante para la sociedad.
Ojalá, la presión de la opinión pública eleve el mandato de sus radioescuchas a tal grado que conduzca a los de MVS a rectificar. Ya sucedió, hace cuatro años, cuando fue despedida por hacer alusión a los presuntos hábitos etílicos de Felipe Calderón y la indignación de la gente obligó a la empresa a reinstalarla.
Y si no, no dudo que alguna compañía de Televisión le tenga un lugar asegurado.
¡Carmen, gracias por ejercer el periodismo al límite y al servicio de la verdad, mi eterno agradecimiento a tu valor y mi admiración eterna a tu talento! Eres un fenómeno y con mucho valor humano. Ojala que algún día pudieses hacer más por un este país sin rumbo.