Bronca de Peso y de Pe$o$
Gordo problema de salud tenemos en México. El número de personas que padecen obesidad y sus consecuencias, son escalofriantes.
Manuel Narváez Narváez/ A los Cuatro Vientos
La Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), de la ONU, dio a conocer la terrible noticia hace unos días. Para consuelo, nos pone por debajo de algunos países árabes y de una isla en el pacifico sur, pero muy por encima de naciones desarrolladas.
Un tercio de los mexicanos, es decir, el 33% de la población padece de obesidad. Peor aún, 4 de cada 5 niños también son obesos y el 30% de los adolescentes están en la misma situación.
Según datos de noticieros televisa, la diabetes mata a 76 mil personas al año en nuestro país, siendo ya una de las principales causas de muerte en México con el 26%. Más de una cuarta parte de los decesos anuales.
La obesidad trae como consecuencia enfermedades cardiovasculares, amputaciones de miembros inferiores, ceguera e insuficiencia renal. El costo para el sector salud representa ¡ 190 mil millones de pesos al año ¡.
Este padecimiento, que ya resulta tan severo como para considerarse mortal si no se toman medidas drásticas y urgentes para contenerlo, es originado por mala alimentación y abuso en el consumo de grasas y azúcares que contienen los productos chatarras, fritangas y los que se expenden en establecimientos de comida rápida.
Aunado a la ingesta desmedida de estos componentes, la falta de ejercicio y el nulo o escaso consumo de vegetales, contribuyen a la combinación perfecta para que la obesidad y la diabetes resulten potencialmente letales.
A los adultos debe resultarles un foco rojo estas frías estadísticas. Si las desestiman, están condenados a elevar los estándares de mortandad en el ¡ corto plazo ¡. Lo que no pueden hacer, es heredarle el problema a la generación mediata e inmediata. Pues lo más grave del asunto es que los niños representan cuatro quintas partes de la población infantil con sobrepeso.
La descomunal bronca que tenemos nos compromete a todos por una sencilla razón: el costo de este problema de salud pública crece vertiginosamente, por lo que su impacto en el presupuesto, o sea, del dinero de los contribuyentes, va a reducir considerablemente el recurso destinado a construcción de hospitales, adquisición de medicamentos (de pos sí escaso) y equipo, así como en la contratación del personal médico.
Si no prestamos atención a este problema, ya, estaremos lamentando no haber hecho algo al respecto. Como mero dato informativo, hace escasamente tres años, en el sexenio anterior, ya se había dado la alarma del crecimiento de la obesidad y sus consecuencias.
El gobierno de entonces ordenó tomar medidas preventivas como la de disminuir los envases de los productos chatarra que se venden en las tienditas de las escuelas; obligó la sustitución de líquidos con altos porcentajes de azúcares, por agua, e incrementar las horas-clase de educación física en todas las escuelas públicas del país.
Parece que la medida, pese a la férrea oposición de los magnates de la comida chatarra que veían amenazados sus imperios, apenas si sirvió para poner las cartas sobre la mesa, porque en tres años la bronca creció y ya tiene un tufo a pandemia. Aguas.

Gráfica de .pronutrition.com
Estamos muy fuera de tiempo para erradicar la obesidad en México, al menos en el mediano plazo, pero sí podemos contenerla en el corto plazo. Las medidas que tome el gobierno de la república en este grave problema de salud pública son fundamentales. Debe aplicarse ya, sin contemplaciones y sin ceder a los chantajes de los magantes de las harinas y refresqueras.
La SEP tiene la obligación, junto a las sociedades de padres de familia a contrarrestar la cultura del consumismo despiadado de la comida chatarra, de la ingesta desenfrenada de fritangas y comida rápida; a través de la información urgente de los datos difundidos por la FAO, para compartirlos entre toda la población, con el ánimo de llamar la atención y comenzar a hacer conciencia.
Los legisladores, que hueva, las y los legisladores, pero bueno, que desquiten los estratosféricos ingresos y trabajen en la legislación que restrinja definitivamente la venta de chucherías, alimentos y bebidas chatarra en todas las escuelas del país, al menos hasta el nivel medio superior.
Urge que el congreso federal legisle para obligar a difundir los valores nutricionales en todo tipo de menús, empaques y alertas sobre el abuso en el consumo de alimentos y bebidas. Y en lo que concierne a la publicidad, exigir a los anunciantes, televisoras y empresas radiodifusoras a hacer las letras legibles y lectura de las mismas, con tiempo suficiente para la teleaudiencia, de las indicaciones o contraindicaciones de los productos para consumo humano.
Ya no estamos a tiempo, estamos en tiempo extra. No permitamos que los mexicanos engorden más a costa de engordar las cuentas bancarias de unos cuantos. Email: mnarvaez2008@hotmail.com
*Manuel Narváez Narváez. Jarocho de nacimiento en el 65, y chihuahuense por adopción desde el 82. Ex alumno de la FCA de la UACH. Ex -Diputado Federal y Local por Chih., ex Delegado de la Reforma Agraria. Múltiples cursos de Marketing Político y de Seguridad Nacional en USA. Analista Político y editorialista de diversos medios de comunicación desde 1988. Director del periódico digital alcontacto.com.mx ( mnarvaez2008@hotmail.com, Twitter; @manuelnarvaez65)
IMPUESTO COCACOLERO
Enrique Galván Ochoa/ Dinero*
Aumentar los impuestos que hoy pagan los refrescos haría que bajara su consumo en 26%, conforme la opinión de algunos conocedores del negocio. Actualmente el país con el mayor nivel de obesidad es México; supera a Estados Unidos. Y si no es el uno es el número dos, según otros criterios. Un solo aumento de impuestos sería insuficiente, se requeriría seguir una política fiscal agresiva hasta lograr que el consumo baje 50% o menos. Son cocacoleros y pepsicoleros cuando menos cinco de los mexicanos que figuran en la lista de Forbes. Cualquier día deciden vender sus acciones, como lo hicieron los de Grupo Modelo. ¿Qué habría ganado México, protegiendo sus negocios, excepto una población enfermiza? Hacienda dice que está revisando impuesto por impuesto. No sería admisible cargar el IVA en alimentos y que los refrescos quedaran igual.