A propósito del PRI que perdió en Chihuahua
“No existe espectáculo más triste, que el de un país que por temor soporta un gobierno detestable”
André Maurois
El recurso humano de la negación ante cualquier acontecimiento traumático es normal, cuando se pierde algo generalmente es la primera instancia lógica; también es normal que un mamífero engolosinado con algún dulce, juguete o instrumento que le permite sentirse seguro, posicionado y arraigado en determinado territorio, cuando se lo quitan reacciona.
José Luis Treviño Flores/ A los 4 Vientos
Humanos, sí, pero mamíferos al fin. La diferencia entre los mamíferos es el grado de evolución de la corteza cerebral, solo eso, pero reaccionamos a estímulos, al calor, al frío y por supuesto a la pertenencia, somos gregarios, nos gusta la actividad lúdica.
Qué bueno es saber que algunos miembros de grupos de mamíferos humanos están enojados por haber perdido un espacio y área de confort, eso es bueno, quiere decir que son sensibles a la pérdida, sienten, son mamíferos evolucionados. Entonces pueden reconsiderar su actuar en sociedad y darse cuenta que la actitud de machos alfa le corresponde a especies menos evolucionadas, existimos otros grupos humanos que sabemos cuan importantes son los cambios para continuar enriqueciendo no un estatus de cierto grado evolutivo, sino de alcanzar imaginarios más sublimes, propios de nuestra especie.
Hay que dar gracias por pertenecer a seres pensantes, conscientes de que se existe y con la capacidad de transformar una realidad por otra más hermosa e inclusiva”.
Así es, el PRI perdió en el estado de Chihuahua y las reacciones han sido viscerales, emotivas, melodramáticas.
Sólo un porcentaje extra de ciudadanos decidió salir a votar y… ¡Sorpresa! El voto duro del partido en el poder quedó opacado. Hasta unos cuantos cientos de votos y tal vez unos pocos miles habrían sabido manipular, esconder, negociar… Pero más de cien mil, ni siquiera el más osado hacker o buen mago hubiera podido ocultar, no lo esperaban”.
Debe quedar en la memoria histórica del ciudadano que cuando sale y ejerce su derecho, copiosa y concienzudamente, logra los cambios. Habrá que repetir el ejercicio para cada vez que quienes no responden a las necesidades, se vayan.
Es enorme la responsabilidad social que tienen los nuevos administradores de los cargos públicos, el júbilo compartido poco a poco se ira convirtiendo en demandas ciudadanas por el cumplimiento puntual de la oferta de campaña.
El ánimo de los votantes está por los cielos y se piensa que ahora sí regresará la anhelada justicia social. Los panistas y los miembros que ostenten cargo de la Unión Ciudadana deben considerar que no son ellos los héroes de la contienda, ya antes gobernaron, en el caso del PAN, y no hubo precisamente resultados extraordinarios.
La gente votó contra personas y eligió personas, no partidos.
Los partidos están muy desprestigiados por tantas reformas estructurales aprobadas que en nada han beneficiado. Entonces, el discurso de un gobierno incluyente deberá ser para velar por los intereses de la ciudadanía, no de la partidocracia.