A DOS DE TRES CAÍDAS: En Baja California, ¿llamarada de petate o incendio incipiente?

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Si más de ochenta mil almas se unieron en un grito, aunque haya sido tan solo por algunos momentos, nadie puede ser tan sordo de no escuchar ese grito de hartazgo, de coraje, de exigencia.

Arturo Ruiz, el Súper Cívico* / A los 4 Vientos

Los hijos del Sol en Mexicali, los hijos de las Piedras Cortadas del Mágico Pueblo de Tecate, los hijos del Mar y el Vino de Ensenada, y los hijos de la Tía Juana, todos ellos de Baja California, entidad en donde nace la patria, han marchado para exigir reducción al costo de la gasolina y la no privatización del agua (triunfo alcanzado), ahora exigen también que se revisen los millonarios contratos otorgados a empresas de socios de Kiko Vega que serán pagados con dinero público, así como la reforma o abrogación de la ley de asociaciones público privadas y el rechazo categórico a que se gasten más de 400 millones de pesos en un canal para dotar de agua a una empresa cervecera de origen estadounidense.

Y también exigen reducción de impuestos, eliminación de los altos salarios, dietas y prerrogativas de los representantes populares y funcionarios de primer nivel.

¿Son demandas justas? ¡Por supuesto!! Transparencia, erradicar la corrupción, cuidar el recurso agua, aplicar medidas de austeridad eliminando de entrada los altos salarios que ante los menguados ingresos de la clase trabajadora, la devaluación del peso y el bajo poder adquisitivo, resultan ofensivos para gente.

Ahora bien, algunos analistas piensan que este movimiento es solo coyuntural, que se desgastará rápidamente diluyendo sus demandas y que solo es una válvula de escape. Un momento de catarsis.

Otros, como mi amigo Alejandro Ruiz Uribe, piensa que es el inicio de una RUPTURA del pueblo con su gobierno.

También se dice que es apenas el inicio de una serie de movilizaciones y acciones tendientes a someter a los políticos al designio ciudadano.

Foto: Animal Político

Creo en esta última visión porque he escuchado en diversas voces que es tiempo ya de que las instituciones dejen su papel recaudador y hasta parasitario. Que las leyes e impuestos se han convertido en un lastre para el crecimiento económico. Y también en todos los estratos sociales se escucha con toda nitidez que todos los partidos políticos, y sus candidatos, son iguales.

Entiendo por tanto el rechazo común a los partidos en estas movilizaciones para evitar que se contamine su naturaleza apartidista, que no apolítica.

Entiendo que se desconfíe de los partidos políticos y de su militancia, aunque en las machas he visto a militantes, ex funcionarios y hasta dirigentes de partidos no encabezando, pero si sumándose a las voces de una sociedad lastimada y cansada de sus gobernantes.

Puede ser que este movimiento se desgaste, que los manifestantes se cansen y esto puede agudizarse si no ven logros concretos derivados de su demostración de fuerza y determinante rechazo al gobierno y al sistema en general. Por tanto, la radicalización de algunos participantes en las tomas de edificios públicos y de cerrazón en las mesas de dialogo pueden terminar sirviendo a los políticos y gobernantes a los que pretenden combatir.

Porque una toma prolongada de edificios públicos qué tiene que ver con la recaudación, la recepción de tramites diversos que van desde la obtención de documentación requerida para acceder a estudios, atención médica, solicitudes y trámites para abrir fuentes de empleos, puede ser la causa de que los mismos ciudadanos que están de acuerdo en un cambio de gobierno, y en las distintas peticiones de los que protestan, se vean afectados por estos grupos que quizá (y no lo dudo) sean bien intencionados pero no han medido los riesgos de afectar a otros ciudadanos y así reventar el movimiento.

Si la intención es apostar estrictamente a que renuncie el gobernador pues que se diga así. Si la intención es jugar al quiebre del sistema y la consecuente desaparición de poderes en Baja California, que se diga con toda claridad en las asambleas populares, a las que por cierto no acuden ni van a acudir muchos miles de personas que marcharon de forma libre e independiente y que no han mandatado a nadie para que hable en su nombre en las mencionadas asambleas.

Foto: The Baja Post.

Es momento de que quienes han asumido la vanguardia y conducción política de las tomas de edificios públicos y manifestaciones, actúen con honestidad y con responsabilidad. Porque todo líder debe medir las consecuencias de las acciones a donde conduce a la gente que lo sigue. No hacerlo, sería igual de deleznable que la forma en que actúan los políticos partidistas a quienes critican.

¿Hacia dónde pretende llegar ese río de fuego apasionado de los bajacalifornianos? ¿Podrá tener este movimiento la inteligencia de saber tomar lo que ya se logró y plantear una retirada estratégica para analizar la situación, darle un respiro a la sociedad y fortalecer sus próximas acciones mientras se supervisan los acuerdos alcanzados con el gobierno?

¿Será este surgimiento de rebeldía e inconformidad bajacaliforniana una llamarada de petate, o el inicio de un incendio con fuego renovador?

Eso lo veremos en muy poco tiempo. Si la intención es de todo o nada en este momento y sin un espacio de dialogo, creo que sería un error. Espero equivocarme. También quiero la renuncia de Kiko Vega por corrupto, tramposo y soberbio. Porque como su propia torpeza lo desnuda es un gobernador de elite, un gobernador de oficina.

Me interesa al igual que a muchas personas que se inicie un juicio político contra la diputada Bentley y la reforma o abrogación de la ley de asociaciones público privadas, pero para ello se necesita liberar el congreso. Esa es la caja de resonancia política y el espacio en donde se dirimen y tramitan estos temas.

Negar la realidad del actual sistema es jugar al rompimiento total y al desconocimiento de todas las instituciones. ¿Es lo que se busca? Díganlo y convoquen con ese planteamiento a la sociedad y si la gente sale, entonces vayamos por esa meta, pero no disfracemos el objetivo con peticiones secundarias. Eso es lo justo… ¿O no?

* Jorge Arturo Ruiz Contreras. Biólogo. Ex subprocurador de Derechos Humanos y Protección Ciudadana en Ensenada. Asesor político de grupos parlamentarios en el Poder Legislativo de Baja California.


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