A DOS DE TRES CAÍDAS; Tercos, perversos y viles
¿La terquedad es una forma de perseverancia o una testarudez crónica? No lo sé pero lo que si me queda claro es que cuando una persona piensa y toma una determinación, puede terquear, ser testarudo y perseverante en persistir en dicha determinación individual.
Arturo Ruiz*, El Súper Cívico/ A los 4 Vientos
¿Pero… y cuando eres un funcionario de elección popular, con la investidura de representante popular en donde tus actos no solo tendrán repercusiones en el ámbito individual, sino en el de toda una comunidad que puede ser municipal, estatal o nacional?
Ahí no se puede ser terco ante el surgimiento de voces críticas, de opiniones disidentes y de manifestaciones populares que llegan a la movilización, al bloqueo de calles, carreteras, negocios y tomas de instalaciones públicas y privadas.
En el ámbito del ejercicio público debes darte el permiso necesario para oír otras voces e incluso, meter reversa ante decisiones que generan malestar, inconformidad y un amplio rechazo de la sociedad a la que debes servir.
Porque el buen gobernante es aquel que actúa obedeciendo la voz del pueblo, porque es el pueblo quien manda, y toda persona que está dentro de las instituciones públicas son servidores del pueblo antes que autoridades. Y esto aplica para todos, desde el Presidente de la República, los gobernadores, presidentes municipales , diputados y senadores hasta el más humilde de los burócratas.
¡El patrón es el pueblo. Y eso parece que en México se olvidó hace mucho tiempo!
Por lo tanto, terquear desde el ámbito público, solo puede significar dos cosas: o ese funcionario es un autócrata enfermo de poder o es un agente al servicio de intereses particulares de dentro fuera del país.
En el caso de Enrique Peña, con sus reformas energéticas, laborales y educativas, no lo veo como un acto de terquedad, lo veo como un empecinamiento consciente que obedece a los intereses de sus verdaderos patrones o amos: Las corporaciones financieras internacionales y las empresas trasnacionales.
En el caso de Kico Vega y sus pretensiones de entregar el servicio público del agua a particulares, tampoco veo terquedad, ni testarudez y mucho menos perseverancia en el logro de un objetivo.
En el Gobernador de Baja California veo un total empeño en beneficiar a sus socios y amigos para servirse del poder público a costa de lo que sea. Incluso del desprestigio como vía para su enriquecimiento personal.
Y en ambos casos sus formas de actuar denuncian una perversidad premeditada y peligrosa para el pueblo, para la entidad y para la nación. Son perversos por el abuso del poder que les confiere el cargo público que ostentan y por su vanidosa soberbia que los lleva a tratar a las personas y fuerzas políticas opositoras de forma descortés, irrespetuosa y despectiva.
Y peor aún, son viles porque en el ejercicio del poder público, se dejan llevar por sus bajas pasiones, llegando a actuar sin la nobleza que obliga el actuar en representación de otras personas. Y en su ambición pueden llegar al servilismo y a la cobardía incluso para entregar a otros lo que no les pertenece. Y el agua y los recursos energéticos son propiedad de la nación no les pertenecen ni a Peña ni a Kiko Vega.
Ahora me queda más clara la opinión del periodista y escritor Arturo Pérez-Reverte quien dijo que: “lo más peligroso que ha dado la humanidad no son los villanos, sino los estúpidos. Lo peor del ser humano es la estupidez. Es el peor enemigo, los estúpidos causan más daño que los malvados. ¿Por qué? Porque la estupidez nos deja indefensos ante la realidad. Poco a poco nos vamos suicidando, no escuchamos las señales que nos da el mundo.”
Y en los casos que nos ocupan, el gasolinazo y la privatización del agua, ni Peña ni Kico en su perversa y vil terquedad están oyendo la voz del pueblo… y eso, tarde o temprano lo tendrán que pagar. ¿O no?

En la Ciudad de México decenas de miles de ciudadanos marcharon el primero de enero sobre Paseo de la Reforma en rechazo al “gasolinazo” y exigieron la renuncia de Peña Nieto. En Baja California cientos de ciudadanos se manifestaron también contra la Ley de Aguas y a una voz gritaron la consigna: “¡Fuera Kiko Vega!” (Foto Isaac Esquivel/Cuartoscuro)
* Jorge Arturo Ruiz Contreras. Biólogo. Ex subprocurador de Derechos Humanos y Protección Ciudadana en Ensenada. Asesor político de grupos parlamentarios en el Poder Legislativo de Baja California