Arte conceptual y antropológico para denunciar la devastación expansiva causada por la industria minera

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Un artista visual y una arquitecto mexicanos documentaron el despojo de una minera sonorense, propiedad del Grupo Bal que fundó el recientemente fallecido magnate mexicano Alberto Baillères González, y en medio del desierto crearon una obra que da voz a una sentencia que penaliza el despojo minero y que hasta hoy está incumplida.

 

Vista aérea de la zona donde se instaló la obra (Captura de pantalla).

 

Benjamin Malik / MXCity / Edición de 4 Vientos

Foto destacada: Graham Foundation

 

Ensenada, B.C., México, viernes 13 de mayo del 2022.- La obra recuerda que la Minera Penmont que para Grupo Bal opera el Grupo Peñoles y se considera a sí misma “la principal productora de oro y plata en México”, tiene una deuda pendiente de 436 millones de dólares, con una comunidad sonorense.

Esta obra lleva por nombre Restoration of All Things (Restauración de todas las cosas) del artista Miguel Fernández de Castro* y la antropóloga Natalia Mendoza**; se encuentra en medio del desierto de Sonora y es una escultura cúbica de 70 centímetros que rompe con el paisaje desolado y desértico.

El cubo es tan pequeño que se pierde en la inmensidad de un tajo abierto de la mina Soledad Dipolos, que representa los 11 millones de toneladas de material pétreo que fueron extraídos de la zona en busca de oro.

Contexto histórico

La figura geométrica representa la lucha de una comunidad contra una minera y los límites de la justicia ante los despojos que la minería provoca, en particular, en el desierto sonorense.

Junto al cubo, yace una placa con una inscripción que resume el caso:

“Entre 2010 y 2013, la compañía Penmont Mining extrajo ilegalmente 236,709 onzas de oro, según sus propios informes. Para ello, explotaron y movieron 10.833.527 toneladas de piedra.

“La decisión del Tribunal Agrario Unitario del Distrito 28, emitida el 8 de diciembre de 2014, obliga a Penmont a devolver el oro extraído, que tomaría la forma de un cubo de 70 x 70 x 70 centímetros y tendría un valor de 436 millones de dólares. Ejido El Bajío, Febrero 2022”.

 

Foto: MXCITY.

 

Con este trabajo, Mendoza y Fernández retoman la sentencia del Tribunal que después de 67 juicios de los ejidatarios, ordenó a la minera restaurar completamente el ecosistema y a la devolución del oro o su equivalente en dinero.

Pero a la fecha, esa sentencia permanece incumplida, a pesar de que la comunidad recuperó esas tierras tras una protesta en Palacio Nacional y con la demanda de ejecutar las 67 sentencias en su favor.

La obra se exhibe actualmente en Nueva York, en la galería Storefront for Art and Architecture y ojalá pronto pueda verse en México.

Mientras tanto, puede seguirse el caso a través de las cuentas en redes sociales de los integrantes del ejido El Bajío, o de la exhibición del documental Tolvanera, dirigido por Ángel M. Mendoza, estrenado el año pasado y que tiene presentaciones a lo largo del país.

El contraste de escalas entre el pequeño volumen de la escultura en relación con el enorme tajo abierto, muestra el daño ambiental causado por la industria minera.

Esta escultura y la placa que la acompaña funcionan como un anti-monumento al despojo del sitio.

La exposición The Absolute forma parte de un caso judicial investigado en 2014 por Fernández de Castro y Mendoza, que residen en el desierto de Sonora, y que cerró las operaciones mineras de Penmont.

 

El cubo se pierde en la inmensidad de un tajo abierto de la mina Soledad Dipolos. Representa los 11 millones de toneladas de material pétreo que fueron extraídos de la zona en busca de oro (Foto: Graham Foundation).

 

La demanda se presentó ante los tribunales por los ejidatarios, quienes alegaron que su territorio fue ocupado y explotado ilegalmente, causando un impacto ambiental irreparable en sus tierras.

Además de la devolución del oro extraído, el tribunal dictaminó que Penmont Mining está “en la obligación de restaurar integralmente el ecosistema que prevalecía en este lugar, con sus cerros, montañas, aguas, aire, flora y fauna que existía antes”.

Penmont Mining no solo no ha cumplido con el fallo judicial, sino que los ejidatarios continúan sufriendo encarcelamiento arbitrario, hostigamiento y desaparición forzada en un contexto de violencia estatal y criminal entrelazada.

Esta exposición parte de la imposibilidad de este veredicto legal histórico para explorar el tema del derecho a la tierra y los límites del lenguaje legal que la protege.

Asimismo, la exhibición presenta trabajos que desglosan el caso judicial, incluyendo una película, diagramas, un mural fotográfico y objetos de la mina.

