Podría decir (sobre los asesinatos de Miroslava, Matilde y Andrea)
Podría decir que la conocí y mentiría.
Podría decir que cegaron una vida con un futuro promisorio y no equivocaría mi dicho.
Podría decir que no es la primera y para desgracia nuestra tampoco será la última.
Myrna Pastrana/ A los 4 Vientos
Podría afirmar que la administración de la justicia es un atributo del Estado pero no tiene caso, ¿acaso sirve de algo?
Podría exigir en la plaza pública y condenar al gobierno pasado, al que está en funciones y al entrante por su falta de pericia en evitar este tipo de crímenes. Y ni con eso se avanzaría porque esto es un asunto de mentalidades.

Lo cierto es que en marzo se necesitó un tiro para matar a la periodista Miroslava Breach Velducea aunque el asesino, celoso de su tarea hubo de disparar en ocho ocasiones.
Doce días después, el pasado 5 de abril, de un balazo mataron a la maestra Matilde Gil, su acta de defunción lo confirma: Laceración y hemorragia cerebral,[ ] seguida por proyectil disparado por arma de fuego.

Y ayer, la bala que mató a Andrea Athié Corral la estudiante de 20 años, penetró a la altura de la cara.
Las tres son ciudadanas conocidas que participaban desde su espacio, en la construcción de una mejor sociedad, pero hay otras, desconocidas para el común de la ciudadanía y a lo sumo merecen una mención al interior de una nota policíaca, como Berenice la estudiante de secundaria que desapareció en el trayecto de la escuela a su casa y días después se encontró su cuerpo.
Lo cierto es que cada vez que matan a una mujer en Chihuahua, morimos todos un poco, morimos de tristeza, de impotencia y de dolor ante lo inevitable, la muerte a manos de un asesino. Por lo menos en Chihuahua.
Foto de portada: Andrea Athie Corral, joven estudiante de 20 años, secuestrada y asesinada el domingo 14 de mayo cuando conducía su camioneta en la carretera de Chihuahua a Cuauhtémoc. Foto: internet (Vivir en Cuauhtémoc)
*Myrna Pastrana, antropóloga, escritora, periodista y consejera electoral chihuahuense.