A DOS DE TRES CAÍDAS: ¿Concluyó la “Primavera” Bajacaliforniana?
Recientemente, decenas de miles de ciudadanos marcharon… gritaron… exigieron… Unos pocos tomaron oficinas, cerraron accesos de edificios públicos, liberaron casetas de carreteras de cuotas o levantaron plantones informativos y mesas para la recepción de firmas.
Arturo Ruiz, El Súper Cívico/ A los 4 Vientos
Mucha energía liberada. Muchas buena intenciones, me los imaginé como kamikazes bien intencionados, pero sin tácticas articuladas en torno a una estrategia. Los roces iniciaron dentro del movimiento mismo, los liderazgos emergentes y los resurgimientos de viejos líderes un tanto radicales, se fundieron en un diálogo y pelearon los protagonismos.
Algunos se erigieron como entes calificadores de quienes sí y quienes no podían participar o hacer uso de la voz en las reuniones o improvisados mítines.

Otros, hábiles y carismáticos, supieron colarse aún cuando militaran en partidos políticos o habiendo sido furibundos miembros del partidismo tan solo hace unos ciclos solares atrás.
Sin vanguardia ni liderazgos definidos, el asambleísmo apareció sin las bases maoistas necesarias, el activismo se impuso y las empatías, más que la evaluación de capacidades, definieron a los voceros.
Surgieron rostros y voces identificadas e identificables. Algunos iniciadores del movimiento se retrajeron, saliendo del foco de atención y de las convocatorias.
Los colectivos, agrupaciones y voluntarios se impusieron, en un frente ampliamente diverso en donde todas las demandas incluidas desaparecieron la demanda central de NO AL GASOLINAZO.

Y mientras tanto, la clase política, los integrantes del repudiado gobierno, observaron al rebaño agitado y en guardia, observaron a sus antes dóciles presas alborotadas y unidas.
Como lobos astutos, esperaron a que su estado emocional amainara, a que surgieran las disputas entre los jefes de los distintos clanes emergentes, a que los líderes radicales de las izquierdas trasnochadas recurrieran al atomizador y empolvado discurso de los proletarios contra la burguesía y el imperialismo.
Y aun así, a pesar de todo, el movimiento resistió al protagonismo emergente, al sectarismo satanizador de todo aquel que militara en algún partido político.
Y entonces, el gobierno y su partido hizo uso de dos tácticas y una vía. Primero, amedrentar bajo el amparo de la noche, con el uso de la fuerza para liberar los espacios sitiados y bloqueados. Segundo, provocar a los iracundos presentes y empoderados en los campamentos e incipientes barricadas para aparecer como víctimas. Y posteriormente, usó la vía de los medios oficialistas para satanizar a los plantonistas y convocantes como iracundos infiltrados por el partido de López Obrador y de no tener propuestas concretas. Y a pesar de todo… el movimiento resistió también esta embestida.

Y ha resistido, porque a pesar de todos los errores estratégicos, de los radicalismos y visiones excluyentes de algunos participantes, la sociedad está harta del gobierno y de los políticos frívolos e incompetentes que solo están usando el poder para enriquecerse a costa del sacrificio de los trabajadores, empresarios, productores y profesionistas.
No sé cómo vaya a terminar esta lucha social, esta exigencia ciudadana, de que los políticos dejen de robar y abusar del pueblo al que deben servir.

¿Se irá Kiko Vega de la gubernatura? ¿Bajará el costo de la gasolina?
No lo sé, pero lo que si sé, es que la «primavera» del despertar de Baja California llegó en enero de 2017. Y el haber visto a miles de personas sacando y haciendo correr de sus oficinas a diputados que actuaron en contra del pueblo y que hicieron dar marcha atrás al gobernador en algunas de sus pretensiones privatizadoras, eso es simplemente esperanzador.
Y de todo este proceso que aún no termina, me quedo con la satisfacción de haber sido testigo de cómo el pueblo se reencontró a sí mismo en las marchas, tomando sus calles y plazas. Y de como en los campamentos convivieron y hablaron indigentes, universitarios, jóvenes de barrio, maestras jubiladas, amas de casa, campesinos, intelectuales y profesionistas, todos reencontrándose como lo que son: personas de bien, bajacalifornianos valientes y dignos.

¿Concluyó la «primavera» bajacaliforniana?, eso tampoco lo sé… pero todo ciclo tiene etapas y este apenas comienza y ya hemos visto la primavera del pueblo de Baja California y su deseo de vivir mejor y de alcanzar un gobierno honesto y eficaz… ¿O no?
Foto portada: La Crónica
* Jorge Arturo Ruiz Contreras. Biólogo. Ex subprocurador de Derechos Humanos y Protección Ciudadana en Ensenada. Asesor político de grupos parlamentarios en el Poder Legislativo de Baja California