Arranca en Ensenada el proyecto Uso Agrícola de Aguas Tratadas
– Resultarán beneficiados aproximadamente 300 personas, entre agricultores y personal de mano de obra.
– Se regarán hasta 137 hectáreas para la siembra de flores (girasoles) y forraje en el valle de Maneadero
– Investigadores de la UNAM recomiendan control estricto de la calidad del agua tratada que se usará en las siembras, mientras que científicos de la FAO destacan el uso de esta agua en la siembra de árboles en regiones con escasos recursos hídricos, como la Baja California
A los Cuatro Vientos / Comisión Nacional del Agua
Ensenada, B.C.- Jueves 19 de junio 2014.- A finales de esta semana quedará concluido al 100 por ciento el Proyecto de Aguas Tratadas que van a enviarse al Ejido Nacionalista de Sánchez Taboada, el cual beneficiará aproximadamente a 300 personas entre agricultores y personal de mano de obra, informó el delegado de la Secretaría de Fomento Agropecuario del Estado (SEFOA) en Ensenada, Abel Enrique Bojórquez García.
El delegado indicó que este proyecto lo lleva a cabo el grupo técnico integrado por la SEFOA, la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Ensenada (CESPE), la Secretaría General de Gobierno, la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) y el Ejido Nacionalista de Sánchez Taboada.
Señaló que siguiendo la encomienda del Gobernador Francisco Vega de Lamadrid, el Secretario de Fomento Agropecuario del Estado, Manuel Valladolid Seamanduras, dio la indicación de que no se detuviera el proyecto hasta que estuviera concluido, por lo que la secretaría ha estado trabajando muy de la mano con el Ejido Nacionalista para culminar los trabajos lo más pronto posible.
El funcionario estatal mencionó que está por concluir la instalación de la tubería para el riego de nueve parcelas, que equivalen a 137 hectáreas que se estarán regando con aguas tratadas para la siembra de forrajes y de flores.
“Consideramos que para el 20 de junio estará listo al 100 por ciento el proyecto de aguas tratadas para que puedan empezar a regarse las parcelas; se empezaría con una o dos parcelas que más o menos hacen un total de 40 hectáreas, pero poco a poco se van a ir agregando las otras”.
Agregó que la tubería general, la que lleva el agua tratada en la planta estatal en El Ciprés, ya va a estar lista, pero internamente cada productor está haciendo adecuaciones en sus tuberías y eso hará que poco a poco vayan aumentando la cantidad de parcelas beneficiadas.
Puntualizó que el organismo que administra el agua en Ensenada -Comisión Estatal de Servicios Públicos de Ensenada (CESPE)- se encuentra instalando los accesorios necesarios para el funcionamiento de las tuberías, y que el día de hoy estarán enviando agua para probar y limpiar las conductos que van a regar las parcelas.
Bojórquez García indicó que la UABC va a actualizar un proyecto de infiltración que realizaron hace un par de años, en el cual efectuarán una investigación para tener pozos de monitoreo de las aguas tratadas en cada una de las parcelas, para conocer cómo se comporta el agua ya en el subsuelo y cómo actúa al mezclarse el agua tratada con el agua nativa, para revisar si genera algún tipo de contaminación.
A continuación, A los Cuatro Vientos presenta el avance del proyecto hasta 2013, de acuerdo con un estudio que realizaron de manera conjunta el Sistema Producto Flor, como facilitador de las acciones; el Centro Floricultor de Baja California como aporte de recursos económicos y materiales, y como realizador del manejo agronómico de los cultivos; la CESPE, quien aportó terrenos y los volúmenes necesarios de las agua residuales tratadas, y el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), que dio seguimiento técnico al proyecto:
MANEADERO PROYECTO AGUA RESIDUAL CESPE
Riego de contaminación y salud pública
Arturo Sánchez González, Blanca González Méndez y Christina Siebe, investigadores del Grupo Suelo y Ambiente del Instituto de Geología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en un estudio del 2010 acerca del uso agrícola del agua residual urbana en México, revelan que hasta ese año al menos el 10% de la población mundial consumía alimentos producidos bajo el riego con agua residual.
Eso significaba que existían entre 5 y 20 millones de hectáreas regadas con aguas tratadas, lo que equivalía a 7–10 por ciento del total de la superficie mundial permanentemente irrigada.
Los investigadores universitarios concluyeron que las ventajas de usar aguas residuales en la agricultura eran: Optimización del uso del agua en zonas con déficit hídrico. Reciclaje de nutrientes en zonas agrícolas. Incremento en la productividad agrícola. Disposición del agua residual a bajo costo.
Y respecto a las desventajas enumeraron: Incremento de elementos potencialmente tóxicos. Exposición a patógenos. Salinización del suelo. Riesgo de contaminación del agua subterránea. Emisión de gases efecto invernadero (GEI´s). Elevación del nivel freático.
Al hacer un análisis del caso Valle de Mezquital (Hidalgo), en donde hasta el año 2008 operaba el sistema de riego agrícola con aguas residuales más grande del mundo (100 mil 794 hectáreas), los científicos destacaron entre los impactos positivos del proyecto el haber incrementado la productividad agrícola de la zona, una vez que el rendimiento de maíz creció de dos toneladas por hectárea en 1990 a 12 en 2010.