También se incluye el encofrado utilizado para crear la escultura de tierra apisonada dentro del pozo abierto, lo que permite al espectador captar la escala y conectar los dos sitios.

Juntos, estos trabajos presentan una imagen panorámica de la devastación expansiva causada por la industria minera, junto con el veredicto legal inalcanzable que pretende restaurar esta parte particular del desierto de Sonora.

 

La mina a cielo abierto en el municipio de Caborca, Sonora (Foto: Fresnillo PLC).

 

Actualmente, de acuerdo con una revisión de 4 Vientos a la Minera Penmont, subsidiaria del Grupo Peñoles a través de la Compañía Fresnillo PLC, la cual reporta ventas de oro y plata en el mercado mundial -del 1 de enero a este 13 de mayo- por dos mil 744 millones de dólares, y una utilidad neta de 435 millones de dólares (3.23% más que en el mismo periodo del 2021), la minera de la familia Baillères informa ser “una de las principales empresas productoras de oro de primera calidad en México, ubicada en el estado de Sonora, muy cerca del Ejido el Bajío”, y que da empleo a más de cuatro mil personas.

Además, reporta que su “misión” es la de “agregar valor a los recursos naturales no renovables en forma sustentable. Brindar empleos y proponer iniciativas con las comunidades cercanas.”

Y que su “visión” es “ser una empresa reconocida a nivel nacional e internacional por la calidad y producción de sus procesos, la excelencia laboral y la responsabilidad social con el medio ambiente.”

Fresnillo PLC a su vez pertenece al Grupo Bal, un conglomerado empresarial que incluye negocios en los sectores de comercio, minería, metalurgia, seguros y finanzas, entre otros, y principal accionista de Grupo Peñoles, El Palacio de Hierro y GNP Seguros.

El patriarca de Grupo Bal fue Alberto Baillères González, muerto el pasado 2 de febrero. Fue miembro del Grupo de Administración de Bancomer, FEMSA, Grupo KUO y amante de la tauromaquia, cuya fortuna fue valorada por la Revista Forbes en 10,400 millones de dólares.

En abril de 2021, Alberto Baillères designó a Alejandro Baillères, su hijo, como nuevo presidente de Grupo BAL, y a lo largo de su vida recibió múltiples reconocimientos, siendo el más importante y controversial la Medalla “Belisario Domínguez” que le entregó el ex presidente Enrique Peña Nieto, la cual es la distinción más alta que otorga el Senado de la República “a las mexicanas y los mexicanos sobresalientes que han contribuido al fortalecimiento del México”, algo que para cientos de ejidatarios en Sonora, y en el caso del finado magnate minero y su influyente emporio, simplemente no se apega a la realidad.

 

Oficinas de la empresa Minera Penmont en el Ejido El Bajío, en Caborca, Sonora (Foto: Fresnillo PLC).

 

*Miguel Fernández de Castro nació en 1986 en Sonora, México. Es un artista visual radicado en la frontera entre Sonora y Arizona.

A través de la fotografía, el video, la escultura y la escritura, su trabajo examina cómo las economías extractivas y criminales transforman materialmente un territorio mientras observa los vínculos históricos entre la catástrofe ambiental, las rutas de contrabando y la desaparición forzada.

La obra de Fernández de Castro se ha exhibido en el Museo Jumex, Casa del Lago y Museo de Arte Moderno.

A nivel internacional su obra se ha presentado en Francia, Italia, Reino Unido, España y Líbano. Desde 2018 ha colaborado con múltiples grupos de búsqueda documentando fosas comunes en ambos lados de la frontera entre México y Estados Unidos.

 

**Natalia Mendoza nació en la Ciudad de México en 1981. Es investigadora y ensayista radicada entre Nueva York y Sonora. Obtuvo un doctorado en Antropología de la Universidad de Columbia y se unió a la Universidad de Fordham como profesora asistente.

Ha realizado una extensa investigación etnográfica en la región de Sonora, Arizona, y su trabajo examina la convergencia de economías legales e ilegales, así como las superposiciones entre la violencia estatal y criminal en la frontera entre Estados Unidos y México.

En 2020, Natalia Mendoza ganó el “Premio Nacional de Ensayo José Revueltas-INBA” por su colección de ensayos sobre desaparición, rituales funerarios e imaginación política.

 


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2 comentarios en "Arte conceptual y antropológico para denunciar la devastación expansiva causada por la industria minera"

  1. romel borbon rosas dice:

    Muy interesante e ilustrativo gracias de todo corazón es necesario educar en la lectura a nuestro pueblo .-

  2. romel borbón rosas dice:

    gracias

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