Balas versus plumas. Gregorio Jiménez y el gobernador duarte
Nada más peligroso en México que la verdad. Investigar, difundir, destapar las cloacas no es redituable. Eso nos lo ha hecho ver el gobierno. La era de los asesinatos de periodistas de alto impacto se inició con Manuel Buendía. En Baja California hemos padecido la violencia contra los periodistas de muchas maneras. El periodismo valiente de Jesús Blancornelas y el gato Félix demostró que la vida es barata. El asesinato de Francisco Ortiz Franco, el fallecimiento de Luis Lauro Valero por proteger a Jesús Blancornelas muestran a un gobierno displicente a la hora de proteger a sus gobernados.
Ramiro Padilla Atondo/ A los Cuatro Vientos
¿Qué necesitamos para que los periodistas en nuestro país puedan ejercer su trabajo sin riesgo? No hay trabajo en el mundo por el que valga la pena morir. No conocí a Gregorio Jiménez, jamás leí una línea de lo que escribió pero me indigna su muerte. Como si se me hubiera muerto un familiar. Y el reyezuelo alias el gobernator de la triste fotografía, hace mutis.
Desde el año 2000 han muerto catorce periodistas en ese estado:
http://mirevistaveracruz.com/?p=155
Lo más triste es la frialdad de los números. Gregorio Jiménez pasará a ser parte de la estadística muy pronto. Aunque lo publiquen en la edición digital del País en España, la repercusión de su muerte como dicen los mismos veracruzanos, será desvirtuada por el gobierno y sus secuaces.
Y el colmo del cinismo es el auto premio del gobernadorcete duarte, con letra chica.
http://www.proceso.com.mx/?p=337913

Javier Duarte, gobernador de Veracruz, el estado más peligroso para ejercer el periodismo en México.
¿Cuántos más duarte? ¿Cuántos más? Debes de dejarte de intrigas palaciegas y sueños guajiros. Para desgracia de tus gobernados todavía te queda un tiempo. Es que deberían sacarte a patadas por incapaz. Bueno para la grilla pero malísimo para gobernar. Está más que visto que la mayoría de los gobernadores está allí solo para robar. Un amigo mío decía que lo que menos te deja una gubernatura es cien millones de dólares. Que por eso son tan cotizadas.
También saben estos gobernadorcitos y los mafiosos, del poder de la palabra escrita. Por eso le temen. Lo que pasa es que en México se han roto los códigos. No hay honor en ningún lado. Te mueres y ya. Pero la verdad no se puede sepultar. A todos estos politicastros de mierda les va a llegar su hora. Aunque se gasten cientos de miles de pesos en fotos.

Periodistas de todo el país exigen que los asesinos de Gregorio Jiménez sean aprehendidos y castigados con todo el peso de la ley.
Gregorio Jiménez debería estar vivo. Trabajando. No siendo parte de la estadística. A la pluma se le deberían de anteponer los argumentos. No las balas. Y si no pueden tendrían que ser removidos de sus cargos. Así, sin tanta alharaca. Y a la cárcel que es donde pertenecen. La vida es preciosa y solo hay una. Perderla por decir la verdad no debería ser una opción.
Aunque sé que esto al tipejo ese no le quita el sueño. Mañana besará niños y se tomará fotos. Después dirá que se aplicará el peso de la ley. Este es el México de hoy.
*Ramiro Padilla Atondo. Ensenadense. Autor de los libros de cuentos A tres pasos de la línea, traducido al inglés; Esperando la muerte y la novela Días de Agosto. En ensayo ha publicado La verdad fraccionada y Poder, sociedad e imagen. Colabora para para los suplementos culturales Palabra del Vigía, Identidad del Mexicano y las revistas Espiral y Volante, también para los portales Sinembargo, Grado cero de Guerrero, Camaleón político, Sdp noticias, El cuervo de orange y Péndulo de Chiapas.