Asimismo mencionan que la entrega de 25 metros cúbicos por segundo de aguas negras de la ciudad de México hizo crecer hasta en 13 veces la recarga natural del Valle del Mezquital, lo que originó que el Río Tula viera crecer hasta ocho veces su caudal y que los manantiales de la zona tuvieran flujos de hasta 0.6 metros cúbicos de agua por segundo, independientemente de que creció la presencia de metales pesados y bacterias nocivas para los humanos.
De hecho, la exposición al agua residual cruda en la zona del sistema –el filtro que se usó para el posterior riego de siembras agrícolas en el valle fue el suelo-, representó para la población: Infección por Ascaris lumbricoides. Mayor prevalencia de enfermedad diarreica en menores de 5 años. Exposición al agua residual almacenada en presa de retención. Infección en menores de 15 años por Entomoeba histolytica.
Así, llegan a la conclusión de que la práctica impacta negativamente el ambiente y es un riesgo para la salud pública si no existe un estricto control en la calidad del agua residual que se utiliza para la agricultura, aunque reconocen que también se trata de una oportunidad para la realización de estudios científicos interdisciplinarios.
Aguas residuales urbanas y riego de árboles y bosques
Mientras tanto, para Susan Braatz -Oficial Forestal de la Dirección de Recursos Forestales de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)- y Arumugam Kandiah -Oficial Superior del Servicio de Fomento y Ordenación de Recursos Hídricos de la misma organización mundial-, aunque en muchos países se utilizan desde hace mucho tiempo las aguas residuales urbanas para el riego, lo que principalmente se ha pretendido con ello es su eliminación.
“Sólo recientemente se han puesto de relieve los aspectos productivos y de purificación del agua”, comentan en un informe mundial que hicieron para la FAO en 2013.
Agregan: “Ha prevalecido la tendencia a utilizar las aguas residuales para regar los cultivos. Por ello se han establecido normas de calidad y directrices sobre su utilización para el riego de los cultivos agrícolas, pero no de los árboles”.
Sin embargo, dicen que hay razones de peso para estudiar a fondo la viabilidad de emplearlas en mayor medida para el riego de los bosques y de las plantaciones de árboles.
“Entre tales razones cabe señalar los factores relacionados con la salud (riesgo de contaminación de los cultivos alimentarios por elementos patógenos y metales pesados), las consideraciones ambientales (los beneficios derivados de las zonas verdes y de otras plantaciones forestales urbanas y periurbanas), los beneficios económicos (el valor de los productos forestales y de los servicios ambientales, que normalmente están subvalorados) y los beneficios sociales y estéticos”.
Estos factores –dicen-, unidos a la gran demanda de leña y materiales de construcción para abastecer al creciente número de habitantes urbanos de bajos ingresos en muchas ciudades de los países en desarrollo, así como al aumento de los precios de mercado de la madera, han hecho crecer el interés en la riego de plantaciones de árboles.
Recientemente este interés ha inducido a los países a iniciar investigaciones.
“Los estudios llevados a cabo hasta la fecha sobre las plantaciones de árboles regadas con aguas negras tratadas indican que este sistema posiblemente no es sólo un medio de tratamiento eficaz en función de los costos, sino que representa un uso productivo de las aguas residuales, siempre que haya suficiente tierra disponible”.
Sin embargo, como en el caso del riego de cualquier cultivo, destacan que hay numerosos factores de gestión y proyectación que es preciso estudiar.
“Los árboles difieren de los cultivos agrícolas por su naturaleza perenne y, según las especies y productos, por su largo período de rotación, su utilización del agua y los nutrientes, los usos finales, su susceptibilidad a la toxicidad mineral y a la salinidad, y por otros factores”.
Por ello recomiendan que se desarrollen técnicas apropiadas y normas de calidad del agua para el riego de los árboles.
“Al diseñar los sistemas se debe prestar una atención cuidadosa a las características del lugar, a la tasa de aplicación del agua, a la idoneidad de los métodos de aplicación, a la distribución del agua, a la selección de las especies y a las posibilidades del mercado”.
Asimismo destacan que la dinámica de los nutrientes, la concentración de sales en el suelo y el efecto de la salinidad sobre la salud de los árboles y su velocidad de crecimiento son factores importantes a tomar en cuenta para este tipo de riego.
“Se ha indicado que la agrosilvicultura, es decir, la integración de árboles con los cultivos, puede contribuir a equilibrar el aporte de nutrientes de la aplicación de aguas negras y su absorción por las plantas; dado que la demanda de nutrientes de los árboles disminuye después de los primeros años de crecimiento rápido, la introducción de cultivos en los años sucesivos puede hacer que la absorción de nutrientes se mantenga constante y se evite el riesgo de exceso”.
Y alertan que el empleo de prácticas agroforestales en los sistemas de riego con aguas residuales se ha investigado poco.
“Obviamente existe un potencial que incita a utilizar las aguas negras para el riego en la silvicultura y la agrosilvicultura, pero tendrán que llevarse a cabo muchas investigaciones antes de que pueda explotarse este potencial”.